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VALENCIA (VP). En principio todo, o casi todo, se puede congelar desde el punto de vista sanitario, pero hay alimentos que sufren grandes alteraciones en su textura y sabor que pueden, en algunos casos, volverlos incomestibles.

Emplear las bajas temperaturas para conservar alimentos es una de las técnicas de conservación más antiguas. Cuando el agua se solidifica impide que se produzcan las reacciones químicas y bioquímicas que producen el deterioro de los alimentos.

Aunque a diario se congelan millones de alimentos en los hogares españoles, la mayoría de las familias no conocen el efecto que este proceso puede tener en algunos productos. Y por ese motivo, la empresa de menús diario a domicilio Yocomobien.es, ha elaborado un listado con los alimentos que no es aconsejable congelar:

· Huevos enteros con cáscara, solo se pueden congelar separando las claras de las yemas, cerrados herméticamente.

· Verduras para ensalada como por ejemplo la lechuga, los berros, el tomate, el pepino y la cebolla, entre otros.

· La pasta y el arroz.

· Pasteles glaseados y gelatinas.

· Los alimentos con mayor contenido en grasa, como la nata y algunas salsas, tienden a cortarse cuando se congelan. No es conveniente congelar la leche, el yogur y la mayoría de los quesos, ya que pierden su textura y se deshacen al cortarlos.

· Los guisos que contienen patatas o fécula se endurecen, al igual que ocurre con los alimentos preparados con arroz o bechamel.

· Algunas salsas, como la mayonesa.

· Alimentos ya fritos.

· Las aceitunas y casi cualquier especia porque se ponen amargas.

· Las verduras. En caso de congelar algunos productos de este grupo, es recomendable blanquearlos antes, de esta forma se acaba con cualquier tipo de bacteria y se conservaran por más tiempo.

Como curiosidad, a diferencia de los frigoríficos, los congeladores funcionan mejor cuando están llenos y sin mucho espacio entre los alimentos. Nunca, bajo ningún concepto, debemos congelar alimentos que ya han estado congelados anteriormente. Y para descongelar solo hay que seguir la regla que dice: "congela lo más rápido posible y descongela lentamente", siempre en la nevera y nunca a temperatura ambiente.