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LA PANTALLA GLOBAL

¡Multiplícate por cero! Los Simpson cumplen 25 años

EDUARDO GUILLOT. 03/06/2014 En 2014, la familia animada de Springfield celebra un cuarto de siglo. Repasamos su trayectoria y su influencia en otras series de dibujos para niños y adultos

VALENCIA. Parece que fue ayer cuando TVE anunció que empezaba a emitir una serie de dibujos animados que causaba sensación en Estados Unidos, protagonizada por la típica familia de clase media americana. Fue el 20 de enero de 1991, en La 1, y Los Simpson gozaron de horario de prime time, aunque a la semana siguiente se anunció su traslado a La 2, los miércoles, a partir de las 23 h. El espectador español, como el del resto del mundo, no tardó en rendirse a las aventuras de aquellos personajes amarillos, residentes en Springfield y capaces de meterse en todo tipo de líos. Actualmente, han cambiado de canal y de franja horaria, pero los índices de audiencia demuestran que, se trate de capítulos nuevos o reemisiones, continúan manteniendo el tirón ante la audiencia.

El origen de la serie se remonta a 1987, cuando Matt Groening y James L. Brooks, sus creadores, comenzaron a elaborar unos cortos de cinco minutos con el embrión de los personajes, destinados a emitirse dentro del programa El Show de Tracey Ullman. En ese formato se fueron desarrollando durante tres temporadas, hasta que, después de 48 episodios, los ejecutivos de la FOX decidieron que poseían entidad como para protagonizar su propia serie animada. Y así fue como, a finales de 1989, Los Simpson daban el primer paso hacia el estrellato con Sin blanca Navidad, su primera historia de 25 minutos de duración.

La personalidad de los protagonistas, que, como el diseño, había evolucionando durante los dos años anteriores, ya estaba plenamente perfilada para entonces: Homer, el padre corto de entendederas pero bonachón; Marge, la abnegada ama de casa; Bart, el niño travieso de buen corazón; Lisa, la niña inteligente y concienciada; y Maggie, el bebé.

En los primeros episodios fueron apareciendo otros personajes habituales: El avaro Señor Burns y su lacayo, Krusty el payaso y el actor secundario Bob, el vecino beato Ned Flanders, el presentador televisivo Kent Brockman, Apu el tendero, el director Seymour Skinner, el reverendo Lovejoy, el barman Moe, Selma y Patty (hermanas de Marge), Milhouse, el jefe de policía Wiggum y muchos otros de los tipos que configuran la comunidad donde tienen lugar las peripecias de una familia que rompió moldes y captaba por igual la atención de niños y adultos, ya que aunque la animación seguía por entonces claramente asociada al público infantil (faltaban unos años para la irrupción de Pixar), los episodios de Los Simpson estaban plagados de referencias destinadas al público mayor de edad: guiños cinéfilos, bromas privadas, alusiones a la cultura pop, citas a otras series, tono autoparódico... Sin olvidar la mirada irónica sobre el american way of life que proponía la serie.

IRREVERENCIA MODERADA

De hecho, uno de los calificativos que más se utilizó para hablar de Los Simpson en sus comienzos fue el de irreverente. Era una serie iconoclasta, que poco a poco fue desplazando el protagonismo del rebelde Bart al conformista Homer, ganando de ese modo mayor peso su discurso sobre una decadente sociedad americana que la serie, en realidad, celebraba. Porque, a la hora de la verdad, la crítica que contiene suele ser tremendamente condescendiente. No olvidemos que la familia protagonista se burla de su vecino meapilas, pero acude todos los domingos a misa.

Por otra parte, tal como ocurre con ejemplos anteriores y posteriores (no solo en televisión, también en el cómic seriado), una gran parte del éxito de Los Simpson se basa en lo que, si nos permiten ponernos pedantes, Umberto Eco llama "trama sin consumo". El pensador italiano, en su aún referencial 'Apocalípticos e integrados, recuerda que si bien los personajes pueden hallarse involucrados en situaciones de desarrollo y consumición (el argumento de cada episodio), la noción de tiempo que enlaza un episodio con otro entra en crisis al aparecer los títulos de crédito. De ahí que, después de 25 años en antena, ningún personaje de la serie haya envejecido. Viven en un limbo temporal, al contrario de lo que ocurre con los espectadores.

Parafraseando a Eco, cuando acaba un episodio termina la historia. A la semana siguiente, empieza una nueva historia. Si ésta se iniciara en el mismo punto en que había terminado la anterior, Los Simpson habrían dado un paso hacia la muerte. Obviamente, iniciar una historia sin hacer la más mínima alusión a las anteriores podría sustraer a Los Simpson de las "leyes de la consumición", por lo que se establece una relación leve, a menudo con cierto componente onírico, en la que se hacen alusiones a lo sucedido previamente. 

Eco analizaba en su obra los cómics de Superman, pero resulta muy pertinente aplicar su lectura a Los Simpson, una serie que, por su éxito y longevidad, ha dado pie a a numerosos estudios culturales o a libros como Los Simpson y la filosofía, editado en España por Blackie Books en 2009. También, claro, dieron el salto al cine, aunque Groening se pasó años diciendo que no lo permitiría. Vistos los resultados de Los Simpson. La película (The Simpsons Movie, David Silverman, 2007), se entienden sus reticencias. En su traslado a la gran pantalla, la familia disfuncional de Springfield perdió la poca acidez que le quedaba, tras veinte años ininterrumpidos en antena.

HEREDEROS MÁS O MENOS RECONOCIDOS

No se puede negar: Un cuarto de siglo después de su irrupción, Los Simpson parecen estancados. El propio Groening buscó aire fresco poniendo en marcha la simpática Futurama en 1999, aunque si Homer y los suyos han perdido comba no es tanto a causa del desgaste producido por la inercia (que también) como por la aparición de una nueva generación de creadores que ha dado un vuelco absoluto al concpeto de la animación audiovisual. Muchos de ellos son herederos de Los Simpson, pero les han adelantado por la derecha y a toda velocidad.

El caso más evidente (de hecho, está al caer un episodio que unirá a ambas proles) es el de Padre de familia (Family Guy), serie creada por Seth McFarlane en 1999 y abiertamente destinada al público adulto, que también está protagonizada por una familia convencional americana, pero que sustituye el candor e ingenuidad de Los Simpson por abundantes dosis de vitriolo, escatología y alusiones sexuales. El propio McFarlane explotaría el filón en 2005 con Padre Made in USA (American Dad!), que sigue las mismas coordenadas, pero también pone su feroz acento en temas relacionados con la política estadounidense. Rizando el rizo, en 2009 se estrenó El show de Cleveland (The Cleveland Show), un spin-off de la serie.

Tampoco hay que olvidar South Park, la gamberra serie creada por Trey Parker y Matt Stone para Comedy Central en 1997. Enarbola un explícito lenguaje soez y hace un uso gore de la violencia que le ha granjeado no pocas polémicas, pero también ha roto más de un tabú en la pequeña pantalla. En su caso, el salto al cine fue especialmente afortunado, y South Park: Más largo, más grande y sin cortes (South Park: Bigger, Longer & Uncut, Trey Parker, 1999) conserva toda la irreverencia y mala leche de la serie televisiva, marcando la cima creativa de sus responsables, que después erraron el tiro con Team America: La policía del mundo (Team America: World Police, Trey Parker, 2004), incomprendida parodia política que despertó por igual las iras de progresistas y conservadores y les obligó a refugiarse de nuevo en South Park, que sigue emitiéndose en la actualidad.

Desde los mocosos de Rugrats (creada en 1991 y protagonizada por unos divertidos bebés) hasta los paletos de El rey de la colina (King of the Hill, 1997-2010), obra de Mike Judge, el padre de los legendarios Beavis & Butt-Head, no hay serie de animación moderna que no deba algo a Los Simpson. Mantenerse veinticinco años en la élite de un medio tan voluble como la televisión no es asunto baladí. Homer, Marge, Bart y compañía lo han conseguido y han sufrido un inevitable desgaste, pero nadie se atrevería a señalar su fecha de caducidad. Ese es su mayor triunfo.

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2 comentarios

jasper canes escribió
03/06/2014 12:52

Los Simpson son actualmente infumables. Han perdido la esencia de lo que eran. Aquí no han llegado las últimas temporadas pero se pueden encontrar por internet en VO. Literalmente, ya no tienen gracia. Hasta la temporada 18, incluso 20, estaba bien (ya esta última empezó a flojear, yo la vi a la par que en USA). A partir de ahí, tiene una constante carga política y una total ausencia de lo que hacía de esta serie lo que era. Una lástima, porque era genial.

Simpsonero escribió
03/06/2014 11:54

Pocos Simpson ha visto el redactor de este artículo. Maggie es el bebe y lisa la niña lista.

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