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VALENCIA.El debut como director de Stuart Blumberg, responsable de guiones como los de Los chicos están bien o La vecina de al lado, viene respaldado por un trío de estrellas: Mark Ruffalo, Gwyneth Paltrow y Tim Robbins, quienes toman el control de esta comedia romántica.

Amor sin control reúne a tres personajes que tienen como nexo su adición al sexo, aunque se encuentran en distintas fases en su enfermedad. Todos ellos tendrán que dar lo mejor de sí mismos para superar esta situación, aunque esto les ponga en difíciles aprietos frente a sus seres queridos.

La historia se centra sobre todo en la pareja formada por Ruffalo y Paltrow. Ella inicia la relación con su nuevo amor sin saber que él es un adicto al sexo. Descubrir este hecho le obligará a poner a prueba sus sentimientos.

La película, que llega a España dos años después de su producción, es una comedia que no ha sido bien recibida por la crítica que ha destacado su artificiosidad y los problemas de su argumento para ser veraz. En general se ha criticado su tendencia a caer en los tópicos e incidir en aspectos muy trillados.

Con un reparto plagado de rostros conocidos que también incluye la participación de la cantante Pink, el filme pretende ser una reflexión en tono jocoso y ligero de la adicción al sexo, tema que fue tratado por ejemplo en su día por el cine español en la célebre Boca a boca (1995) dirigida por Manuel Gómez Pereira y protagonizada por Javier Bardem, Aitana Sánchez-Gijón, María Barranco y Josep María Flotats.

Y, sin ir más lejos, el cineasta de moda, Steve McQueen, trató el mismo tema con amargura y realismo en la imprescindible Shame. Frente a ella, este Amor sin control aparece como una historia filtrada por un colador empalagoso, sin profundidad y con una ligereza casi frívola.