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VALENCIA. Vino, vio y se fue. Zubin Mehta ha estado una semana en Valencia, en los primeros ensayos de La forza del destino. Se reunió con la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt. Hablaron. No hay respuesta. Sólo ellos saben lo que le dijo el maestro a la intedente.

La semana que viene tienen que resolverse todas las dudas que rodean al futuro del coliseo valenciano, si no buena parte de ellas. La primera de ellas, la más acuciante, es el ERE que se ha puesto en marcha para la sostenibilidad del proyecto; una viabilidad que es más factible que antes. Si bien es cierto que a diferencia de otros años el complejo no tiene carta blanca, la consellera de Cultura, María José Català, ha colocado a una persona de su total confianza, Francisco Potenciano, para que cuadre las cuentas y haga el imposible de conseguir que sea rentable.

Desde su llegada a Valencia Schmidt ha insistido en que la ópera no es rentable. Con los años y la llegada de la crisis, su discurso ha cambiado y ha insistido en que "la calidad vende" y, por lo tanto, si se quiere hacer del complejo un edificio rentable, esto pasa por apostar por los mejores cantantes, los mejores directores de escena, los mejores músicos y, por supuesto, los mejores maestros.

En ese punto es donde entra el dilema sobre la continuidad o no de Zubin Mehta. Desde la avenida de Campanar, sede de la Conselleria, no hay debate alguno. Si el director indio quiere ser el titular de la formación, lo recibirán con los brazos abiertos. "Es incontestable", dicen como un mantra.

Es incontestable pero no se aportará ni un euro más a la cada vez más ajustada economía del coliseo. Las dudas de Mehta que llegan desde el complejo a Campanar se interpretan como que el director quiere más dinero. Pero dicen quienes trabajan y tratan con él que no, que el director está más que satisfecho con su actual salario, con su responsabilidad en el Festival del Mediterrani y que sus peticiones van en otro sentido.

En concreto, comentan que el maestro ha reclamado más audiciones para completar la orquesta de la Comunidad Valenciana. La formación tiene en la actualidad un déficit de violas y fagots. Se necesita acudir con demasiada frecuencia a músicos de refuerzo, algo que ha criticado en público Plácido Domingo.

El problema es que en unas semanas se tiene que resolver el expediente de regulación de empleo y, tras la puesta en marcha del mismo no se puede contratar a ningún trabajador. Es, dicen, una petición imposible de asumir.

EN CULTURA TRABAJAN CON LA IDEA DE QUE MEHTA NO SIGUE

En la Conselleria de Cultura están expectantes a la respuesta de Mehta. Pero trabajan con una previsión. Desde hace meses están convencidos de que el director del Festival del Mediterrani no seguirá. Es más, esta semana se especulaba con que las representaciones de Turandot serán las últimas de Mehta en Valencia.

En previsión de acontecimientos, se han iniciado contactos con el principal candidato a suceder a Mehta, que es Gustavo Gimeno. El director valenciano, en la actualidad asistente de Maris Jansons, ha dirigido ya a la orquesta de la Comunidad Valenciana en Castellón y la impresión que ha dejado ha sido "muy buena". "Tiene un conocimiento de la música espectacular", asegura un miembro del equipo técnico del Palau que asistió al concierto de Castellón.

El único pero que se le achaca es su escasa experiencia en el foso, dirigiendo óperas, pero es precisamente por eso que en la Conselleria quieren apostar por él. Lo que busca es a alguien de su talento que crezca con la orquesta, formar una estrella internacional. Y mimbres, dicen, hay. Gimeno ha sustituido a Lorin Maazel en Múnich en cuatro ocasiones durante los últimos ocho días. Las críticas en Alemania hablan de triunfos, de que "tiene las ideas claras" y de "impresionantes cualidades".

El otro candidato valenciano, Jordi Bernàcer, pasó su particular examen a principios de abril, cuando dirigió la última representación de Simon Boccanegra. Todo fueron parabienes. Encantó a los que le vieron y, una vez más, gozó del apoyo de los músicos de la orquesta. Es una persona muy querida por los profesores de la formación. De hecho, dicen, ése es su handicap. "No puede dirigirles porque le ven como su amigo; para los músicos es un compañero y eso no es bueno".

Una vez resuelva Mehta su particular ser o no ser hamletiano, si se produce lo que esperan en Cultura y es que el maestro diga no, se tendrá que acudir a unos de estos dos. Y ahí las cartas están muy igualadas. Será Schmidt quien decida. Podría ser Gimeno, cierto, pero también Bernàcer. "Por suerte o por desgracia, eso no va a ser un problema", asegura una persona vinculada al Coro de la Generalitat; "tenemos tantos buenos directores que podría ser cualquiera de ellos dos u otro". Así pues, la sucesión no es el conflicto.

En cualquier caso la resolución tiene que darse pronto. Una vez se ha descartado ir a China este verano, el Palau de les Arts tiene que programar con más precisión su temporada. Precisa de un calendario ajustado que permita en 2015, esta vez sí, ir al país asiático. Pero la gira sólo será posible si Mehta sigue como director titular de la orquesta o al menos mantiene su vinculación con el coliseo. 

Toda queda a expensas de esta última semana de mayo, que se prevé de Pasión tardía. Se sabrá si Mehta sigue o no, si se puede ir a China o no, cuál será el candidato elegido por Cultura a la espera del visto bueno de Schmidt, cómo se resolverá el ERE... Demasiadas preguntas.