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OPINIÓN

Otro turismo es posible: Erasmus, Vives y las calles

Por JOSÉ NACHER. 23/05/2014 "Tratemos de ser algunos de nosotros al menos ciudadanos europeos y cultos. Aquí mismo. Intentémoslo. Por Erasmus. Por Vives. Y por nuestras calles..."

VALENCIA. En los últimos años, académicos, consultores, gurús y hasta las instituciones más respetadas, con la UE y la ONU a la cabeza, han caído en la cuenta de que la animación en las calles y las plazas es un indicador muy sintético y revelador acerca de la existencia de paz política y fluidez económica en los territorios. O, lo que es lo mismo, muestra la facilidad para el encuentro entre personas y, en consecuencia, para la cooperación y el intercambio.

Un espacio cívico bien transitado es el caldo de cultivo del que surgieron en el hábitat mediterráneo nada menos que la democracia, el teatro y las olimpiadas. Algunas tradiciones anarquistas, libertarias y conservadoras europeas en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX recuperaron algunas de estas prácticas. Ya en la segunda mitad, Henri Lefebvre y Jane Jacobs establecieron bien claramente por qué y cómo las calles llenas de diversidad generan creatividad e innovación y estos logros procuran un salto cualitativo en la productividad y competividad de los territorios.

Sin embargo, durante muchos años nos hemos empeñado en acabar con las calles y plazas como espacios de tránsito y relación, de convivencia en la diversidad, de libre mercado, en definitiva. Esa ciudad típicamente grecolatina que nació como Valentia no ha sido una excepción, claro. Aún así, muchos centros históricos europeos todavía preservan una trama urbana en la que las calles y plazas transitables sobreviven y las densidades poblacionales correspondientes a una planta residencial normalmente con 3-4-5 alturas facilitan el reconocimiento y la confianza mutua entre los residentes y la relación y el intercambio con el público visitante que es atraído por su oferta cultural y comercial.

Por este motivo, las bicicletas y la peatonalización han protagonizado episodios muy celebrados de vitalidad y revitalización urbana en ciudades creativas. En Valencia, el centro histórico, Ruzafa, los poblados marítimos y Benimaclet, al menos, merecen ser considerados buenos candidatos a localizar procesos que los sitúen en ese grupo superviviente.

'GENTE COSMOPOLITA'

En ciencias sociales, calificamos como población cosmopolita a las personas respetuosas de los derechos humanos, abiertas de mente, tolerantes y viajeras, una población con sentido de pertenencia a la humanidad y al planeta, altamente consumidora de cultura y ocio en los que valora muy positivamente la autenticidad, la libertad y la creatividad. Manuel Castells señala que podemos estar hablando del 15% de la población mundial.

Los profesionales de la creatividad, también llamados clases creativas, son muy habitualmente personas cosmopolitas. Se ocupan en el arte, el diseño y la moda, la comunicación y el marketing, el entretenimiento y el ocio, pero también en la educación y la I+D+i. Son sectores con muchas opciones para generar alto valor añadido. La capacidad adquisitiva del público cosmopolita es variable pero su característica común es la inteligencia y la continuidad de sus hábitos. Así que conquistar a un cliente cosmopolita propicia para las organizaciones, empresas y territorios un boca a oído preciso y duradero.

En los últimos años, Valencia se ha posicionado muy bien en el mercado del turismo profesional, sobre todo en el ámbito de convenciones y congresos y/o también en lo que se conoce como ocio corporativo -actividades de teambuilding, sobre todo-. El Informe elaborado por la ICCA -International Conventions and Congress Association- en 2013 sitúa la ciudad entre las 50 más importantes del planeta y subiendo.

Al mismo tiempo, ha intentado la aventura de los grandes eventos y los grandes contenedores culturales. Esto no ha salido tan bien. Pero por una y otra vía la ciudad dispone de una posición en el mundo a considerar -y que no tenía- y en un segmento de mercado con notable impacto entre la población dirigente de los países avanzados y en desarrollo. Aunque, desde luego, no toda la población dirigente es cosmopolita.

Sin embargo, lo que todavía no evaluamos con la suficiente propiedad son las señales muy esperanzadoras que sobre Valencia envían Erasmus de Rotterdam desde el pasado y la cultura audiovisual líder desde el más rabioso presente. Valencia se ha convertido en la ciudad de la UE con más estudiantes universitarios Erasmus, jóvenes pertenecientes a familias que son y serán importantes en el funcionamiento de Europa, claro.

Este es un hecho claramente sintomático de nuestro atractivo presente y un anticipo de nuestro posicionamiento futuro en los corazones de tantos ciudadanos graduados y post-graduados, si, como se observa en las encuestas de satisfacción, regresan a sus países con sus expectativas más que cumplidas.

EL ESTILO MEDITERRÁNMEO DE VIDA

Hace cinco siglos, Erasmus y Luis Vives intercambiaron pareceres sobre una Europa convulsa. Hoy estamos en paz. Y Valencia es observada desde el exterior como un territorio ideal a través del que conocer el estilo mediterráneo de vida. Sin duda, la Universitat Politécnica de València y la Universitat de València son buenas en lo suyo, faltaría plus. Pero es la ciudad la que completa el pack territorial que atrae a los miles de jóvenes europeístas cada año.

También la principal institución educativa del mundo en música, Berklee College of Music, con sede en Boston, eligió Valencia para localizar su Escuela de Postgrado entre todas las ciudades del planeta. La densidad de músicos de la Comunitat Valenciana es probablemente la mayor del mundo. Son procesos pequeños pero con mucha calidad institucional apuntando a nuestra ciudad como referente de vida urbana. Y en muy pocas fechas puede conocerse la apuesta de otra institución global también líder en su ámbito de ocio inteligente.

El último proceso emergente en la ciudad es el turismo idiomático. Y es que, además de los estudiantes Erasmus, cada vez nos visitan más personas de todas las edades para aprender español. En fin, nuestro estilo de vida incluye aún calles y plazas creativas y, con una relevancia menor todavía en términos relativos, atrae población educada, culta y creativa, con una capacidad de gasto muy variada pero inteligente y abierta de mente, probablemente leal a una ciudad que les reporta bienestar de modo inolvidable.

La hipótesis con la que trabajamos desde algunos despachos de la Universitat de València conectados con las calles es la de que puede que los ingredientes para el caldo de cultivo creativo en Valencia estén ya disponibles y es hora de meterlos en la misma cazuela y encender el fuego. Y nada mejor que una institución con el mandato constitucional del servicio público y la objetividad para alojar una de las cocinas.

Con el fin de testar la evidencia sobre estos procesos, este martes 20 de mayo ha tenido lugar en la Facultat d'Economia de la Universitat de València la jornada "Turismo Creativo, Oportunidades Inmediatas". Inaugurada por el decano de la institución Vicent Soler, organizada por la unidad de investigación Estrategias en Turismo y Ocio con la colaboración de Patrimònic, Frescultura y la propia Facultat d'Economia y con el patrocinio de Ding-Dong Places, se han reunido profesionales y académicos para debatir sobre las oportunidades que genera el turismo de ocio y profesional de las clases creativas y su impacto sobre el posicionamiento del destino visitado.

Con la presentación de sus proyectos y resultados, Ding Dong Places, Grupo La Sucursal, Berklee College of Music, Ley Dj, Circuito Café Teatro San Miguel, La Ciutat Construida, ASSOC Desarrollo Territorial, EconCult y Estrategias en Turismo y Ocio han confirmado las posibilidades de Valencia en ese ámbito. Existe un germen que puede estar a punto de fructificar en sinergias y colaboraciones, propiciando experiencias creativas tanto para la población local como para los turistas.

No deberíamos perder otro tren, así que hemos de mantener nuestros barrios y, sobre todo, aquellos con más historia con la vitalidad a ras de tierra y con un espacio cívico que confirme a Valencia como ciudad creativa en progreso. Y no estamos hablando de un paradigma social y económico alternativo o underground. Lo fue. Ya no lo es. El programa Europa Creativa (2014-2020) de la UE destinará 1.800 millones de euros a promover las industrias creativas. Y el más reciente informe del programa Hábitat de la ONU tiene como esclarecedor título 'Las Calles como Espacios Públicos y Conductores de Prosperidad Urbana'.

Apenas nos queda duda de que Luis Vives sonreiría al comprobar que finalmente su apuesta por la libertad de pensamiento compartida con Erasmus de Rottterdam tiene quizás más que nunca su oportunidad en su propia tierra. Y, teniendo en cuenta cómo están otros sectores productivos de bajo valor añadido en los que hemos basado la aventura reciente, tratemos de ser algunos de nosotros al menos ciudadanos europeos y cultos. Aquí mismo. Intentémoslo. Por Erasmus. Por Vives. Y por nuestras calles.
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José Nácher es profesor titular de la Facultat d'Economia de la Universitat de València. Director Estrategias en Turismo y Ocio

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2 comentarios

Oscar escribió
30/05/2014 10:22

Buenos conceptos en los que muchos valencianos coincidimos. Debería de haber una segunda parte con propuestas concretas, tanto para la administración como para la sociedad civil, de proyectos en esa línea.

Sergio escribió
24/05/2014 10:45

Valencia tiene grandes virtudes pero que tenemos que saber mostrar y gestionar. Artículo muy interesante.

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