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VALENCIA. A Coco Chanel le debemos mucho, eso lo sabemos todas. Y no, no me refiero solamente a la popularización de prendas como las chaquetas de tweed, las camisetas marineras o los pantalones masculinos, por citar algunas de sus aportaciones eternas.

Mademoiselle Chanel, que comenzó su carrera en la moda diseñando sombreros, fue la responsable de convertirlos en un accesorio elegante que, lejos de los excesos de la época, contaban con el estilo suficiente para diferenciar del resto a la mujeres que los llevaran. Su propuesta consistía en sombreros sencillos, modelos incluso masculinos nunca antes llevados por mujeres y materiales como la paja que sólo llevaban los campesinos.

Hasta ese momento los sombreros, que constituían un signo de recato y una norma de etiqueta entre las clases altas, pasaron a convertirse en un complemento de moda que aportaba clase al look y que permitía definir un estilo propio. Años más tarde, en las décadas de los años 30 y 40, los sombreros pasaron a formar parte total del vestuario. Diseñadores como Christian Dior, Balenciaga o Yves Saint Laurent acompañaban sus propuestas en cada colección con sombreros que marcaban tendencia.

Entre 1950 y 1960, la época dorada de Hollywood concedió a los sombreros más glamour si cabe. Estrellas como Greta Garbo, Marilyn Monroe o Audrey Hepburn lucieron sombreros inolvidables  dentro y fuera de la pantalla. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, la pamela de Audrey en Desayuno con Diamantes?

Si hay un nombre importante en el mundo de los sombreros ese es Philip Treacy. En los años 80s, este creador irlandés se hizo popular por sus diseños espectaculares y ser el favorito de la alta sociedad para lucir sus sombreros en las carreras de Ascot.

Entre sus clientas cuenta con Catalina de Cambridge (Kate Middleton, para los amigos), Carlota de Mónaco, Lady Gaga o Sarah Jessica Parker. Además, ha colaborado con diseñadores como Alexander McQueen, Karl Lagerfeld o Valentino.

LOS SOMBREROS, HOY

Después de pasar una larga temporada en el olvido por ser considerados complementos propios de otra época, hoy los sombreros vuelven a ser más tendencia que nunca. Los grandes diseñadores de moda incluyen nuevos modelos en sus colecciones cada temporada. Durante las Semanas de la Moda pudimos ver, por ejemplo, sombreros de ala anchísima en Saint Laurent, viseras y gorras en Chanel o sombreros Panamá en Hermès.

Además, firmas de lujo dedicadas exclusivamente a la fabricación de sombreros, como la francesa Maison Michel, cuenta cada vez con más clientas y colecciones más amplias. Desde hace unos años, no hay boda en la que no se vea un tocado o una pamela, en el caso que se celebre de día -y se cumpla el protocolo, claro.

"Los tocados empezaron siendo tendencia hace unos años, ahora ya es un mundo que se ha generalizado bastante. Si tuviera que elegir un rasgo, elegiría las flores. No diría que son tendencia, sino que ahora todo el mundo se anima con las coronas y las diademas de flores y las bodas parecen un desfile de Dolce & Gabbana. Antes te ponías una corona de flores y te miraban como si estuvieras loca, por ello creo que el tema de los accesorios en la cabeza se está normalizando".

Lo dice Lucia Benavente, propietaria y diseñadora de la firma de tocados y complementos Lucia Be. Una valenciana emprendedora que se define como "cuentista, dibujante y sombrerera" y que sabe mucho de tocados y sombreros bonitos, añado.

También el mundo de la música, ha contribuido a esta vuelta de los sombreros y tocados. Por ejemplo, popularizando las coronas de flores al estilo de Lana del Rey -compruébenlo asistiendo a cualquier festival de música-, los gorros de lana o las gorras de gran visera que acompañan siempre a cualquier rapero que se precie.

CABEZAS DE MODA Y PROTEGIDAS

Los sombreros no cumplen solamente con una función estética, también nos protegen del sol. Tendencia y funcionalidad no están reñidas.

"Las personas cada vez están más concienciadas de los riegos que supone exponerse al sol por lo que buscan sombreros que les protejan y a la vez se sientan favorecidos con ellos. Esto ha hecho que ahora los sombreros se usen a diario y no sólo en ocasiones especiales", me cuentan en Sombreros Albero, todo un referente en el mundo del sombrero desde 1820.

La llegada del buen tiempo es el momento ideal para lucir un sombrero.Los preferidos son, temporada tras temporada, los fabricados en materiales ligeros y naturales como la paja o el lino.

En Sombreros Albero tienen claro cual es su modelo estrella. "Los sombreros Panamá son imbatibles, por su comodidad, atemporalidad y favorecer a casi todas. Además en las mujeres queda muy chic". Lucia Be también coincide en el poder de los Panamá entre sus hits de ventas. "Los sombreros tipo panama, fáciles de poner pero con un toque diferente. Y por supuesto, siempre mi querido Ginnie Maddox, el canotier de paja y banda de flores negras, que se ha convertido en el must de mi tienda online".

TODO ES ACTITUD

Es inevitable no fijarse en alguien que lleva sombrero, eso es así. Los sombreros nos dan cierto aire de misterio y de sofisticación que nos diferencian del resto. Le pregunto a Lucia Be qué buscan sus clientas cuando le encargan uno. "Actitud. Es lo que te da un sombrero". Los clientes de Albero parecen algo más pragmáticos."Sentirse favorecidos. Además, claro está, de que cumpla su función y sea de calidad".

Hace unos años, llevar sombrero era cosa de personas mayores. Hoy, no tiene nada que ver con la edad. Tampoco cubrir nuestra cabeza con estilo es exclusivo de las mujeres. Un ejemplo de esto es la clientela de Sombreros Albero: "hay cada vez más gente joven, les encantan los sombreros y las gorras. Se atreven con modelos más atrevidos. También tenemos muchos clientes masculinos casi tantos como mujeres"

SOMBREROFILIA Y SOMBREROFOBIA VALENCIANA

En Valencia disfrutamos de muchos días de sol perfectos para lucir un precioso sombrero, sin embargo, paseando por la ciudad no es frecuente cruzarse con nadie llevando uno. En Invierno es casi excepcional. ¿Existe en Valencia cierta "sombrerofobia"? ¿Por qué parece que sólo usemos sombrero cuando viajamos a otras ciudades?

Lucia Be conoce bien Valencia y me da su opinión. "En Valencia hay mucha vergüencita ajena y sentido del ridículo. Es algo que poco a poco se nos va quitando, pero aún falta riesgo, un poco de osadía a la hora de vestir. Un sombrero hay que saber llevarlo, y si vas a estar todo el día preocupándote de si lo llevas o no, mejor no te lo pongas. Ese es el problema: en Valencia, a rasgos generales, nos damos mucha importancia y a veces hay que olvidarse y dejarse llevar".

Me sorprendo entonces cuando desde Sombreros Albero me comentan que, de las tiendas que tienen repartidas por distintas ciudades de España, es en Valencia donde tienen mayor número de ventas. No olvidemos que los turistas, poco acostumbrados a nuestro clima, corren a Albero a comprar un sombrero estiloso que los cubra en sus días de paseos y playa.

Le pido a Lucia Be que, ya que en Valencia somos -aunque cada vez menos- tan tímidos para ponernos algo en la cabeza, elija algún lugar que nos lleve mucha ventaja. Lucia elige tierras más frías. "Si tengo que hacer patria me decanto por el norte: Coruña, Gijón, San Sebastián, Oviedo... me parece muy interesante su apuesta en cuanto a street style, la gente es más atrevida en contra de los prejuicios climáticos"

Y si salimos de España, los sombreros están más integrados en el día a día y no es raro ver todo tipo de modelos en personas de distintas edades. "En Nueva York la gente lleva sombreros con muchísimo estilo, supongo que es una repuesta obvia pues allí la moda se vive de otra manera". Llevar un sombrero bonito siempre nos dará un toque de estilo pero, sobre todo, está bien llevarlo por si se presenta una buena ocasión para quitárnoslo  -Joaquín Sabina, dixit-