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VENTA DE EXPERIENCIAS

We are knitters, tejer ya no es sólo un placer para las abuelas

E. PASTOR. 19/05/2014

VALENCIA. Compartir experiencias está de moda, es un hecho. Y por este motivo tienen tanto éxito las startups que no solo venden un producto, sino que mueven a la acción y que incitan a compartir la experiencia que generan en todas las redes sociales. Entre la tendencia 'do it yourself' se  ha colado We are knitters, un marketplace que invita a los usuarios a que tejan con sus kits, que incluyen lana, hilo de punto, algódón o trapillo, un patrón de la prenda y las agujas.

La firma ha sido creada por María José Marín y Alberto Bravo, dos jóvenes de 23 años que estudiaban Empresariales y Economía cuando se conocieron en la consultora Pwc. "Estuvimos en Nueva York hace cinco años y vimos que era una tendencia", explica Alberto. "La gente tejía, por ejemplo, en las cafeterías, y vimos a una chica muy cool  hacerlo en el metro con colores fosforescentes". Entonces se dieron cuenta de que en España no había nada parecido, vieron que allí algunas tiendas vendían kits y en 2010 empezaron a desarrollar la idea.

"Son patrones hechos para principiantes, para gente que no ha tejido", destaca. "No es como los libros que vienen llenos de numeritos en los que no se entiende nada, además, reforzamos estos patrones con vídeos que tenemos colgados en nuestra web", apunta. Ellos tampoco tenían ni idea de tejer, y reconocen que su historia no estan idílica como que su abuela o su madre les enseñaran a usar las agujas, sino que aprendieron con vídeos de Youtube.

"Queríamos crear algo nuestro, y nos dimos cuenta de que la consultoría no era lo que buscábamos", explica Alberto. No obstante, asegura que les ha favorecido tener una base financiera a la hora de hacer un business plan, aunque ha llegado un momento en el que han externalizado esta laboral. "Al principio íbamos a ferias y veíamos a gente con un gran conocimiento del producto y del diseño, pero no tenían una buena base económica", asegura. 

Cuando empezaron en 2011 no estaba extendido el tejer en España y la gente pensaba, ¿por qué tengo que hacérmelo yo?. "Cuando se lo presentábamos a las revistas de moda creyeron en el proyecto", explica Alberto, quien asegura que esta labor ha dejado de estar estigmatizada y la realizan desde señoras mayores a chicas jóvenes. Asegura que ya había mucha gente que tejía, pero cuando llegaba a casa, y lo hacía de una forma oculta. "Queremos que se vea una actividad, que la haga gente joven y que sea guay".

Los patrones los realizan ellos e intentan adaptar las nuevas tendencias. También tienen a expertos que tejen para ellos e intentan transmitirles las sensaciones que quieren aportar a través de las prendas. "Cuando empezamos sacamos cosas muy sencillas como bufandas o cuellos, pero los clientes han crecido con nosotros así que seguimos con los jerseys, las camisetas y los ponchos", explica Alberto. Hay casi 20 colores de lana gorda, unos 10 de algodón y mucho trapillo. 

"Empezamos con lana gorda de colores muy llamativos, que es lo que más nos caracteriza", destaca Alberto. "Cuando llegó la primera sacamos algodón porque vimos que la gente quería seguir haciendo, pero en julio no vas a tejer lana". Más tarde incorporaron la lana fina y este año han sacado el trapillo. "Vendemos una experiencia, no solo el producto", explica. "Igual es alguien que teje una bufanda y luego la regalan y saben que la persona mientras ha estado haciéndola ha pensado en ti, por lo que es algo más personal", explica. "Lo que hace a la prenda especial es que no hay dos iguales, nadie teje de la misma forma". 

Ahora hay marcas que hacen productos similares, pero aseguran que fueron los pioneros. "Nos hemos sabido adaptar a los tiempos, algo que también resulta atractivos en nosotros", destaca Alberto. "Algo tan tradicional con una imagen tan moderna y cercana atrae, lo que hace que la gente se vaya animando". Otra clave de su éxito es la utilización de las redes para hacer llegar su producto. "Esto ha hecho que se viralizara muchísimo", apunta.

"Se nota mucho que en España compran más de Madrid hacia arriba, el clima influye bastate. Vendemos mucho en el País Vasco, Galacia y Catalunya", explica. Ahora sus kits no solo se venden dentro de nuestras fronteras, también en Reino Unido, Alemania y Francia. El año pasado facturaron 400.000 euros y han conseguido crear una comunidad repartida en Europa. Además, tienen delegaciones en Berlín y París. Actualmente venden en torno a 1.000 kits en un mes.

Respecto a la inversión para llevar adelante el proyecto, consiguieron un premio para emprendedores en Icade, que sumado a algo de inversión propia fue suficiente. Después consiguieron un préstamos Enisa y con eso estuvieron año y medio hasta que hace un año consiguieron financiación de unos business angels. Además de vender por la red, también tienen presencia en algunas tiendas físicas y, por ejemplo, están vendiendo en superficies como El Corte Inglés.

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