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DE CÁRCEL ABANDONADA A MODERNO CENTRO ADMINISTRATIVO

Complejo 9 d'Octubre: adiós a los motines y al 'vuelva usted mañana'

VALENCIAPLAZA.COM. 10/05/2014 La Generalitat saca pecho del nuevo centro de trabajo de los funcionarios, al que consideran el símbolo de Administración ágil y moderna · Fotogalería de una transformación

VALENCIA (VP/FOTOS: LUIS GARCÍA GONZÁLEZ). Apenas un año después de la llegada de los primeros funcionarios de la Generalitat Valenciana a la nueva Ciudad Administrativa 9 de Octubre de Valencia, la actividad diaria de los cientos de empleados públicos que hoy trabajan allí escenifica la recuperación de la antigua Cárcel Modelo de Valencia como edificio de servicio público del siglo XXI.

Tras ocho años y una inversión cercana a 108 millones de euros, la reconversión de la antigua prisión deja atrás décadas de abandono y la inevitable controversia sobre a qué destinar el edificio, desalojado como prisión en 1992 pero calificado como patrimonio artístico y, por tanto, como bien protegido y a preservar.

La Modelo de Valencia fue construida a finales del siglo XIX por el arquitecto Joaquín María Belda, (Valencia, 1839-1912) adscrito a la denominada corriente historicista y tardorromántica de finales de siglo. Es una de las construcciones más importantes y representativas valencianas de entonces, tan destacable como lo fue Belda entre los arquitectos de su tiempo: es autor de otras obras de uso público tan reseñables como la Casa de la Beneficencia de Valencia o la reforma del Hospital General de la Ciudad, en 1871.

Las obras empezaron en 1889, el mismo en que la primera mujer valenciana lograba un título universitario (Manuela Solís, primera universitaria valenciana, licenciada en Medicina) y duraron 16 años. El proyecto y presupuesto total de la obra fue adjudicado (en subasta pública) por 1.400.000 de pesetas.

La nueva cárcel representaba una apuesta por la modernidad pese a que España vivía tiempos difíciles y se precipitaba hacia la traumática crisis colonial, política y social del 98.

Por su parte, Valencia se sobreponía a su particular calvario tras una terrible epidemia de cólera en 1885, que provocó más de cien muertes diarias y un sinfín de rogativas y oraciones suplicando el fin del mal. Pero no todo eran penalidades, y en aquella Valencia todavía iluminada por farolas de gas también se abría camino la creatividad de artistas como Sorolla y Blasco Ibáñez, que en pocos años formarían parte de las señas de identidad nacionales y valencianas.

La cárcel fue inaugurada en junio de 1903 por el Ministro de Gracia y Justicia de la época, Eduardo Dato, en pleno reinado de Alfonso XIII en "un acto solemne y trascendental", según palabras de la revista Blanco y Negro de esa fecha, que destacaba "la importancia del nuevo edificio, su coste y la perfección y escrupulosidad con que en él han sido observados los principios de la ciencia penitenciaria". Disponía de 528 celdas.

Belda diseñó una estructura funcional y práctica que respondía a las funciones y usos a los que iba destinado el edificio. De ahí la planta radial y la característica forma de estrella de todas las cárceles modelo, que permitía vigilar y controlar para lograr "la regeneración por la vigilancia", como proponían las corrientes sobre educación penitenciaria más innovadoras de la época. Y para ello nada mejor que el llamado "panóptico", el ojo que todo lo abarca y todo lo observa. Desde él veía el alcaide a los presos y ellos a él.

Una visión muy diferente a la que ofrece hoy el edificio a sus ocupantes. En el exterior, las cuatro torres de nueva planta que se han sumado a las estructuras históricas permiten espectaculares vistas al mar y la huerta. En el interior, pocas puertas y muchos espacios diáfanos, pasillos de comunicación entre el ciudadano y la 'Nueva Administración' que la Generalitat, según recalcan fuentes del Consell, "quiere ofrecer a los valencianos".

UNA MUDANZA COMPLEJA

El traslado de los funcionarios y las respectivas instalaciones administrativas ha supuesto "un verdadero reto para la Generalitat", como admiten fuentes del Ejecutivo, aunque subrayan que la mudanza se ha logrado realizar "sin incidentes" y "según lo previsto" en el calendario de traslados elaborado por la Conselleria de Hacienda y Administración Publica.

Cada funcionario ha llegado tras recibir una guía previa indicando su lugar exacto de trabajo y también con el ordenador, documentación y el material de su antigua ubicación pues, salvo máxima justificación, la Conselleria se propuso desde principio un traslado a coste cero.

LA GENERALITAT SACA PECHO

En una legislatura tan complicada, la Generalitat saca pecho de lo conseguido con este complejo, dado que considera que la transformación de la antigua cárcel en Ciudad Administrativa es "un hito y un referente administrativo a nivel estatal, como en el ámbito privado lo es la Ciudad de Telefónica de Madrid o, en Asia, el edificio del Gobierno metropolitano de Tokio", afirman fuentes del Gobierno valenciano.

Así, la Generalitat entiende que la concentración de servicios que antes estaban dispersos por la ciudad beneficia "tanto a los ciudadanos como a los empleados públicos, ya que la nueva Ciudad Administrativa 9 de Octubre ofrece mejoras para la conciliación de la vida laboral y personal con la incorporación de servicios como el de guardería".

La inversión estará amortizada en menos de 8 años, ya que la puesta en marcha del complejo ahorrará 14 millones de euros anuales a la Generalitat, 7 en concepto de alquileres y otros 7 gracias a la centralización en la contratación de suministros como vigilancia, servicios energéticos o mantenimiento.

Junto a los servicios administrativos, además de la citada guardería habrá una comisaría de la policía autonómica, biblioteca, un complejo deportivo y otros servicios abiertos tanto a los funcionarios como a los vecinos.

Lejos quedan los motines (el último de 1992); la sordidez de las llamadas "celdas negras" de castigo y la represión y el hacinamiento de los años más oscuros de la historia de la Modelo. El cristal y el acero del la Ciudad Administrativa cohabitan ahora con el ladrillo visto de la antigua cárcel modelo.

Del pasado queda solo el esqueleto en forma de estrella y otros edificios y elementos mantenidos por su interés, como el de las cocinas, el del cuerpo de guardia o el rosetón de una virgen en la antigua celda del alcaide, que ningún operario se decidió a eliminar. Quedan también los árboles centenarios del entorno, respetados conforme a la visión integradora y ecológica de esta iniciativa.

Pero sobre todo, la intención del Gobierno valenciano es que quede "borrado" ese "pasado decimonónico de la Administración pública del ‘vuelva usted mañana'. En la Ciudad Administrativa 9 de Octubre "solo cabe la prestación de un servicio público, gestionado desde la cultura de la eficacia, más ágil, no tutelante y honesto con los ciudadanos, capaz de responder a las necesidades de una administración pública del siglo XXI". 

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