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The Autumn Defense y los proyectos satélite de Wilco

CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA. 10/05/2014 El proyecto de John Stirratt y Pat Sansone visita nuestro país esta semana. Aprovechamos para charlar con el primero de ellos y para repasar las aventuras paralelas del resto de miembros de la célebre banda de Chicago

VALENCIA. No cabe duda de que Wilco han sido (aún lo son, para muchos) la gran banda de referencia del rock norteamericano de raíces en los últimos tres lustros. Independientemente de que para algunos sean un grupo acomodado, dormido en los laureles, o de que para otros sean un magnífico ejemplo de clasicismo inmarchitable. Al margen de que lo que para unos resulta una brillante deconstrucción rock (la de sus álbumes más aventurados) sea para otros, simplemente, americana con ruiditos exógenos.

Los cinco miembros actuales de la banda de Chicago, no obstante, llevan años encontrando tiempo más que suficiente para desviar sus esfuerzos hacia otros proyectos paralelos, seguramente menos lucidos y mediáticos pero también muy sustanciosos. A veces, incluso complementarios. Y desde luego, siempre válidos para entender la particular idiosincrasia de las cinco personalidades que conforman este elenco de músicos extraordinarios, lo más parecido a unos nuevos The Band que esta centuria haya alumbrado.

Al margen de lo que las ricas trayectorias alternas de Jeff Tweedy (vocalista, guitarra y compositor principal), Nels Cline (guitarrista principal), Mikael Jorgensen (multiinstrumentista) o Glenn Kotche (batería) puedan deparar, si hay un proyecto ligado a ellos que representa la emoción del pop en su estado más diáfano y puro, esos son The Autumn Defense. Lo integran los también multiinstrumentistas John Stirratt (bajo, piano, violín) y  Pat Sansone (guitarra, teclados), acaban de editar su quinto álbum juntos desde 1999 y lo presentan el 12 de mayo en Madrid (Teatro Nuevo Lara), el 14 en Valencia (Loco Club) y el 15 en Barcelona (Sidecar), en recintos-lógicamente-mucho más pequeños que los que frecuentan con Wilco, y acompañados de su tercer hombre, el batería Greg Wieczorek, quien también graba con ellos desde los albores de la formación.

El álbum cuyo contenido vienen a desbrozar es una auténtica delicia, una ambrosía pop de filiación 60s y 70s, con The Beatles, el sunshine pop o el soft rock marcados en el horizonte, adobada por una producción contemporánea y con todas las trazas de compartir cubetas con los discos de otros artesanos coetáneos como Bart Davenport, Josh Rouse, Ben Kweller o Joe Pernice. Han decido llamarle simplemente Fifth (Quinto), sin complicarse demasiado la vida. John Stirratt es nuestro interlocutor para hablarnos de él, y reconoce abiertamente que "nunca ha habido un gran cambio estilísticamente en la banda de un disco a otro, pero a menudo tenemos problemas a la hora de encapsular todo lo que queremos transmitir en una sola frase, ya que es algo complicado de hacer cuando tienes a dos compositores, así que hemos llamado a este disco Fifth por la misma razón que al tercero le llamamos The Autumn Defense:  no nos preocupa porque creemos que es una colección de canciones que se sostiene por sí sola sin necesidad de un título más evocador".

El peligro, como suele ocurrir con trabajos de esta índole, es sonar tan escrupulosamente retro que cunda la tentación de catalogarlos como una banda puramente anclada en el pasado. "No queremos sonar demasiado amanerados", nos comenta Stirratt, quien afirma que tratan siempre de actualizarse y "sonar contemporáneos, aunque haya aspectos de nuestros héroes, como The Left Banke o The Zombies, que suenen refinados y pulcros, pero bueno, eso es al fin y al cabo en lo que consistía el pop de cámara". Pese a eso, defiende que "nuestra identidad vocal y el sonido de nuestros discos responden claramente por The Autumn Defense".

The Autumn Defense

VÁLVULA DE ESCAPE

El propio recorrido de la banda se ha visto muy influenciado por Wilco. No solo por aquello que se suele decir acerca de los proyectos paralelos como válvula de escape ante la rutina de las bandas nodriza. Sino por la propia dinámica de la referencial banda de Chicago: "En un principio, había tanta energía en los conciertos de Wilco, que The Autumn Defense constituía un refugio para mí, pero fui dándome cuenta con los años de que debía incrementar la energía del proyecto, sobre todo con este último álbum, porque si no se vuelve demasiado unidimensional y relajado".

John Stirratt lleva ligado a Wilco desde la génesis de la banda, a mitad de los 90. Incluso formó parte de la última formación de su semilla, aquellos Uncle Tupelo que fueron la bisagra entre lo que se dio en llamar Nuevo Rock Americano y lo que luego pasó a denominarse country alternativo. Pero Pat Sansone se unió a ellos en 2004, justo antes de iniciar la gira de A Ghost Is Born (2004). Cuando le consultamos a Stirratt en qué momento vio que The Autumn Defense tendría visos de largo recorrido y cuajo de proyecto con entidad, lo tiene claro: "creo que el trabajar con Pat en el primer disco, y ver cómo cantábamos juntos, facilitó las cosas, pero lo que realmente selló el proyecto fue la canción "The Answer", del segundo álbum, porque salió con tanta fluidez que comprendí que teníamos como una tercera voz cuando cantábamos juntos".

AVENTURAS PARALELAS

Tanto Stirratt como Sansone han desarrollado más proyectos al margen de Wilco, claro. El primero grabó Arabella en 2003, un álbum a nombre de Laurie and John, que no era más que un dúo formado junto a su hermana, integrante de la banda Blue Mountain, y cuya entente esperan retomar "este verano, a ver qué pasa", ya que aquello salió de un paréntesis en sus respectivas bandas, cuando vivían en la misma ciudad,  y su continuidad encalla porque "ella ahora vive en Nueva Orleans, lo que dificulta un poco las cosas, aunque me encantaría pasar más tiempo por allí abajo".

Pat Sansone, por su parte, ha trabajado como instrumentista invitado en una retahíla de álbumes de lo más variada, desde el soul digital de Jamie Lidell hasta el rock de raíces de Dawes, pasando por su aportación a los teclados en el fantástico You Are Not Alone (2010), el álbum que la legendaria cantante soul Mavis Staples grabó junto a Jeff Tweedy.

Y es que es precisamente Tweedy, alma mater y portavoz oficioso de Wilco, quien más se ha prodigado en multitud de proyectos al margen de la banda, aunque la mayoría de sus aventuras grupales hayan de remontarse hasta finales de los 90, quizá por ser aquellos los tiempos en los que tenía que compartir protagonismo con el malogrado Jay Bennett (quien falleció en 2009), el compañero que fue "invitado" a abandonar la banda tras la tensa grabación del celebrado Yankee Hotel Foxtrot (2002). Para aquel entonces, Wilco ya habían grabado junto a Billy Bragg los dos estupendos volúmenes de la serie Mermaid Avenue (en 1998 y 2000), en la que retomaban el cancionero de Woody Guthrie desde una perspectiva actual. Más tarde, la banda se involucró también en Down With Wilco, el álbum que la súper banda The Minus 5 (con Scott McCaughey de The Young Fresh Fellows o Peter Buck, de R.E.M.) grabó en 2003.

Jeff Tweedy formó la banda Loose Fur en el año 2000, junto a Jim O'Rourke, el mejor quinto hombre del rock alternativo norteamericano (Gastr Del Sol, más tarde en Sonic Youth) y Glenn Kotche (el propio batería de Wilco), despachando un par de álbumes (Loose Fur en 2003 y Born Again in the USA en 2006) a los que cabe situar como el germen de la veta experimental de Wilco, lógicamente desarrollada ya con O'Rourke como productor en el propio Yankee Hotel Foxtrot (2002), para disgusto del mentado Jay Bennett.

 

Y entre todo este enjambre de proyectos no vayan a perderse los no iniciados, porque aún ha tenido tiempo Tweedy, en todos estos años, para formar parte en la segunda mitad de los 90 de otra súper banda rock norteamericana de forma puntual: Golden Smog, junto a Dave Pirner de Soul Asylum, Gary Louris de The Jayhawks o Chris Mars de The Replacements, en una travesía más tradicionalista que la de las otras naves en las que se ha visto embarcado. Menos prolífico es su trayecto en solitario, apenas reducido a la banda sonora de Chelsea Walls, el debut en la dirección cinematográfica de Ethan Hawke, en 2001, así como a incontables giras en solitario (como aquella que nos lo acercó a nuestro país, incluida Valencia, en 2009), en una carrera salpicada por colaboraciones con White Denim, breves cameos en series como Portlandia y demás trabajos episódicos. Resueltas sus inquietudes compositivas al frente de Wilco, parece lógico que tampoco se haya desvivido por facturar solo a su nombre.

CONVENCIONALISMO EN ENTREDICHO

"Me gustan mucho la mayoría de trabajos de mis compañeros, y lo que me fascina es lo diferentes que suenan entre sí, teniendo en cuenta que son un puñado de tíos que comparten muchos discos en sus respectivas colecciones, pero también muchos otros que no tienen nada que ver", nos comenta John Stirratt, quien se muestra especialmente enganchado al nuevo álbum de Nels Cline Singers ("me encanta") y al último de Glenn Kotche ("lo acabo de empezar a escuchar, y es realmente cool").

 El primero de ellos, el virtuoso guitarrista Nels Cline, es miembro de Wilco desde Sky Blue Sky (2007), y tanto por sus reconocibles solos de guitarra como por encarnar un pilar fundamental de la banda en su etapa más conservadora, ha sido objeto de algunas chanzas por parte quienes se muestran más escépticos ante las últimas entregas de Wilco. Sin ir más lejos, el músico Mark Kozelek le dedica con sorna estas líneas en "I Love My Dad", uno de los temas de su estupendo último álbum al frente de Sun Kil Moon: "...mi padre me regaló una guitarra...sé tocarla bien y practico mucho, pero no como Nels Cline".

Nels Cline

Lo curioso es que la música de Cline al margen de Wilco es francamente experimental, fuertemente influenciada por el jazz de vanguardia, como lo prueban los lejanos Nels Cline Trio (de 1991 a 2002) y los más recientes The Nels Cline Singers (aunque en realidad no cante nadie en sus discos), con álbumes tan jugosos como Initiate (2010) o el reciente Macroscope (2014), al que aludía Stirratt. Todos se sitúan en unas cotas de abstracción melódica y temeridad formal a las que ni por asomo se hubieran acercado los Wilco más aventurados, y sumergirse en su contenido es una experiencia que vale la pena.

Por derroteros similares se mueve el batería Glenn Kotche, quien entró en Wilco a través de Jim O'Rourke, a principios de la pasada década, y quien acaba de editar el espléndido Adventureland, un disco a mitad de camino de la clásica contemporánea (por algo colaboran The Kronos Quartet, con quienes ya había trabajado en el similar Anomaly, en 2007, presentado en el Festival de Jazz de San Francisco de aquel año) y el minimalismo de Steve Reich, en una carrea en la que también destaca Mobile (2006), en la misma línea. Otro meridiano ejemplo de cuán distintos pueden ser los trabajos que los componentes de la banda despachan por su cuenta, dentro de esa biodiversidad creativa a la que aludía John Stirratt.

El menos prolífico de todos sus componentes es el teclista Mikael Jorgensen, también el más joven de los integrantes actuales de Wilco. En 1999 lanzó el ignoto álbum Western Hamlet, con la banda Movere Workshop, pero lo más relevante de su carrera al margen de Wilco es Bunny Hate Wolf, un álbum de seductora electrónica paisajista que editó en 2013 junto al percusionista Greg O'Keefe (con quien ya había editado previamente material bajo el nombre de Pronto), y que, salta al oído, no tiene absolutamente nada que ver con el resto de travesuras que han perpetrado ninguno de los miembros del sexteto de Chicago en todos estos años.

La suya es otra más de las facetas de un abanico de sonoridades tan heterogéneo como amplio, que demuestra que Wilco no es solo una de las bandas más prominentes de los últimos tiempos, sino también un excepcional semillero de aventuras sonoras sin corsé. Disfrutar con ellos o con los exquisitos The Autumn Defense es una experiencia irresistible, pero adentrarse en cualquiera de sus demás afluentes también reporta una jugosa gratificación.

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