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Purificación Baldoví: "Para poder salir de la crisis hay que sentirse orgulloso, y esto no está pasando"

MARÍA COSTA. 12/05/2014 La nueva gerente de Etnor es especialista en innovación y ética

VALENCIA. Cuando eres una persona responsable, percibes y te afecta más su carencia. Para Purificación Balboví, economista, master en RRHH, master en Innovación y licenciada en Ciencias del Trabajo, su reciente nombramiento como gerente de la Fundación Etnor le ha facilitado unir los dos mundos en los que ha crecido profesionalmente: la innovación y la ética.

Por eso está ilusionada en crear píldoras de formación dirigidas a colectivos, pymes y personas para que redescubran que cuando "uno se comporta correctamente obtiene mejores resultados, ahorra costes y gana dinero". Sabe que el camino es largo. La crisis se ha llevado por delante años de esfuerzo sembrando responsabilidad social en las empresas y en la administración pública. Sin embargo no cree en el cortoplacismo y sí en los ciclos por lo que está convencida que saldremos ganando.

–¿Cree que la responsabilidad social sigue siendo un concepto teórico, loable, lleno de grandeza, pero poco práctico y practicado?
–Así es. Recientemente en una conferencia impartida por la responsable de Ikea le escuché decir que ellos no estaban certificados en nada porque hacían las cosas bien. Habían creado un grupo "Critical Friends" para escuchar a todas las voces críticas, cuyos comentarios les servían para mejorar productos y servicios. Dejaba claro que les importaba más ser responsables que tener una imagen de cara a la galería llena de titulitos. Ser responsables no es ser perfecto, pero si intentar hacer las cosas de la mejor forma posible y aprender de los demás. Los ciudadanos no son tontos. Por muchas certificaciones que tenga una empresa, si lo hace mal y busca el cortoplacismo lo paga, porque la gente no vuelve a su local, ni a comprar sus productos.

–¿En Europa hay tanta fiebre por las certificaciones?
–No. Recientemente un profesor de la Politécnica me contaba que tras impartir una conferencia en Nuremberg pidió un certificado de asistencia. El resto se extrañó. Había fotos, vídeos... que confirmaban su presencia. Y él mismo se lo cuestionó. En España necesitamos estos papeles porque hemos perdido la confianza. Hemos conocido tantos casos de pillos y personas poco éticas que desconfiamos hasta de nosotros mismos. Hace cincuenta años los acuerdos se cerraban con la palabra dada y un apretón de manos, hoy el que lo hiciera pensaríamos que es un pardillo. Necesitamos firmas, abogados, contratos, etc. Cuando la ética falla se necesitan herramientas que lo sustituyan.

–¿Por qué dejó su trabajó en Avant tras casi siete años al frente de la gerencia?
–Porque como le ha ocurrido a otras organizaciones de la Universidad Politécnica, sucumbió por falta de financiación. De hecho el Ivafe todavía nos debe los proyectos de 2010 por lo que los últimos seis meses en Avant trabajé sin cobrar. Familiarmente era insostenible y legalmente absurdo. Una vez que te pasas cuatro meses sin cobrar el Fogasa no paga. Y es más, si no lo denuncias tienes que declarar a Hacienda como que lo has cobrado. Es una lástima. No basta con decir soy buena persona, voy a luchar por sacar adelante este proyecto. No. La Administración pública te penaliza.

–¿Al frente de la gerencia de Globlalis en Castellón la experiencia fue similar?
–No. El reto en Globalis fue compatibilizar vida personal y profesional. La jornada laboral se hacía muy larga y desatendía más de lo que quería el trabajo y la atención en casa como madre. Al final, regresar de Villareal a Valencia fue la solución.

–De la innovación a la responsabilidad social. ¿Se había cansado de estar innovando todos los días?
–En la innovación no hay techo intelectual. La innovación consiste en estar creando y adaptándose constantemente a las circunstancias. En una palabra: sobrevivir. Si además lo haces bien, tienes éxito y generas valor a la sociedad que perteneces. De la innovación uno no se cansa nunca.

–Usted es experta en recursos humanos...
–Sí y es dónde puse mi energía. Creo que la innovación llega a través de la personas más que de la tecnología. Puedes contar en tu empresa con los últimos avances tecnológicos, pero como no sean utilizados correctamente por las personas de poco te servirán. Las sociedades cambian e innovan cuando se gestiona bien el trabajo de las personas, su motivación y participación.

–¿Hay mucha resistencia al cambio y miedo a innovar en las Pymes valencianas?
–Sí. Cuando muchas de las herramientas que permiten crecer son puro sentido común. Las grandes empresas se involucran más porque no tienen más remedio, dadas sus dimensiones; las pequeñas se resisten porque tienen la agenda llena y poco tiempo para pensar.

–¿Qué clase de herramientas?
–Por ejemplo cuando estuve en el sector de automoción aplicamos la metodología Lean japonesa que usa, entre otros, el sistema de las 5 S cuyo fin es conseguir un entorno de trabajo limpio y ordenado, en el que se aplican controles visuales. Este sistema permite trabajar de forma más eficiente y rápida tanto para el empresario como para el trabajador. La mayoría de las metodologías que usábamos eran fáciles de utilizar y clarificaban mucho más las reglas de juego.

–¿Cuál es el vínculo entre la innovación y la ética?
–Para mí la ética es la base de la innovación. En un entorno laboral caótico y tóxico donde no se trata con respeto a los trabajadores resulta imposible innovar. Si llegas al trabajo deprimido, es impensable que en ese tono se te ocurran ideas felices para implementar en la organización. En un entorno ético y moral, donde se trata bien a las personas, se innova con absoluta certeza.

–¿Las empresas son conscientes de esto?
–No del todo. El escollo es intelectual. Se entiende qué es la ética, pero no como aplicarla. Nos gusta la palabra y el concepto, pero nos falta formación emocional para adaptarla a la cotidianeidad. La suerte de Etnor es que contamos con filósofos fantásticos que llevan décadas elaborando caminos y métodos para acercar estos conceptos al día a día.

–¿Vivimos en un mundo ético?
–Depende. En el norte de Europa cuentan con democracias más maduras y estándares éticos más elevados. Conforme descendemos hacia el sur observamos la ausencia de un mayor grado de compromiso ético. La crisis que atravesamos no es sólo económica, es una crisis de valores, que se ve hasta en la educación. Una educación formal obligatoria que nos hace grises y tranquilos a todos. Cuando lo analizas entiendes por qué pasa lo que pasa y no reaccionamos.

–¿Cree que la falta de ética y responsabilidad social en empresas y en el sector público nos ha conducido a esta crisis?
–Sin duda es una parte importante del resultado que tenemos. Cuando vemos lo que hacen los líderes políticos y empresariales a través de los medios de comunicación, nos desmoralizamos y perdemos la autoestima como pueblo. Para poder salir de cualquier crisis necesitas sentirte orgulloso de quien eres. Lamentablemente esto no pasa. Asistimos atónitos a unas noticias y unos hechos que nos deprimen y asustan porque carecen de ética.

–¿Desde Etnor qué se plantean hacer?
–En mi caso acabo de aterrizar, pero la fundación cuenta desde hace años con proyectos permanentes cuyo fin es avivar las conciencias y alimentar la ética. En el último encuentro contamos con la presencia de Manuel Marín, Presidente de la Fundación Iberdrola, para quien, por ejemplo, "la recuperación pasa por crear un gobierno de coalición nacional con una agenda abierta y pactada por todos". En mi agenda estoy incluyendo proyectos de formación dirigidos a la sociedad y pymes que evidencian que cuando uno se comporta correctamente obtiene mejores resultados, ahorra costes y gana dinero.

–¿Por qué no se aplica, con la misma intensidad que en las empresas privadas, el concepto de responsabilidad social en la Administración pública?
–Administrativamente no tienen centralizado el tema de la responsabilidad social. Carecen de una política centralizada de gestión. La responsabilidad social está muy atomizada. Por otro lado se tiende a confundir responsabilidad con acción social. Dar una limosna a un país extranjero es una acción, no es responsabilidad social. Este concepto tiene que ver con los afectados, con los miembros de la sociedad como individuos y como grupo. Además la Administración debería recordar que debe ejercer la responsabilidad social sobre todos aquellos que la mantienen.

–Aquello de, "sin el que paga los impuestos no hayAdministración".
–Exacto. En otros países lo tienen mucho más claro. En las democracias maduras los políticos consideran que son trabajadores de la sociedad por lo que rehúyen de las apariciones públicas constantes. Aquí ocurre al revés. En España a los políticos no se les ve como técnicos profesionales como ocurre en otros lugares donde se mezclan con la gente, circulan en metro, en bicicleta, etc, porque consideran que no dejan de ser personas como el vecino de enfrente.

–¿Qué opina de los niveles de corrupción existentes en España?
–Como ciudadana, ante tanto escándalo político, intentaría no ver, para no deprimirme más. Quisiera pensar que vivo en un país más maduro, avanzado y que mi hijo, que ahora tiene diez años, podrá trabajar en España y no tendrá que marcharse al extranjero. La visión de la realidad que nos llega, a través de los medios de comunicación, es tan lamentable, que al final tienes la alegría justa para pasar el día. Intento informarme leyendo la prensa extranjera porque la perspectiva que ofrecen es más global. En España hay medios que ponen la atención en temas escasamente trascendentes, macroeconómicamente hablando. Y la mayoría ponen el acento en la tragedia, no en el potencial, las oportunidades y las posibilidades. Creo que la ilusión es un motor eficaz para avanzar.

–¿Con la corrupción, la crisis económica, la precariedad laboral, recortes en sanidad, educación... hay menos responsabilidad social?
–Da la sensación de que la crisis es la gran excusa para los desmanes éticos. Como estamos en crisis puedo hacer un ERE bestial, como estamos en crisis muchas personas pierden la vergüenza para actuar incorrectamente... Al final perdemos la moral. Los políticos están de enhorabuena porque dirigen a una sociedad dormida y fácil de manejar que solo se despierta con el fútbol o con Belén Esteban.

–¿Somos menos responsables que hace cinco años?
–Podríamos decir que la crisis ha amparado conductas menos responsables. No obstante son comportamientos cortoplacistas y de una jugada. Las personas, no son tontas y ante estas conductas, pierden la confianza y no vuelven a creer.

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2 comentarios

14/05/2014 08:30

Buens días: mi anterior comentario se debe haber perdido en los entresijos de la red.Pero, no podría dejar de dar mi opinión sobre este tema de la ética sobre todo cuando en la actualidad casi ya no existe.Si, nos "podriamos sentir orgullosos" si hubieran o hubiesemos útilzado mas la ETICA en uestras conductas como poiticos,empresrios inclusive como trabajadores (con o son corbata) esta crisis es el resultado mayoritariamente de la falta de etica.Y nadie,ninguno puede decir que en un momento de la crisis no le han primado mas otros motivos y han dejado lav ETICA de lado.- Cuando realmente se aplique la ética hasta cuando le preguntan una "aparente" tonteria como "con IVA o sin IVA" quizas comenzemos a estar orgullosos de ciertas cosas mientras tanto la ETICA duerme.- Atte Alejandro Pillado Marbella 2014

XYZ escribió
12/05/2014 13:24

Bien si sacar el orgullo sirve para cambiar la bazofia de democracia y el insostenible modelo de estado que tenemos, pero si no extirpamos esos males de raiz, las bases de la recuperación seguirán corrompidas y no tardaremos en darnos otro bacatazo por mucho orgullo o esfuerzo que se ponga en salir de la crisis.

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