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EL LENGUAJE DEL CINE

Divergente
La contrarrevolución adolescente

MANUEL DE LA FUENTE. 30/04/2014 La nueva franquicia de Hollywood es una película reaccionaria y parafascista

VALENCIA. La parroquia friki está de enhorabuena porque ya han empezado a llegar noticias del rodaje del nuevo episodio de Star Wars a cargo de J.J. Abrams. La saga de La guerra de las galaxias resulta de gran importancia en el cine contemporáneo: sin ella, no se entendería toda la vertiente de películas mongoloides dirigidas a adolescentes que han venido detrás. Los fans de los bichitos, del poder de la fuerza, del lado oscuro y de las tropas imperiales sirven de escaparate para un modelo de adolescente treintañero y cuarentón que se regodea en el recuerdo de la infancia como vía de escape ante el empobrecimiento social que hemos experimentado en los últimos años.

Star Wars no es un inocente producto de evasión sino el síntoma de la infantilización de la cultura como mecanismo de distracción mientras el neoliberalismo ha ido acaparando todos los órdenes sociales. Así, no es ni mucho menos una coincidencia que, en los años 80, el título de la saga sirviese para designar el escudo antimisiles de Ronald Reagan, otorgándole un aire de simpática ciencia ficción a la aberrante política de agresión militarista estadounidense. Su elección como el nuevo ariete cultural yanqui respondía a la visión que ofrecía el producto de George Lucas, un pastiche radical ultracristiano que glorifica la supremacía de las creencias religiosas sobre la razón.

La historia que nos narraba el producto de Lucas no dejaba lugar a dudas. Los protagonistas son los miembros de una secta religiosa, los "jedis", que controlan la democracia en una galaxia muy, muy lejana hace mucho, mucho tiempo. La congregación jedi está basada en la transmisión de una fe, denominada "la fuerza", usada para dominar a los necios, es decir, a los débiles. Así, la tutela de estos fanáticos religiosos sobre la democracia es total, actuando como un siniestro grupo de presión que interfiere en los asuntos públicos y que somete el interés general al interés particular de la organización. Rouco Varela haría muy bien de maestro jedi en la nueva entrega de la saga.

Pero aún hay más, porque la pérdida del poder por parte de los jedis ante la llegada de un nuevo sistema político deriva, en las películas, en un movimiento contrarrevolucionario que propugna la vuelta al sistema anterior, el regreso a la corrupción y a la unión entre Iglesia y Estado. Los héroes contrarrevolucionarios, encabezados por un contrabandista y un monaguillo jedi, llevan el peso de la historia en la trilogía primigenia, viviendo una serie de aventuras en aras de volver a situar a los líderes religiosos al frente del gobierno.

Este canto al pasado, al individualismo, a los regímenes tutelados, al peso de la tradición, al modo de vida rural renuente al progreso, resulta muy característico de toda una tradición de la narrativa juvenil del siglo XX que reacciona frente al carácter subversivo inherente a las buenas narraciones de los siglos anteriores.

Es la tradición de productos horripilantes como El señor de los anillos, Los juegos del hambre, Crepúsculo o la nueva joya que nos brinda ahora la industria audiovisual mainstream con Divergente, un film que se estrena este puente del 1 de mayo en España precedido del furor adolescente que está causando en todo el mundo.

Divergente transcurre en un futuro imaginario en la ciudad de Chicago. En el año 2060 o así hubo una guerra y la sociedad quedó dividida en cinco facciones según la función de sus ciudadanos. Los tres grupos más importantes son Erudición, Osadía y Abnegación. Los de Erudición son los científicos, que están todo el día estudiando y dedicados a la ciencia. Los de Osadía son los policías, los más valientes y mascachapas. Por último, la casta de Abnegación son los que tienen el gobierno. El problema de Abnegación es que son muy buenas personas, muy piadosos y, como buenos cristianos, creen en la caridad, en darles a los pobres lo que a ellos les sobra.

Los de Erudición quieren quedarse el gobierno porque, claro, están todo el día leyendo libros y les entran ganas de mandar y someter. Con el fin de hacerse con el poder, usan a la casta de Osadía, los policías, a los que les dan una droga para que obedezcan sin pensar. No obstante, los de Erudición son eso, eruditos y teóricos, es decir, parásitos del modelo productivo, y el plan acaba fracasando. Si en lugar de Erudición la casta se hubiese llamado Emprendimiento, habría conquistado el poder desde el primer instante con el empuje de las empresas y de los medios de comunicación.

Esto es lo más divertido de Divergente, que carga las culpas de estas sociedades apocalípticas contra los políticos. En esa sociedad del futuro no hay ni televisiones, ni industrias, ni economía, ni capitalismo y, lo mejor de todo, no hay rémoras como colegios u hospitales públicos. Los habitantes viven de la producción agraria, encerrados en un muro que les permite aislarse de los parias que viven en el exterior, que no pertenecen a ninguna casta y que se alimentan de la caridad de la gente de Abnegación.

Los chicos protagonistas se rebelan, de este modo, contra los eruditos que quieren controlar el poder, ya que prefieren que siga gobernando la casta que predica la caridad cristiana. Es así como el mensaje de la película se resume en dos ideas: las sociedades dominadas por la religión son las que mejor funcionan, y el poder de las grandes corporaciones tiene que permanecer invisible y ajeno a cualquier objetivo revolucionario.

La protagonista de la película es una adolescente llamada Tris, nacida en Abnegación pero que quiere desarrollarse como policía antidisturbios violento, y por ello cambia de grupo y se pasa a la facción de Osadía. Allí se enamora de uno de sus instructores, llamado Cuatro, y juntos encabezan la revolución para devolverle el poder a la teocracia de Abnegación. Es una nueva derivación de esas películas dirigidas a los jóvenes que presentan las contrarrevoluciones como si fueran revoluciones.

Aquí no hay hobbits luchando contra el progreso ni sacerdotes dando la murga con las excelencias de su culto, pero sí tenemos como líderes rebeldes a dos adolescentes mojigatos que ven el sexo como algo sucio que ha de esperar la bendición adulta. A este respecto, tenemos en la película el esclarecedor momento de en que vemos cómo surge el amor entre Tris y Cuatro: cuando él se acerca para besarla, ella le dice: "No quiero ir demasiado rápido", y rechaza el beso. Toda una lección de vida en valores.

A la espera de las nuevas entregas de Star Wars, siempre podremos entretenernos con estos juguetes parafascistas de la industria del entretenimiento, suministrados en dosis periódicas bajo la forma de saga de novelas, trilogías y demás estratagemas comerciales. El objetivo se dirige a los adolescentes con la misma lógica con la que funciona la enseñanza de la religión en las escuelas: la mejor manera de garantizar el mantenimiento del orden en una sociedad consiste en inocular desde la infancia los mensajes religiosos y las ideas contrarrevolucionarias.

Sólo hay que encontrar envoltorios atractivos y tendremos garantizado que los futuros adultos se quedarán estancados en la nostalgia de esas enseñanzas de seres mitológicos y asexuales que caminan sobre las aguas o que vuelan a lomos de dragones.

Ficha técnica

Divergente (Divergent)

EE.UU., 2014, 139'

Director: Neil Burger

Intérpretes: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Tony Goldwyn, Ray Stevenson, Mekhi Phifer

Sinopsis: En la sociedad del presente hay convergentes que quieren separarse de España para fundar el estado catalán, pero en la sociedad del futuro hay "divergentes". Éstos son los que se rebelan contra el orden de las cosas. En la película, una pareja de divergentes adolescentes, que piensa que la revolución es chachi piruli, se opone a que el gobierno lo ejerzan los sabios. Así, con la misma conciencia política que un disco indie español, la pareja decide acabar con el sistema fascista-comunista de los eruditos para devolverle el poder a los bondadosos que practican la caridad cristiana. Basada en la novela de Veronica Roth.

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17 comentarios

jal escribió
08/05/2014 17:44

Excelente. Por supuesto el nivel conspiratorio que deduces me parece más que exagerado, aunque supongo que en gran parte esa exageración es intencionada. Lo que sí es cierto es que si analizas el trasfondo político de la mayoría del producto de entretenimiento te llevas unos sustos bastante gordos. Pero claro, yo esto lo atribuyo más a la idiotez que a manipulaciones conspiratorias.

Israel Marmol escribió
03/05/2014 08:10

Brillantísimo, bravo! Sólo añado que cuando leí que Ford,Hamlin, Fischer e incluso Von Sydow iban a protagonizar Star Wars (el ordinal que sea, que ya me he perdido) sólo pude pensar que el clímax va a estar en la carrera de taca tacas homenaje de la carrera de SW I homenaje de la carrera de cuadrigas clasica. Eso, y que no me esperaba un cross over entre SW y Cocoon. Lo que puede salir de ahí. Por otra parte, ya vienen las hordas de fanses de SW y lo que nos vamos a reír.

Lauren escribió
02/05/2014 20:20

Creo que no deberías darte el lujo de criticar un libro cuando probablemente sólo has visto la película. Empecemos hablando sobre lo que tu cres que los protagonistas defienden, ellos no quieren que los Abnegados gobiernen, ellos quieren que los Eruditos no lo hagan, no es lo mismo, teniendo en cuenta que los Eruditos pretenden destruir a todos los divergentes, que como deberías saber son personas que no pertenecen únicamente a una facción, por lo que supuestamente son como tu o como yo, aquí llegamos al siguiente punto: sí hubieras leído los tres libros, sabrías que en realidad, las cinco facciones de Chicago son sólo un experimento de los que hay fuera. Fuera, habitan personas más cercanas a la sociedad como la conocemos actualmente, su propósito resuniendo, viene a ser algo así como reunir a la mayor cantidad de divergentes posible, ya que la gente que pertenece sólo a una facción tiene "un gen defectuoso" y los superiores de las facciones terminaron por conocer la verdad pero debido a la guerra y a que los Eruditos quieren destruir a los Divergentes, finalmente son los protagonistas quienes van al otro lado. Allí finalmente se rebelan contra todo, es decir, contra la gente de fuera de Chicago y también contra la de dentro, convirtiendo finalmente la sociedad en una similar a la nuestra. Este tipo de novelas se denominan "distópicas" que reflejan una versión de nuestra sociedad acabada o sumida en situaciones limite, dando así a los lectores una visión distinta del mundo y enseñando valores, no RELIGIOSOS ni EXTREMISTAS, simplemente a valorar lo que tenemos y a no dejar que los políticos o las figuras superiores nos manipulen. En definitiva, estas equivocado en todo, léete los libros y no los menosprecies por ser "literatura juvenil o adolescente" saludos.

E. Martín escribió
02/05/2014 12:31

Hombrepordios qué barbaridad. Si por algo se caracterizan los Jedis es por una inquebrantable honestidad. Un Jedi NUNCA manipularía ni le ocultaría a alguien que... Bueno, ya sabeis lo que se dice, nunca digas "de este agua no beberé" ni "este Señor Oscuro de los Sith no es mi padre"...

Yom escribió
01/05/2014 14:43

Pero hombre, a quién se le ocurre recordarle a los tontos que son tontos? No es que los jedis practiquen la violencia física (están demasiado gordos y viejos), pero le pueden dejar la web hecha un asco a base de shitposting.

Uno de por ahí escribió
01/05/2014 13:24

Delirante y desconcertante. La primera parte le coloca usted al nivel de los pseudoperiodistas de tdt/columna de opinion a los cuales como la realidad les molesta no dudan en deformarla lo suficiente como para que se adapte a sus delirantes y alocadas tesis.En este caso hace un totum revolutum con las dos trilogias de starwars para vendernos sus teorias sociopoliticas. La segunda es muchisimo peor: de verdad no es capaz de ver que esta pelicula /libro no es mas que una copia de "un mundo feliz" de huxley pero mucho mas suave y actualizada , acorde con los canones que rigen en hollywood para los blockbusters dirigidos a adolescentes.Puedo entender que un joven crea que huxley es el delantero centro de un equipo de la bundesliga pero que alguien que es profesor universitario haga semejante critica solo se expllica desde el resentimieto que sufre usted. No tema que no deseamos que nos gobiernen ni una casta de eruditos, ni otra de ultracatolicos.Con que nos dejen en paz y no nos roben nos conformamos. Un ultimo consejo para usted, haga el test de roschard. Si solo puede ver dolares, esvasticas y banderas americanas no dude en buscar ayuda profesional. Atentamente , se despide de usted: Uno de por ahí.

nate fisher sr. escribió
01/05/2014 13:12

Epatando epatando a ver si mi articulo lo lee alguien. Menudo cacao mental tiene usted.... Para decir que la peli es una mierda no hacen falta tantas alforjas.

David de Ugarte escribió
01/05/2014 12:50

Buenísimo el párrafo sobre Star Wars!!! Brillante!! Ahora, la insinuación de que un gobierno de «científicos» (sean tecnócratas europeos, el partido que expresa la visión histórico científica de la clase o el departamento de materiales del CSIC) es preferible al gobierno de los curas/chamanes es echar al demonio (Platón) por la puerta para dejarle entrar por la ventana. Igual que las «verdades literarias» -como las de las religiones- no tienen nada que decir sobre las «verdades científicas», las ciencias no pueden establecer una «verdad social» única. La idea de que existe un monstruo llamado «bien común» que haría feliz y benéfico a ese otro monstruo aun peor llamado «el conjunto de la sociedad» es la base del programa totalitario -y no menos teólogico- de todo platonismo (incluso el que se cree materialista).

isblagi escribió
01/05/2014 10:41

Chapeau! Y eso que soy bastante starwarsiano. Por una parte reconozco que el mensaje de la producción cultural mainstream es para mear y no echar gota. Además, cualquier objeto cultural contrarrevolucionario también contará con el beneplácito del stablishment. Pero por otra... Joder! Que hay que aprender también a desengrasar la vigilancia crítica. Tanto estrés nos va a matar. Mira que no me descojono yo con el programa ese de Me Resbala, humor estúpido totalmente blanco y aséptico, pero tan tan blanco y fácil de digerir que también se evacua muy rápido. Salut!

Miles Teg escribió
01/05/2014 03:47

Y Don Manuel de la Fuente se montó su juego de tronos como Don Guillermo... Y además en Star Wars no sale Frank Zappa. Nada,nada felicidades.Eso sí cada vez se parece más a Don Tacañón vuesa merced. En serio, que Star Wars, es lo que es, que si todo fuese cine político iba ir a las salas su puñetera madre (es una expresión no va faltando como lo de "adolescente treintañero y cuarentón que se regodea en el recuerdo de la infancia como vía de escape ante el empobrecimiento social que hemos experimentado en los últimos años.").

Biggles escribió
30/04/2014 22:27

Sólo dos cosas: 1º El Erudito responsable de esta joya de la crítica no ha tenido en cuenta, o ignora, por no nombrar muchas otras cosas, que por ejemplo, el personaje de Obi Wan Kenobi está basado, según el propio Lucas, en el personaje don Juan de las obras de Carlos Castaneda; este personaje no es ningún monje o religioso, sino un chamán. El chamanismo y cualquier cosa que se pueda entender como religión no tienen absolutamente nada que ver. Uno es culto a la naturaleza, la otra es credo. Exactamente igual que el culto a la Fuerza. La Fuerza, se experimenta, es parte de la naturaleza, no es un dogma de fe. 2º ... pero a ver; a tí realmente te gustó Star Wars ? Te faltaba material para escribir un artículo ? En definitiva, estás remotamente seguro de lo que hablas ?? Macho, que te juro que miro al mal follao de la sotana y apuesto a que tienes más en común con él de lo que crees.

Chuchi escribió
30/04/2014 17:34

El individualismo en el mismo saco que el canto al pasado, al peso de la tradición y al modo de vida rural???

ieau escribió
30/04/2014 17:31

Don Manuel, como le menee cualquier fan, le pueden dar hasta en el carné... May the Force be with you!

Borja escribió
30/04/2014 17:08

Manuel, El problema es encontrar libros para adolescentes que sean potables. Entre los 11 a 14 años la cosa esta complicada porque el salto de Rodari a los Mosqueteros no parece que esté muy bien cubierto sino por basura de este tipo. Pasé por el aro de leer los Juegos del Hambre y era ilegible. Redundancias, errores sintácticos y, sobre todo, tratar al lector como un memo. Me ha llamado la atención que extiendes la basura literaria actual para adolescentes a la del sigo XX. Lamento disentir. Salgari aguanta muy bien por ejemplo. Dahl otro tanto. El problema esta en la transición: de la lectura infantil de calidad (Rodari) a lectura más adulta (Dumas, por ejemplo). Ese hueco lo rellenaba Crompton o Salgari y ahora lo completa Divergente. Gracias, Borja

Caliban escribió
30/04/2014 16:26

Brillante. Conciso y claro, Para quien quiera, o pueda, verlo. Los que no ya se irán retratando.

Teodoredo escribió
30/04/2014 12:02

Chapeau !

AriBenCanaan escribió
30/04/2014 10:13

Eres un puto genio, Manuel. Las interpretaciones políticas de películas que parecen asépticas para el espectador simple y atontado son auténticas joyas. Atacar a Star Wars auguro que va a comportar un torrente de palos considerable. Pilla sitio en refugio.

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