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VALENCIA. Si alguien tuviera que pensar de qué forma aprende un potencial emprendedor, la sensación es que nunca se van a realizar las suficientes prácticas como para saber todo lo necesario. Sin embargo, empieza a extenderse en España un nuevo método de enseñanza ya usado en Bilbao, Madrid y Barcelona, el 'método Leinn', que permite a los alumnos profundizar desde el primer segundo de carrera en cómo montar una compañía y cómo hacerla crecer. 

Se trata de un estudio universitario oficial, llamado Grado Leinn (Grado en Liderazgo Emprendedor e Innovador), que llega a Valencia de la mano de la Universidad Florida y que se basa en una metodología finlandesa para abordar la educación que transportan la universidad a través de la unidad 'Team Academy' (Tiimiakatemia), creada a principios de los 90. Una de las principales diferencias respecto al resto de grados es que todo el aprendizaje es 100% práctico ya que se experimenta durante los cuatro años con una empresa real, nada de simulaciones.

Ésta llegó a España en 2009 de la mano de la Universidad de Mondragón a pesar de que en Filandia llevaban dando guerra con este sistema desde 1993 y que actualmente se ha transferido a 17 universidades de todo el mundo. Lo que es evidente es que este modelo ha tumbado las paredes de la educación superior, instaurando un método totalmente distinto y eminentemente práctico en el que la propia epresa es un instrumento de aprendizaje, no el fin al que llegar. 

Los alumnos crean una cooperativa real desde el primer curso para aprender a trabajar en equipo, diseñan y desarrollan productos y servicios reales que generen beneficios, captan y trabajan con clientes, proveedores e inversores, facturan, pagan impuestos y buscan oportunidades de negocio en mercados internacionales.  El grado, de cuatro años de duración y 240 créditos, está dirigido a jóvenes a partir de 17 años.

Es una forma de enseñar a través del 'learning by doing', es decir, nada de estudiar libros día tras día para volcarlo en un examen sino que aprenden haciendo las cosas. Además, durante los diferentes cursos, también viajan para ver estudiar este modelo. Se desplazan cuatro semana a Finlandia para familizarse con la metodología. También se desplazan a Silicon Valley, además de a China y a India para conocer las empresas emergentes.

Estos viajes son obligados, ya que son asignaturas, además de concebirse como expediciones comerciales con objetivos de facturación. "Al final los alumnos se van a evaluar por los clientes que van a visitar y los libros que se leen sobre facetas como la estrategia o el liderazgo", explica Enrique García, uno de los coach de este nuevo Grado. Otra de las peculiaridades de este modelo de estudios es que se aprueba facturando. La cooperativa constituida por los alumnos debe superar los 2.500 euros en primero y llegar hasta 15.000 euros en tercero.

Además esta parte tan peculiar y tan diferenciadora del resto de estudios universitarios, tienen asignaturas básicas como economía, inglés o informática. Todas estas tienen que aplicarlas a su caso real. Hay seis aspectos que marcan la diferencia: no hay estudiantes sino emprendedores en equipo, no se tratan de clases sino de oficinas, no hay lecciones sino aprendizaje, y no hay simulaciones sino experiencias reales.

Tampoco hay control, sino actividades organizadas. De hecho, el aprendizaje consiste en que las empresas formadas en el curso deben sentarse y decidir. Por ejemplo, al facturar dinero real pueden realizarse préstamos entre ellos por lo que aprenden a redactar contratos de préstamo. "Con estas posibles dudas acuden a los profesores, quiénes les explican como hacerlo, pero se trata de un caso rea", asegura Enrique García. Con este grado, los alumnos tienen varias salidas profesionales como continuar la misma empresa, ser contratado donde hacen las prácticas o montar su propia empresa.