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VALENCIA. La fachada del Museo San Pío V se cae y seguirá cayéndose. Ese es el primer balance que realizaron este jueves los técnicos de la Diputación de Valencia tras analizar toda la fachada del museo. "Está a punto de caramelo", comentaba uno de ellos a ValenciaPlaza.com de manera explícita. En cualquier momento, añadía, se puede venir abajo. Hay un "peligro inminente" de derrumbe.

La caída de parte de la entrada del museo en la mañana del jueves podría haber sido una tragedia. Al igual que sucedió con el trencadís del Palau de les Arts, los cascostes que se desmoronaron sobre la vía pública podrían "haber matado a alguien", decía el encargado de las obras de emergencia. El azar provocó que el derrumbe fuera a una hora tan temprana que no habían visitantes, poco antes de las siete de la mañana.

El museo se vio obligado a cerrar su puerta de acceso principal. Esta se hallaba inutilizada por la presencia de los operarios que procedían a consolidar la fachada y a realizar los trabajos de urgencia para poder habilitar el centro. Durante todo el jueves la entrada a la que está considerada como la segunda pinacoteca de España fue por el restaurante, ubicado a 30 metros.

La solución de compromiso para los próximos días ha sido instalar una marquesina de madera para que los viandantes puedan pasar por debajo de ella. Dicha marquesina ya estaba instalada por la noche. Asimismo, se colocará una red de protección que cubrirá toda la parte antigua del edificio, de tal forma que si se produjeran nuevos derrumbes, como los técnicos esperan que sucedan, estos no causen males mayores. "Lo importante ahora es salvaguardar la integridad de las personas", apuntaban. Pese a la lamentable situación del museo, desde Cultura aseguraban a media tarde de este jueves que estaba "todo controlado".

Las obras de acondicionamiento han recaído sobre el servicio de emergencias de la Diputación de Valencia, que fue requerido por el Ayuntamiento de Valencia. "Nos llamaron a primera hora y hemos venido pitando", relataba un trabajador. Pese a que el Museo de Bellas Artes de Valencia es de titularidad estatal, no hay constancia de que desde el Ministerio de Cultura se hayan realizado gestiones para acelerar las obras de restauración y ampliación de la V fase. En este sentido, el vicepresidente José Císcar tampoco pudo dar respuesta a esta cuestión.

Desde la Conselleria de Cultura se limitaron a minimizar la gravedad de la situación asegurando que estaba todo solucionado. Así, desde la Conselleria de Cultura, incomprensiblemente, guardaron este jueves silencio. Ninguna acción. Ningún comunicado. Tan sólo una fotografía. La que sí estuvo fue la directora del Museo, Paz Olmos, visiblemente afectada según testigos presenciales. No existe constancia de que se haya planteado su dimisión.

MARÍA JOSÉ CATALÀ SE FUE A UN CONCIERTO

Por su parte, la consellera María José Català se fue por la tarde a un concierto a Castellón. En concreto, asistió junto al alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, al concierto Magnificat de la banda municipal de Castellón y la soprano María Velasco en la sala San Miguel de la fundación Caja Castellón.

El optimismo y tranquilidad de la Català y su equipo contrasta con el conciso pesimismo de los técnicos consultados. De hecho, la situación no sorprendió a los trabajadores del centro, que llevan meses protestando por la gestión "inepta" y "caprichosa" de Olmos, según la describió uno de ellos. "Existe una evidente responsabilidad de dejación sobre el museo. Es una vergüenza, pero lo más fuerte y decepcionante es que no se están tomando medidas para frenar esta situación", concluía uno de los trabajadores consultados.

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