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MADRID CP/EP). Ya ha llegado a las carteleras Need For Speed, la adaptación para la gran pantalla de la popular saga de videojuegos. Una producción que protagoniza Aaron Paul, el coprotagonista de la aclamada serie Breaking Bad, y que promete acción, venganza, amor y, sobre todo, velocidad.

Junto a al Jesse Pinkman de la pequeña pantalla, en Need for Speed están otras caras conocidas como las de Michael Keaton (Batman, Bitelchus), Imogen Poots (V de Vendetta, Centurión) o Dominic Cooper (Capitán América, Mi semana con Marilyn).

El guión está escrito por George y John Gatins y aunque está inspirado en la popular saga de videojuegos, no se basa en ningún título específico de Need for Speed. Scott Waugh, responsable de la película Acto de valor dirige una cinta que está producida por Steven Spielberg a través de su compañía DreamWorks.

La película narra la historia de Tobey Marshall (Aaron Paul), un mecánico que pilota muscle cars (coches clásicos de gran cilindrada) en un circuito callejero de carreras ilegales. Necesitado de medios para mantener a flote su taller familiar, acepta a regañadientes asociarse con el adinerado y arrogante ex piloto de NASCAR Dino Brewster (Dominic Cooper).

Pero justo cuando está a punto de salvar su taller mediante un gran trato con la vendedora de automóviles Julia Bonet (Imogen Poots), una desastrosa carrera permite a Dino meter a Tobey en la cárcel por un crimen que no ha cometido, lo que deja a Brewster libre para ampliar sus negocios.

Dos años más tarde, Tobey sale de la cárcel dispuesto a vengarse, pero sabe que su única oportunidad para acabar con Dino es derrotarle en la arriesgada carrera conocida como De Leon, la Liga de Campeones de las carreras clandestinas.

Sin embargo, para llegar allí a tiempo, Tobey deberá poner toda la carne en el asador en una frenética carrera de costa a costa en la que deberá dar esquinazo a la policía para no volver a ir a la cárcel y lidiar con la exorbitante recompensa que Dino ha puesto por su coche.

Desde el lanzamiento del primer título, Need for Speed ha vendido más de 140 millones de unidades en todo el mundo, generando unos ingresos estimados de cuatro mil millones de dólares, por lo que es una de las mayores franquicias en la industria de los videojuegos. Su paso al cine estaba cantado.

Need For Speed supone el reencuentro de los hermanos John y George Gatins con el estudio DreamWorks: en 2010 George fue el productor ejecutivo de la película Ni en sueños; en 2005 John escribió y dirigió Dreamer y en 2011 escribió el guión de Acero Puro. Recientemente ha escrito el guión de Flight, la cinta por la que estuvo nominado al oscar Denzel Washington.