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La británica Babcock International se hace con el control del grupo Avincis, propietaria de Inaer, la empresa de helicópteros de Mutxamel
VALENCIA. El grupo británico Babcock International, un gigante de la ingeniería, cerró este jueves la compra de Avincis, una compañía de helicópteros con sede en numerosos países europeos, por unos 2.000 millones de euros, según apuntaron distintos analistas. La noticia podría quedar ahí para el lector valenciano de no ser porque el principal negocio de Avincis es la española Inaer, la mayor empresa de helicópteros de España y del sur de Europa que tiene su sede en Mutxamel (Alicante).
Hace ya algunos años que el capital de Inaer estaba controlado por el fondo italiano Investindustrial (propiedad de la familia Bonomi, que ahora vende) pero el origen de la compañía hay que buscarlo en la comarca de L'Alacantí. En esa zona crecía ya entonces un próspero negocio agrícola que ha acabado siendo la mayor productora y exportadora de tomates de España: Bonnysa.
En ese negocio, como fumigador con una avioneta, trabajaba Luis Miñano. "Cuando llegaron los invernaderos y el mayor control de plagas se empezaron a hacer innecesarios este tipo de actividades, con lo que pensamos a qué podíamos dedicar los tres helicópteros que teníamos", explicaba Miñano hace unos años al diario Cinco Días.
De aquella necesidad surgío Helicópteros del Sureste, una empresa que entonces estaba participada por la propia Bonnysa, por Pascual Hermanos (la entonces gran compañía citrícola española) y el propio Miñano. El negocio empezó a surgir con los servicios de extinción de incendios o el traslado de empleados a plantas petrolíferas cercanas a la cosata. De ahí las UVI móviles de los servicios de urgencias públicos o incluso a helicópteros de la policía, como el caso del Jaume I que tiene la Policía Autonómica Valenciana.
Inaer, que con el negocio bien establecido desde su base de Mutxamel saltó a la prensa general porque el expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana usaba sus helicópteros para desplazarse, fue ganando concesiones en numerosas comunidades autónomas para prestar sus servicios con sus propios helicópteros y sus equipos de mantenimiento.
A mediados de la década de la primera década del nuevo siglo Inaer empezó a crecer en el exterior replicando el modelo, para lo que necesito una inyección de capital que llegó de Italia. Desde ahí se han firmado numerosas operaciones corporativas incorporando o creando filiales por Europa. Así hasta alcanzar un tamaño tan relevante que el mercado ha puesto precio: 2.000 millones de euros. Lo que da de sí la idea de un fumigador de tomares. .
Si sumamos el número total de horas de vuelo que lleva esta empresa desde sus comienzos y el número de accidentes con muertos que han acumulado y lo comparamos con el de otros operadores de reconocido prestigio... nos echaremos rápidamente las manos a la cabeza. Lo que ha estado pasando y sigue pasando con los helicópteros en España no es normal y es responsabilidad de la empresa que los opera, de nadie más... saludos ;)
Me parece un poquito peyorativa le expresión "fumigador de tomates" y deberían indagar más sobre ese gran empresario que sigue siendo Luis Miñano. Si la empresa fuera de Catarroja o Algemesi seguro que lo describirian, 1o. como un gran piloto (que lo és) y después como uno de los mejores empresarios de España, pero como resulta que nació en Mutxamel..... PS.. No trabajo para él.
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