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Con motivo del estreno de M'esperaràs? el próximo viernes 21 de marzo en el Teatre Talia, provocamos una entrevista entre los fundadores de la compañía teatral, Carles Alberola y Toni Benavent.

VALENCIA. Junto a  un pequeño canal de Castellar, frente a un antiguo molino, dos de los nombres capitales de la escena valenciana admiran unas acelgas crecidas por su cuenta, en solitario, a la ribera del caudal de riego. Son detalles así, las sorpresas de la vida cotidiana, las que han nutrido su trayectoria profesional desde hace 20 años. Estos días se encuentran ensayando su próxima pieza, la comedia M'esperaràs? en L'Horta Teatre. El productor Toni Benavent se muestra tal cual es, puro nervio y energía, pero Carles Alberola, minucioso hombre orquesta, se halla exhausto. Para su última aventura escénica aúna las labores de autoría, dirección (al alimón con Carles Sanjaime) e interpretación. Los responsables de Albena hacen un alto en el camino para realizar un balance conjunto de los logros y sinsabores de su trayectoria, del cine visto y los sueños por cumplir.

Toni Benavent: ¿Esperas algún regalo mío en este aniversario?

Carles Alberola: La suerte de que te cruzaras en mi trayectoria fue uno de los mejores regalos de mi vida. Tener una buena familia, unos grandes amigos, gente con la que quieres estar, trabajar y sufrir, pero también conseguir pequeños y grandes éxitos, es un regalo diario.

Benavent: Para mí, el regalo es poder haber llegado hasta los 20 años, bastante tenemos hoy con intentar capear la crisis. La de veces que te he dicho vamos a dejarlo... Y tú siempre me has insistido: "Vamos a continuar". Hemos jugado muchas bolas extra, y las cosas a día de hoy no se ven mejor. Siguen sin bajar el IVA, la ley de mecenazgo no sirve de mucho, nos han quitado Canal 9, están cerrando las salas públicas de teatro y eliminando las coproducciones, las poquitas ayudas que teníamos han caído más de un 70% desde 2007, el paro en el audiovisual es del 90% y en el teatro, del 80... A eso ya no se le puede llamar paro, sino destrucción de un sector. Puede parecer que soy duro, pero si antes ya era complicado vivir, ahora, con un mercado destrozado, tanto los ayuntamientos como el público, que dispone de menos dinero en el bolsillo, se hace insoportable. No le veo ningún futuro, soy muy pesimista. Más allá de que nos planteemos ir de francotiradores.

Carles Alberola: Así empezamos, como kamikazes. Cuando eres jovencito piensas que te puedes comer el mundo. Recuerdo cuando nos conocimos, el apasionamiento común por las cosas y sentir que te entendías con una persona. Aunque con el tiempo hemos comprobado que eso no quiere decir que estemos siempre de acuerdo. Nosotros disentimos mucho, pero siempre desde el respeto, desde el hecho de escuchar al otro para mejorar nuestro producto.

Toni Benavent: De eso ya hace treinta y pico años. Yo estaba en un grupo de teatro amateur, viniste a un espectáculo, fuimos a cenar y me contaste que te gustaba mucho el cine y querías hacer teatro, pero que ibas a estudiar Económicas.

Carles Alberola: Me acuerdo de que me pediste que me incorporara como actor a la colla y yo dije que sí, pero que tenía que reescribir el texto y dirigirlo.

Toni Benavent: Y yo contesté: "Fantástico". Empezamos a hacer obras, a romper la mano, igual hacíamos teatro de calle que de interior. Es como un recuerdo de infancia.

Carles Alberola: En aquel entonces, todavía te subías al escenario.

Toni Benavent: Ya, pero qué mal lo pasaba. Ahora continúo pasando nervios, pero al menos no lo demuestro como estando encima de un escenario. Lo que sí me ha hecho gracia en los últimos años ha sido hacer un cameo en capítulos de la tele, porque era una cosa corta y puntual. Es como Hitchcock, pasas por ahí.

Carles Alberola: Una década después, tú venías de estar en la Sala L'Horta y yo en Moma Teatre. Me acuerdo de que fuimos a un concurso de teatro, el Vila de Mislata, y por la calle te dije: "Vamos a montar una empresa de teatro y ya sé cómo se va a llamar, Albena, porque a ti todo el mundo te llamaba Bena y Albe es el principio de mi apellido".

Toni Benavent: ¿Confiabas en que íbamos a llegar a los 20 años?

Carles Alberola: 20, 30 y 40. Pero en estos tiempos, resulta complicado pensar cuántos años nos quedan. Y eso me fastidia, porque es un proyecto vital que has tirado adelante, en el que crees, que sabes que funciona, pero las condiciones actuales hacen peligrar su estabilidad. Supongo que de una manera u otra continuaremos, porque es un placer trabajar juntos, nos entendemos, es nuestra vida. Y porque llega un momento en el que dices: "Yo sé hacer esto, no sé hacer otras cosas". 

Toni Benavent: Si una persona como tú estuviera en Madrid o en Barcelona, seguramente, te hubieran llamado del Teatre Nacional o de La Abadía o del Centro Dramático Nacional para colaborar como dramaturgo, director, actor o todo a la vez. Y eso te hubiera abierto muchas puertas y te hubiera dado más proyección de la que, por desgracia, tendrás en Albena.

Carles Alberola: Pero nosotros creímos que podíamos hacerlo desde aquí y durante mucho tiempo llamamos a muchísimas puertas y estuvimos a nivel nacional tanto en el teatro como en el mundo de la televisión. Lo que sucede es que, como en Match Point, la pelota pegó en la red. Si hubiera pasado al otro lado podía haber cambiado todo.

Toni Benavent: Es una asignatura pendiente que no hemos sabido, podido o no se nos han dado los medios para que la pudiéramos consolidar. Como dices, estuvimos a punto. Durante cuatro años fuimos nominados entre las tres mejores empresas productoras de teatro de todo el Estado y, en este tiempo hemos acumulado 53 premios, pero todo cuesta más si no estás en las dos capitales. Aunque tengas un buen espectáculo, una crítica a nivel nacional no sale si no estás en Madrid o en Barcelona, ya la hagas en Valencia, Andalucía o Castilla-León.

Carles Alberola: No obstante, hemos de estar satisfechos. Lo que nos quedaría es conseguir acertar más y que de manera mayoritaria el público viniera a nuestros espectáculos. Tenemos un segmento de espectadores amplio, pero no el suficiente como para contar con una continuidad asegurada. En nuestras obras no lo hemos conseguido de manera reiterada, sino espasmódica, con Mandíbula afilada, Besos y Spot. El resto han funcionado bien, pero no han conseguido esa 'castaña'.

Toni Benavent: Por eso, independientemente de que a nivel poético me tiren Per què moren els pares?, Que tinguem sort o ahora Ficció, le tengo un especial cariño a Besos. A lo mejor Serrat está cansado de cantar Mediterráneo y Llach de L'estaca, pero cualquier autor será siempre recordado por aquello más alto a lo que llegue. Cuando le hagan un obituario a Raimon le recordarán como el cantante de Al vent. Y en nuestro caso, independientemente de los gustos, será Besos, por el número de espectadores y de funciones. Me hace muy feliz, y no hablo solamente del aspecto económico, ver un patio de butacas lleno y encontrarlo disfrutando. Me pongo detrás, de pie, cruzo los brazos, y digo: "Para esto hacemos teatro".

Carles Alberola: Siempre se nos recordará por Besos, ya que es nuestro espectáculo más exitoso con distancia. Pero para mí, el  más importante siempre es el último, y no sólo el que estamos haciendo, sino el que está comenzando a abrirse puertas, aunque no tenga ni una raya escrita. Ahora estamos en el momento de Ficció, que recupera las esencias de nuestros inicios con Currículum, y con el último, que es M'esperaràs?

Toni Benavent: Por cierto, el argumento de M'esperaràs? me evoca una frase de Antonio Machado: "Yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas".  En tus espectáculos siempre hay algo de eso. En este, en concreto, se plantean las relaciones íntimas entre uno mismo y las personas, lo que uno quiere y desea y no sabe que desea y termina por darse cuenta que desea. La gente joven no es la única que se busca, los mayores también nos buscamos y cambiamos, y estoy convencido de que los abuelos necesitan readaptarse.

Carles Alberola: El espectáculo habla de la creencia en nosotros mismos, de la esperanza en que las cosas pueden suceder. Tiempo atrás, hace muchos años, escuché a un director de cine que decía que a lo que más miedo le tenía era a perder la ilusión por hacer su faena, y pensé que eso no podía pasar, pero claro que puede, porque con la edad te vas desgastando. Aquí defiendo que no hay que perder la esperanza en que las cosas pueden continuar, la sensación de que todo está vivo, de que no hay que renunciar a los sueños porque seas más mayor. El espectáculo gira en torno a creer que los deseos se pueden hacer realidad, que las cosas pueden suceder si luchas.

Toni Benavent: Pues entonces, si tuvieras sentido común, dedicarías muchas horas a hacerte un hueco en el cine. Ya sé que es dificilísimo y complicadísimo, pero no más que en el teatro. Si tienes una inquietud cinematográfica, es muy malo llegar a viejo y darte cuenta de que se te ha quedado pendiente. Por cierto, ya he visto Gravity. Y en 3D, como me aconsejaste. Es una gran película.

Carles Alberola: Cuando la vi, mi hijo se dio cuenta de que me había quedado muy callado y pensativo, así que le expliqué que a pesar de la cantidad de cine que he visto, lo de aquella tarde era algo inédito en mi vida. Cuando pasan estas cosas, es fantástico. Yo también seguí tu consejo y fui a ver El ladrón de palabras.

Toni Benavent: Me recordó a ti porque emparenta con muchas cosas que escribes. Es un juego entre ficción y realidad. ¿Reparaste en la frase final?: "La ficción y la realidad son paralelas, pero cuidado porque nunca se cruzan". Son casi iguales, pero jamás se tocan y no pueden llegar a ser la misma cosa.

Carles Alberola: No la comparto, porque creo que sí se cruzan. Así lo hacemos en nuestros espectáculos y considero que en nuestra vida, ficción y realidad van de la mano.

Toni Benavent: También has dicho a menudo que la ficción siempre será superior a la realidad.

Carles Alberola: De aquí a Marte.