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CAMBIOS EN EL CONSELL

Altos cargos siguen abandonando el barco que capitanea Alberto Fabra

X. AGUAR. 15/03/2014 La última baja en el Consell por fuga a la empresa privada es Joaquín Vañó, aunque antes le precedieron otros

VALENCIA. El Gobierno valenciano continúa perdiendo efectivos. El vicepresidente del Consell, José Císcar, anunció este viernes la renuncia a petición propia de, precisamente, su número dos en la cartera de Agricultura, el secretario autonómico Joaquín Vañó. Un funcionario valorado y con amplia trayectoria que había atravesado varios puestos en la Administración.

La causa de su marcha, como señalan fuentes próximas al secretario autonómico, es "una oferta irrechazable" de una potente consultora, en la que este especialista en Derecho Público y con experiencia en el área laboral ocupará un puesto relevante en alguno de estos ámbitos.

El caso de Vaño no es un hecho aislado. El reducido margen de maniobra para la gestión, en ocasiones las tensas relaciones en el segundo escalón del Consell o los salarios austeros del Gobierno valenciano en comparación con lo que puede ofrecer la empresa privada a los profesionales más preparados, son algunos de los motivos que obligan a los altos cargos a escuchar ofertas.

En este sentido, tampoco ayuda la inestabilidad del Consell (Alberto Fabra ha hecho más de 80 cambios en esta legislatura) y las dudas que ofrece un proyecto de Gobierno cuya perdurabilidad en 2015 ponen en duda los últimos sondeos. Con este escenario, y como ya publicó este diario meses atrás, no es extraño que los altos cargos del Ejecutivo o los propios diputados tengan un ojo puesto en el ámbito privado. Es decir, la opción de abandonar el barco se observa como una posibilidad razonable. Además de Vañó, ya lo han hecho otros en los últimos tiempos como Jesús Marí, Gonzalo Alabau, Aranzazu Muñoz, entre otros, además de diputados como José Marí o María José Masip.

Un caso parecido al de Vañó ya ocurrió hace unos meses en la Conselleria de Presidencia cuando Jesus Marí, subsecretario y mano derecha del vicepresidente José Císcar, decidió abandonar su puesto para aceptar una atractiva oferta de la escuela de negocios Edem, vinculada a Juan Roig. Una oportunidad difícil de rechazar, más aún si como ocurría en ese momentos había roces con la cúpula de Presidencia y la gestión se había hecho más complicada.

El pasado mes de diciembre el director general de Formación Profesional, Gonzalo Alabau, también abandonaba el cargo a petición propia. Según aseguran fuentes de la conselleria, el adiós del dirigente se debió a su preferencia por impulsar su propio despacho. Alabau, licenciado en Derecho y Master en Fiscalidad, había trabajado con anterioridad en Garrigues. Pese a su marcha del segundo escalón del Consell, Alabau fue nombrado el mes pasado consejero en la Valencian International University (VIU), sociedad de la que el Grupo Planeta tiene el 70% y la Generalitat el 30%. De esta manera, además de su actividad privada, se convierte en la persona de confianza de la consellera María José Catalá en la dirección del ente.

También hay situaciones similares en Les Corts. El diputado y portavoz adjunto del grupo popular en José Marí también decidió dejar hace poco más de un año su escaño en Les Corts. El exabogado de la Generalitat, perteneciente al ala democristiana del partido, optó por abandonar el acta para centrarse en su bufete, si bien diversas informaciones también apuntaron al desencanto del parlamentario. La médico María José Masip fue otra de las que abandonó el grupo popular de Les Corts, en este caso hace pocos meses. Aunque adujo causas personales, otras fuentes parlamentarias apuntaron a su rechazo a votar a favor la decisión de Alberto Fabra de cerrar de Radiotelevisió Valenciana (RTVV) con quien colaboraba en un programa.

Estos son solo algunos ejemplos de los altos cargos que, aunque en forma de goteo, han ido abandonando los puestos de responsabilidad que ostentaban bajo el paraguas del PPCV. Fuentes de la Generalitat apuntan a que un mal resultado en las europeas redoblará la búsqueda de otros caminos profesionales para los dirigentes de perfil más técnico.

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1 comentario

soros escribió
15/03/2014 10:39

El tema salarial de cargos directivos y políticos es un tema con aristas que no se quiere plantear porque es más cómodo hacer demagogia electoral, pero que mi modo de ver es muy preocupante y explica porque España está como está. Aquí están exponiendo primeros y segundos niveles, pero no se habla de los miles de cargos directivos de menos nivel que tampoco son interesantes salarialmente y que suele haber dificultad para cubrirlos con profesionales preparados, en Sanidad, Educación ect… La gente prefiere “los puestos fijos de técnicos”, a los que no mueve nadie y desde donde, cómodamente, se ven pasar uno tras otro " directores" que asumen la responsabilidad por un poco más de sueldo, con dedicación y estrés de 24 horas y con una inseguridad laboral absoluta de meses en el cargo. No hay apenas diferencias salariales entre los cargos directivos y los siguientes niveles y desde luego no compensa. Puede ser que el votante agradezca esta demagogia salarial, pero luego, como Consumidor o ciudadano se queja del poco nivel de la clase política y de lo mal que va Valencia, el poco caso que nos hacen en Madrid, lo mal que van los hospitales, los ambulatorios, los Institutos, y demás servicios públicos ect. ect.. ect . Para los “ Pepiño” de turno el salario público es una bendición, porque jamás ganarían eso en el sector privado,………..pero lógicamente para un Manuel Pizarro, un De Guindos ect… un cargo público supone un sacrifico salarial que solo se aceptas si tienes una situación económica desahogada, ¿y quién se supone puede ejercer mejor el cargo público y obtener mejores resultados?. Quizás el periódico tendría que hacer una encuesta entre profesionales del sector privado, con cierta proyección, para haber cuantos dejarían su puesto para ir al sector público “una temporada”, ganando 2, 3, 4, 5 o 6 veces menos. Hay más Abogados del Estado en excedencia que ejerciendo en el sector público. Por no hablar de lo absurdo que es fijar la referencia de los salarios en función de los Presidentes, teniendo en cuenta que estos Srs. al dejar el puesto tiene unos privilegios salariales de por vida y oportunidades de recolocarse en más organismos oficiales de las que carecen el resto de Políticos y técnicos. Y por si fuera poco los Juzgados están llenos de directores generales imputados que obedecían órdenes, y no de los Presidentes que las daban,….¿Merece la pena con este panorama un cargo público?

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