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VALENCIA. Imagina un mundo. Un mundo donde todos somos nuestros jefes. Un mundo donde no trabajamos para nadie.
Se oyen los pájaros, hueles los tulipanes y andas sobre un campo de cebada al ritmo de la banda sonora de Gladiator. Hola, soy la Neurona de Bajona, venía a decirte que si es un mundo donde no trabajamos para nadie, nadie trabaja para tu proyecto, ¿cómo vas a conseguir producir y vender ese revolucionario sistema de recogida y depuración del agua de la lluvia a nivel doméstico?
Cada día desayuno un té, un bol de cereales y 3 citas sobre la grandeza de dejar de trabajar para los demás y trabajar para uno mismo, cortesía de Pinterest o Facebook, según toque.
Recuerdo haber recibido una convocatoria sobre un evento de emprendimiento cuyo eslogan básicamente decía "deja de trabajar para los demás". Creo que hay cierta irresponsabilidad en los mensajes que transmitimos para incentivar el emprendimiento. No sabemos ni cómo ni quién ni en qué forma van a calar. Es muy fácil aleccionar desde nuestros escenarios y teclados.
La diferencia tiene mucha importancia, ya no se trata de decir al que no tiene trabajo que no ceje en buscarlo, se trata de que decimos al que lo tiene, que lo deje y "emprenda".
AVE, EMPRENDEDOR, LOS QUE VAN A TRABAJAR PARA LOS DEMÁS TE SALUDAN
Personalmente no me ha gustado nunca la dicotomía empleado ni empleador. Lo limita todo a dar o recibir un empleo, como si fuera un objeto cedido, nos convierte en sujetos y objetos indirectos y es bastante poco fiel a la realidad. La alternativa sindicalista "trabajador vs. jefe" o su versión de chaqueta de pana "subordinado vs. jefe" me eleva la tensión aún más. Para lo que nos ocupa, no hay otra, sigamos hablando de empleados.
Es una percepción, no una conclusión, pero a veces percibo cierto tufillo de clasismo "emprendedor". Pongo de ejemplo un artículo del 2008 de uno de los gurús del mundo del emprendedurismo y la inversión, Paul Graham. En "No tendrías que tener jefes", Graham compara a los empleados con animales enjaulados en un zoo. Básicamente en todos sus artículos Paul Graham dibuja un escenario donde todos los participantes son fundadores. Un mundo sin jefes, según él. El paraíso de la holocracia.
Para Graham, si eres empleado eres un conservador. Y nos explica que el carácter conservador vs. emprendedor es algo aprendido exclusivamente, dice "es difícil decir cuánto se debe a las propias corporaciones y cuánto se debe a un conservadurismo natural que les hizo trabajar para esas corporaciones, pero ciertamente es algo aprendido en su mayoría". La culpa es de las corporaciones, of course, y de la madre si hace falta.
Sin embargo, y con mirar la ausencia de ejemplos en la entrada de holocracia en la Wikipedia bastaría para ver la casi imposibilidad del concepto, sería interesante recordarle a Graham que la jerarquía no es algo aprendido, sólo. No soy bióloga pero habría quizás que mencionarle que en el resto de seres vivos también hay estructuras, jerarquías y repartos de trabajo. Aunque su argumento de que no hay estructuras de grandes grupos (lo que vendría a ser nuestras multinacionales) es relativamente cierto (se olvida de las hormigas), no lo es tanto que no haya ‘jefes'. Hasta en una manada de lobos hay "jefes" y por tanto, "empleados".
Podemos creer que todo es aprendido e influido por el entorno. O bien que hay una serie de características inherentes a cada personalidad que han de relacionarse con un entorno. Gracias a esas características inherentes, se ha podido establecer una taxonomía de caracteres que hoy en día usan muchos equipos de recursos humanos o de coaching (vd. J. Holland "La elección vocacional: teoría de las carreras"). Y con esa taxonomía podemos averiguar en qué tipo de entornos de trabajo encajamos mejor (creativos, convencionales, emprendedores, sociales...).
En el fútbol no sólo hay entrenadores. Imaginad que saltasen al campo 11 entrenadores, iban a faltar ojos para tantos dedos señalando el camino. Pero qué va a decir Paul Graham, autor de grandes artículos pero fundador de YCombinator, cuyo modelo de negocio tiene un cliente muy claro: los emprendedores. Es decir, es una visión lógica, no voy a decir "interesada", para la propia supervivencia de su modelo.
Algunas otrora startups, ya empresas, Github, por ejemplo, han optado por cargarse el término "jefe" y hablan de "responsables", pero para mí eso es como decir, oye, no es un látigo, es una cuerda.
1) ¿No te gusta tu trabajo? Cambia tú o cambia tu trabajo.
Que no te guste tu trabajo no te hace emprendedor. De la misma manera que hay emprendedores que dejan de gustarles lo que hacen en sus empresas y cambian su rol y tareas dentro de la misma o bien terminan montándose otra cosa. Nos pasa a todos, por cuenta propia o ajena.
2) Si no estás dispuesto a tener variaciones "económicas" en tus ingresos.
He conocido personas que bajo ningún concepto alterarían sus ingresos. Me cuesta mucho imaginármelas montando su propia startup, desarrollando el negocio y el equipo. Emprender tu propio negocio requiere una altísima tolerancia al riesgo y una altísima habilidad para soportar ajustes financieros.
3) Si respondes NO a ¿intraemprender en las empresas donde has trabajado?
He estado tras las dos barreras, antes "empleada" y ahora "emprendedora" y he llegado a la conclusión que los que nos gusta trabajar por cuenta propia y emprender con nuestras empresas como empleados hemos tenido algo en común: estamos continuamente pensando en cómo beneficiar y mejorar la empresa en la que trabajamos, con nuestro rendimiento, con sugerencias, con iniciativa, con actitud y predisposición. Y así, hay personas que aunque trabajen por cuenta ajena, también son así y aunque nunca monten su propia empresa, serán siempre "emprendedoras" y ese espíritu es básico si algún día prueban en el otro lado de la barrera. Y si no, les será útil siempre en su vida.
Te voy a decir algo, si siendo empleado no has tenido esa actitud en tu vida, no te lances a ser 'emprendedor'. O verás cómo pronto ya no tendrás a nadie a quién echar la culpa de cualquiera de tus problemas.
4) No tienes una idea para solucionar un problema.
Pero es que tengo talento, soy un programador de la leche y tengo 20 apps en la tienda de Apple Store, una de ellas sirve para medir los decibelios de un eructo y otra te permite cambiarte la cara en las fotos de instagram. Y luego dicen que las ideas no sirven para nada y que tener ideas las tenemos todos.
Palabra de Dustin Moskowitz: "¿Crees que eres extremadamente talentoso y que ésa es la mejor forma de maximizar el retorno financiero de tu talento? ¿Por qué no ibas a querer más del pastel? Esto es lógica errónea, ya que el ingeniero número 100 de Facebook ganó mucho más que el 99% de los emprendedores de Silicon Valley. Si eres extremadamente talentoso, puedes identificar una compañía con un alto potencial del crecimiento y bajo riesgo y conseguir un paquete de compensación de ellos."
UN MUNDO PARA EMPRENDEDORES SIN EMPLEADOS
¿Qué startup no se beneficiaría de empleados que estuvieran constantemente pensando en formas de cómo contribuir al crecimiento del negocio, algo que terminaría siendo beneficioso para todos? Si nos dirigimos a un ecosistema con tanta startup, necesitamos que haya una evolución de empleados a "emprendeados" (empleados emprendedores)
Una sociedad que no tenga empleados requiere un sistema económico completamente nuevo, y que no existe actualmente. Con lemas como "deja de trabajar para los demás" no hubiera existido Google ni Facebook ni Zara ni habría startups generando empleo. Bueno, tendrá sus cosas buenas, los inspectores de Hacienda harán "crowdsourcing". Lo malo es que los doctores emprendedores nos harán tests A/B en mitad de la cirugía. Y no tendremos a Homer Simpson.
Mucho interés por ver cómo será ese mundo 100% fundadores.
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Elena Benito Ruiz @elenabrz
Consultora en comunicación online
El papel es muy sufrido. Emprender cuando alguien se ha quedado en el paro no es dificil, es dificilisimo de acertar. Inviertes tu poco dinero y si va mal, al paro y sin nada. Qué mundo nos ha tocado vivir!. Triste y lamentable, sobre todo para la juventud, cuyo futuro está en el aire.
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