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VALENCIA. No se cambiará. Si los académicos de la AVL consultados por Valenciaplaza.com tuvieran que apostar, lo harían a negro, par y pasa. Todos ellos, propuestos por el PP, mantienen una misma tesis: No ven motivos para modificar la definición de 'valenciano' ni la de 'catalán' incluidas en su Diccionari Normatiu. Uno de ellos va más lejos y asegura: "Esta definición es la mejor de la historia".

"No tenemos nada que cambiar", apunta otro. "No hemos dicho lo que dicen ellos [los políticos populares]. Nosotros no hemos dichos que seamos catalanes. Han metido la pata. Sólo se tiene que ver como han frenado de manera rotunda. Este debate ha sido una cosa poco oportuna", añade. Y otro es más crítico. "[Piensan que] Todo vale para ganar votos. Puede que hayan ganado algunos votos cuantitativos, pero no cualitativos", sostiene. 

De ahí que den por seguro que en la próxima reunión de la Acadèmia, cuando se estudie el dictamen del Consell Jurídic Consultiu, los académicos mirarán para otro lado y apostarán por enfriar un conflicto que consideran "irreal". "¿Tu ves a los castellanohablantes discutiendo del nombre de su lengua, de su origen?", se preguntaba un académico. "No queremos una batalla porque estaríamos fracasando; de hecho nosotros [los académicos] estamos dando una solución", añadía.

El único miedo, expresado por uno de estos académicos, es que además del dictamen Consell Juridic Consultiu se tenga que analizar una posible "denominación cerrada del valenciano". Un miedo infundado, según fuentes del Consell. Desde la Conselleria de Educación y Cultura no ha partido ninguna propuesta así, aseveran estas mismas fuentes.

Para los académicos contactados por Valenciaplaza.com, el más molesto con este debate es Ramón Ferrer. El presidente de la Acadèmia, dice uno de ellos, está intranquilo por este conflicto. "Se le nota incómodo; lo vi el otro día y le noté que estaba afectado". Ferrer, académico de número de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana, una organización que preconiza la separación entre valenciano y catalán, ha tenido que ver como realizaban pintadas en la puerta de su casa.

Todo el debate ha alterado también las buenas relaciones institucionales entre Ferrer y la consellera de Educación y Cultura, María José Català, quien se ha visto en medio de un conflicto en el que no cree y que ha partido de otras instancias del ejecutivo de Alberto Fabra. ¿Hay algún mensaje oculto como temen algunos académicos? Desde Cultura se limitan a decir que ellos han remitido el dictamen del CJC y que esperan a la respuesta de la Acadèmia.

Por el momento, ya ha hablado el vicepresidente de la Acadèmia, Josep Palomero, quien este viernes avanzó que se estudiará dicho informe "por cortesía". Pero no parece que vaya a causar división entre todas 'las sensibilidades' de la AVL. Es más, muchos, como Palomero, prefieren guardar una prudente distancia y dejar pasar este caliz. Algunos creen incluso que la única institución que saldrá mal parada de esta situación es el Consell Jurídic Consultiu con su peculiar interpretación. Como Palomero, prefieren felicitarse por la difusión que ha supuesto, indirectamente, este debate. En una semana, el diccionario ha recibido más de 170.000 visitas.

Un dato muy significativo es que a los acádemicos no les gusta hablar ni de catalanistas ni de valencianistas. Es más, quieren sustraer cualquier disputa política de su trabajo porque entienden que su función es otra: fomentar el uso del valenciano entre la población. Es más, los académicos, dicen fuentes consultadas, están más posicionados por "filias y fobias" que por adscripciones políticas. Algunos académicos son personas "muy de derechas, católicos, hay hasta sacerdotes [en alusión a Miquel Navarro Sorní], y no comparten las tesis del PP".

La famosa definición de valenciano y, por extensión, de catalán, ha sido el producto de negociaciones entre estas 'sensibilidades'. Y prácticamente todos la apoyan.  "No entiendo porque hay diputados de Esquerra Unida que han entrado al trapo", comenta un académico. "Nuestra postura es que las cosas vuelvan al lugar que corresponda. Estamos hablando de la supervivencia de la lengua y eso no lo conseguiremos con peleas", agrega.  

La voz 'nosaltres' del Diccionari Normatiu Valencià usa como ejemplo una frase: 'Entre nosaltres no hi ha mai discussions'. Y eso es lo que en parte sucede en el monasterio de San Miguel de los Reyes; "nosotros no discutimos, debatimos", relata uno de los académicos consultados por Valenciaplaza.com. "Cuando acabe el pleno del 28 espero que tengamos una sola voz que hable por todos. Esperemos al pleno que es quien tiene que hablar", concluye este académico. Y cada día que pasa, es un día ganado.