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VALENCIA. La necesidad de recortar en las universidades públicas sigue apretando y cada vez es más normal escuchar en el entorno universitario, sobre todo del profesorado, cuál puede ser la suerte que corran para poder aligerar el sistema público generado en torno a la Universitat de València, la Universidad Jaume I de Castellón, la Universidad Miguel Hernández, la Universidad de Alicante y la Universidad Politècnica de València. 

De hecho, se comenta de forma insistente una unión de titulaciones que tendría como parejas la Universidad de València y la UJI, a unos 60 kilómetros de distancia, y entre la Universidad de Elche y la Universidad de Alicante. Aunque algunos se atreven a apuntar al cierre de universidades por la línea de ahogo que siguen comunidades con estas instituciones como Castilla La Mancha, el paso previo pasa por intentar aligerarlas.

Este plan estaría pensado para titulaciones con pocos alumnos en los que se pudieran juntar en una única universidad. No se trata de terminar de cerrar una titulación en una de las dos universidades, pero sí de fusionar las áreas que dan docencia. Esto permitiría que los alumnos se desplazaran a la más grande y ahorrar en profesorado. Por lo tanto, despedirían a los profesores asociados y sólo se mantedrían los funcionarios.

Esta estrategia podría realizarse a través de varios modelos. Uno sería eliminando la oferta de una de las universidades y manteniendola hasta que se acabe extinguiendo con la última promoción que esté cursándose o mantener el modelo de dos campus para una única titulación pero los profesores podrían desplazarse de una universidad a otra. 

Todas estas medidas implicarán que cuando se jubile un profesor tampoco salga plaza para sustituirle, por lo tanto no se producirá una renovación generacional. Entre otros problemas también puede encontrarse la falta de oferta de continuidad a la gente que realiza doctorados, por lo que explotarán al máximo a aquellos que no puedan echar. Por este motivo, entre otras medidas, también se apunta a la posibilidad de obligar a las profesores a dar clases en áreas afines.