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Argentina quiere el peso en 8 dólares

27/01/2014

BUENOS AIRES (REUTERS). El peso de Argentina llegó a un nivel adecuado en las 8 unidades por dólar, dijo el ministro de Economía del país citado el domingo por un diario local, después de que la moneda sufriera esta semana su mayor devaluación en casi 12 años.

El derrumbe del peso, que el jueves alcanzó el 11 por ciento, llevó al Gobierno local a flexibilizar el viernes su estricto control de cambios diseñado para aminorar la constante caída de sus reservas internacionales.

"El Gobierno entiende que la cotización que alcanzó el dólar (de cerca de 8 pesos) es una cotización de convergencia, razonable para la economía de Argentina", dijo el ministro Axel Kicillof en una entrevista publicada por el diario oficialista Página 12.

El peso argentino cerró el viernes a 8,005 por dólar. El Banco Central decidió no intervenir en el mercado de divisas, como lo venía haciendo habitualmente.

ELEVADA INFLACIÓN

La fuerte depreciación de la moneda ocurre en un marco de elevada inflación, que analistas privados calcularon en un 25 por ciento anual para el 2013. El Gobierno solo reconoce un aumento de los precios anualizado del 10,5 por ciento en los 12 meses a noviembre. Para este año, los analistas esperan que la inflación ronde el 30 por ciento.

La medida de flexibilizar el fuerte control de cambio permitiendo la adquisición de dólares para el ahorro y una reducción en el impuesto que pagan los argentinos por comprarlos, entrará en vigor el lunes. Y aunque ha generado temores de una mayor devaluación del peso, Kicillof reiteró en la entrevista que el Gobierno evitará un fuerte debilitamiento de la moneda.

"Quieren llevarnos (los especuladores) a un dólar de 13 pesos que tendría un efecto devastador sobre la producción, el empleo y los salarios. No lo vamos a permitir", dijo el ministro al periódico.

TURISMO

La reducción del impuesto a la compra de dólares, que pasó del 35 al 20 por ciento, por ahora no se aplicará para las divisas adquiridas con fines de turismo. Pero el ministro dejó abierta la posibilidad de incluir también a ese renglón.

"El Gobierno continuará analizando extender la baja del anticipo del tributo para las compras con tarjeta en el exterior y billetes para turismo donde, al menos por ahora, seguirá en 35 por ciento", dijo Kicillof.

La flexibilización del control de cambios despertó temores de que una mayor demanda de dólares por parte de ahorradores siga reduciendo las reservas internacionales, que el viernes cayeron a cerca de 30.000 millones de dólares, su nivel más bajo desde fines del 2006.

EL SECTOR AGRÍCOLA, A LA ESPERA 

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo el domingo por la noche al canal C5N que el ingreso de dólares por exportaciones compensaría la mayor demanda de divisas.

"Independientemente del flujo de dólares que demanden a través de la operatoria que instrumentaremos a partir de mañana (lunes) (...) entendemos claramente que se dan las condiciones para que exista un influjo de dólares proveniente de la liquidación de exportaciones" que eviten una mayor caída de las reservas, dijo el funcionario.

Mientras tanto, Kicillof dijo en Página 12 que el Gobierno calcula que los productores agrícolas aún no comercializaron cerca de 11 millones de toneladas de soja de la campaña pasada debido a especulaciones con el cambio oficial. Eso representaría cerca de 5.500 millones de dólares en ingresos para las reservas argentinas.

Los agricultores argentinos reciben pesos por sus granos y no pueden cambiarlos por divisas.

COLAPSO

La situación ha provocado que en las últimas semanas en el principal mercado de granos argentino de Rosario prácticamente no se realizaran operaciones de la oleaginosa.

"Nos llama la atención que el sector agropecuario guarde sus granos, aconsejados por los mismos que buscan propiciar la devaluación", dijo Kicillof al matutino.

Los agricultores de Argentina, el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, recién están terminando de sembrar la soja de la campaña 2013/14, que según datos oficiales sería de un récord de 20,8 millones de hectáreas.

DESESTABILIZACIÓN

Esto significa que recién en marzo comenzarían ingresar a las arcas del Estado los dólares de las ventas del grano de la nueva campaña, a las que se les suma un impuesto a la exportación del 35 por ciento. Por eso el Gobierno está ávido de que los granjeros comercialicen sus granos.

"Se puede tener la cosecha más grande de la historia, pero al mismo tiempo pueden tomar decisiones especulativas y no liquidar", dijo Kicillof a Página 12. "Los grandes sectores financieros y concentrados tienen mucha experiencia en la desestabilización".

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