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LA OPINIÓN PUBLICADA

El #Ñoragate y la corrupción de las pequeñas cosas

GUILLERMO LÓPEZ GARCÍA. 26/01/2014

LA OPINIÓN PUBLICADA

Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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VALENCIA. El martes pasado, el diario Estrella Digital publicaba unas facturas pagadas por Presidencia de la Generalitat Valenciana a un comercio cercano. Las facturas, decía esta publicación, parecían corresponderse con una serie de compras individuales, a lo sumo para dos personas, pese a lo cual se pagaban con cargo a las arcas públicas, por una cantidad que ascendía, a lo largo de un año, a unos 3.000 euros.

Al día siguiente, Estrella Digital publicó otras facturas, en este caso correspondientes a bebidas alcohólicas, por un monto ligeramente inferior a los 400 €. Entre los productos alimenticios había unas cuantas compras peculiares: yogurts, flanes, arreglo de cocido, atún, ... Y ñoras, que acabarían haciendo fortuna como denominación del escándalo en Twitter: el #Ñoragate.

Desde Presidencia de la Generalitat respondieron asegurando que esas facturas no eran de uso personal, sino que se correspondían con algunas compras específicas para complementar el abastecimiento habitual (en un supermercado cercano, dijeron). Y que, en definitiva, su motivación última era agasajar a las personalidades eventualmente invitadas en el Palau de la Generalitat.

Es difícil desentrañar quién tiene razón aquí. Orientativamente, parece plausible que Presidencia compre productos de este tipo y lo haga en diversos comercios. Pero es más difícil de creer que eche en falta unas ñoras, un yogurt o una lata de atún, y que sea menester comprarlas en raciones aparentemente ajustadas para una o dos personas, que la compra, en una ocasión concreta, de unas cuantas botellas de vino. No soy muy ducho en cuestiones de glamour y protocolo institucional, pero me parece que en Generalitat será más habitual agasajar a sus invitados con una copa de vino que con un flan Dhul, o una lata de atún. También parece bastante peculiar, en cualquier caso, que este tipo de compras sean realizadas (en apariencia) por Esther Pastor, quien entonces era ya directora general.

El topo, imbatible

Quizás las compras las hizo otra persona, y Pastor se limitó a autorizarlas con su firma y sello. Pero, sea como fuere, hay dos cuestiones que están claras: la primera de ellas, que el topo de Generalitat sigue filtrando documentación, con tanto fervor como siempre. Hace menos de dos meses Fabra acometió una más que sorprendente remodelación de su equipo de comunicación, motivada en buena medida por el afán de acabar con las filtraciones del famoso topo. No parece que, al menos por ahora, la cosa vaya muy bien. Quizás porque el topo se llevó mucha documentación consigo. O porque, sencillamente, el topo (o los topos) sigue ahí, tan tranquilo.

La segunda cuestión es que con esta última filtración el topo ha atinado de pleno. Por algún motivo, a la mayoría del público le suele parecer mucho más grave una corrupción de baja intensidad, de miserias cotidianas, que la corrupción "a lo grande". El robo de -pongamos por caso- 60 millones de euros en comisiones, evasión de impuestos, contratos fraudulentos, ... evidentemente no le hace gracia a nadie. Pero son cantidades tan grandes, y tan difusas, que resultan difíciles de asumir e interpretar. Sin embargo, todo el mundo puede entender la corrupción a ras de suelo: un sueldazo de 3.000 euros para el cuñado, utilizar el coche oficial para asuntos privados, la tarjeta del Ayuntamiento para pagarse mariscadas... O pagar la cesta de la compra como gastos institucionales. O un fin de semana en un hotel de lujo.

Pocas cosas molestan más al público que constatar que las conductas corruptas lo abarcan todo, incluso lo más pequeño. Quizás porque así se percibe mejor el contraste entre los que tienen que recurrir a la caridad para comer y los que, a pesar de que tengan un buen sueldo y una vida desahogada, están dispuestos a exprimir los recursos públicos en todos los órdenes. O quizás el problema sea que la corrupción de las pequeñas cosas es reveladora de una determinada conducta, una actitud general ante lo público.

Sea como fuere, conviene recordarlo: se trata de cuestiones sin esclarecer. Las facturas, en sí mismas, no demuestran nada. Y quizás en un ambiente menos enrarecido el escándalo no generaría tanto alboroto, o se tendría más en cuenta la presunción de inocencia. Pero, por desgracia para Esther Pastor, en el contexto actual el efecto de estas facturas puede ser demoledor.

Ruido de sables madrileño

Tan demoledor que el asunto no sólo llega, a fin de cuentas, a partir de su publicación en un medio de comunicación de ámbito nacional como es Estrella Digital. Sino que también ha tenido amplia repercusión en medios nacionales, incluyendo una columna radiofónica en Onda Cero por parte de la veterana periodista Pilar Cernuda en la que se revisaba la situación de algunos barones autonómicos del PP. Cernuda se detenía en la figura de Fabra, en el escándalo de las facturas de Esther Pastor, y hacía una afirmación categórica: en el PP nacional no quieren que Fabra sea el candidato en 2015. 

Desde mi punto de vista, es muy pronto para afirmar algo así. Sobre todo, si la decisión depende de Mariano Rajoy, quien a estas alturas no ha cambiado a un solo ministro de su Gobierno. Pero lo que está claro es que el topo sigue activo y que esta vez ha dado en el blanco. A la espera de determinar si realmente estamos ante un caso de corrupción (aunque sea a pequeña escala) o de difamación (de Esther Pastor), lo que está claro es que a Pastor le convendría ser mucho más prudente en su gestión de las cosas.

Porque el escándalo llega como colofón de una apresurada serie de errores que no pueden imputarse a la malignidad de un topo o de un medio de comunicación: la contratación de un coach para dar clases de liderazgo a Fabra, el esperpéntico acto de la sociedad civilel sorprendente papel de spin doctor que en apariencia ha adoptado el peluquero Tono Sanmartín en el Gobierno valenciano... No parecen actitudes y decisiones muy convenientes.

#prayfor... chicas preciosas en Fitur

Por si la semana no hubiese deparado suficientes emociones, la celebración de la feria de turismo Fitur en Madrid nos proporcionó más madera. Comenzaron a difundirse vía Internet unas imágenes de unas azafatas posando delante del stand del Ayuntamiento de Gandía, embutidas en una especie de pijama de lycra que no dejaba prácticamente nada a la imaginación. Un monumento al mal gusto que fue muy criticado en las redes sociales.

Rápidamente el Ayuntamiento de Gandía se desvinculó de esas azafatas, que pertenecían a una empresa de la ciudad, pero no tendrían nada que ver con el consistorio municipal. Que posasen delante del stand habría sido una mera casualidad. El problema es que, a continuación, aparecieron fotos con políticos valencianos (en concreto, Alfonso Rus) posando con las chicas, y trascendió además que había sido el alcalde de Gandía, Arturo Torró, quien se las había presentado a Rus. 

Llegados a este punto, tuvo que terciar el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, para intentar quitarle hierro al asunto. Con una frase que hizo fortuna: "No quiero que se hable de la Comunidad Valenciana por esas dos preciosas chicas que pueden estar representado a una empresa". Puede que el Fabra no quiera que esa sea la imagen que ofrezca la Comunidad Valenciana, pero, desde luego, es la que se ha dado. Y no sólo en Fitur, sino desde hace demasiados años, durante los cuales se ha convertido la cultura del exceso y de lo hortera, el mal gusto, en modelo a seguir.

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Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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5 comentarios

Jorge escribió
26/01/2014 23:42

Desgraciadamente desde hace ya bastante tiempo cada semana tenemos algo nuevo para dañar la mala imagen de la Comunidad Valenciana. Si como todo apunta, en las europeas de mayo el PP se hunde, sería bueno un adelanto de las elecciones a la Generalitat para otoño.......esto es insoportable!!!!

Jesusita Maritita escribió
26/01/2014 15:54

Casualidades de la actualidad, el tema de la intendencia del Palau sale justo la semana en la que, de no haber trascendido las facturas, la noticia hubieran sido las declaraciones de los testigos del "caso cooperación". ¿Podría ser el topo persona cercana a los afectados por este caso? Algún antiguo colaborador? ....en cuanto al tema Ester Pastor, además de cuatro periodistas ¿quien más la conoce? Sólo hay que irse a Sagunto y preguntar.

Fogater escribió
26/01/2014 13:31

En círculos cercanos al PP se comenta que si en las europeas el PP valenciano saca unos cinco puntos menos que el PP nacional, Fabra estará suspendido de cara a las autonómicas. De hecho, no olvidemos donde ha situado Rajoy a Rita en estas elecciones y que esta -como se ha demostrado en el acto de exaltación de la Fallera Mayor- sigue apostando por Margallo. El problema es que en el PP ya no vende la marca ni ningún anunciante que pongan ad hoc: de ser así, hace tiempo que Fabra tendría un sustituto. El problema aquí es más grave que en Madrid: allí a una mala siempre pueden recurrir a Esperanza Aguirre -guste o no guste- porque saben que sigue teniendo su potencial. Aquí están todos achicharrados.

claramunt escribió
26/01/2014 13:14

El que passa en el Palau és una representació de l'actual PPCV, domèstic, sense ambició, reclós en les petites lluites familiars, extravagant, gastronòmic, desconnectat de les aspiracions dels ciutadans...

26/01/2014 10:03

Buenos y soleado día Guillermo: si, por las "pequeñas cosas" es cuando comienzas los problemas.Cuando uno quiere y desea pagar con dinero público para posteriormente pegar el "pelotazo" hay que cuidar estos pequeños detalles.El "topo" este debería centrarse en cosas de mas "altura" no en la comida y bebida y seguro que logra mayores éxitos en su "afloramientos" de irregularidades salvo que, su información no pase de la "intendencia" de la Generalitat.- Un saludo Alejandro Pillado Marbella 2014

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