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VALENCIA. Un mes después del estreno de la primera parte de Nymphomaniac, llega a los cines el final de este drama con escenas de sexo explícito dirigido por Lars von Trier (Melancolía), que los distribuidores dividieron en dos volúmenes para su proyección en los cines, ya que la duración final de la cinta era de cuatro horas.

Joe, encarnada por Charlotte Gainsbourg, protagonista de las dos anteriores cintas de Von Trier, es una mujer de 50 años diagnosticada como ninfómana en su adolescencia. Ella le cuenta su historia a Seligman (Stellan Skarsgård), un anciano soltero que la encuentra en un callejón herida y casi inconsciente en una fría noche de invierno.

En la primera parte se relataba desde su descubrimiento del sexo hasta su relación con su madre, el vacío por la muerte de su padre, sus primeras parejas, así como los primeros conflictos del personaje por sus constantes escarceos amorosos (memorable la secuencia de Uma Thurman como esposa celosa).

La segunda parte se introduce en el mundo del sadomasoquismo, las prácticas lésbicas y agudiza el drama emocional del personaje principal, atormentado por su obsesión sexual. Nymphomaniac, que según fuentes de la distribuidora "supone un desafío interpretativo extremo", está protagonizada por un amplio elenco en el que además de Gainsbourg y Skarsgard destacan Shia LaBeouf, Christian Slater, Jamie Bell y Willem Dafoe, así como la joven Stacy Martin, hallazgo y protagonista absoluta de la primera parte.

Muchas repercusiones ha tenido esta nueva película del polémico director. Después de una campaña exhaustiva de publicidad en la que se aludía al carácter explícito de algunas escenas, en diciembre Gainsbourg echó más leña al fuego a raíz de unas declaraciones para la revista Vanity Fair francesa, donde explicaba cómo se negó a masturbar a un compañero de reparto, un actor de cine porno, y a compartir plano junto a él mientras este lo hacia. "Nadie me había pedido que fuera tan lejos. Resultó excitante e intenso, con tanto sufrimiento. A veces me sentí realmente mal. Nunca había vivido nada tan fuerte". La actriz también confesaba: "Lars [Von Trier] lleva demasiado lejos sus obsesiones sexuales. Se pasa de explícito, tanto en su discurso como en las imágenes".