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VALENCIA. El veterano Renny Harlin (La isla de las cabezas cortadas, La Jungla 2, Máximo riesgo) se ha convertido en el chico-para-todo del cine estadounidense contemporáneo. El finlandés, que parecía destinado a convertirse en el rey del blockbuster americano, tras el fracaso de la película de piratas que rodó con su ex mujer Geena Davis, fue apartado de los oropeles hollywoodienses y sólo gracias a su talento ha podido reconvertirse en un eficaz artesano, idóneo para darle una patina de calidad a productos de serie B, capaz de salvar el guión más lamentable y de hacer que cualquier mediocridad pase por un largometraje al uso digno de estrenarse.

En este caso se trata de una película surgida al calor de éxitos como 300 o Troya. Dentro de la lista de filmes que han recuperado la mitología griega, a Harlin le ha correspondido retomar el mito de Hércules con una producción que se titula explícitamente Hércules: El origen de la leyenda, y para ello ha contado con Kellan Lutz como protagonista, un actor cuyo únicos méritos reseñables hasta ahora es que había participado en la saga Crepúsculo y se le había atribuido una relación con la inefable Miley Cyrus.

En esta nueva adaptación un tanto sui géneris, veremos como, en un intento desesperado por liberar a su pueblo de la opresión de su vengativo esposo, la reina Alcmena (Roxanne McKee) dirige sus súplicas hacia los dioses y fruto de sus plegarias nace Hércules, engendrado por Zeus, padre de los dioses y los hombres.

Ajeno a su verdadera identidad, Hércules sufre el desprecio del rey Anfitrión (Scott Adkins), quien favorece siempre a su hijo legítimo Ificles (Liam Garrigan). El joven Hércules se enamora de la bella Hebe (Gaia Weiss), aunque su historia de amor queda truncada cuando Anfitrión, padre de Hércules, proclama que será Ificles quien contraerá matrimonio con la princesa. Hércules intenta huir con su amada, pero es capturado por la guardia del rey Anfitrión, quien le envía a la guerra. Tras burlar a la muerte, Hércules se embarca con el guerrero Sotiris (Liam McIntyre) en una misión para liberar al reino de la tiranía de Anfitrión, recuperar a su amada de las garras de su hermano y ocupar su lugar en el panteón de los héroes griegos.