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VALENCIA. Souvenir. Ese objeto de recuerdo de una ciudad que en muchas ocasiones parece sacado de un museo de los horrores. Símbolos de una cultura usados de forma poco atractiva o camisetas con diseños poco agradecidos en forma de imanes o plasmados en tazas y camisetas. Pero, ¿por qué? Esto es lo que pensó Virginia, propietaria de la tienda Atypical Valencia, en el número 10 de la calle Caballeros, en pleno Barrio del Carmen. 

Ni sevillanas, ni toros, ni sangrías, aunque sí falleras, micalets o lonjas, pero tratadas desde el diseño. "Es la típica tienda que me habría encantado encontrar cuando viajo a otra ciudad" explica esta arquitecta, que también estudió Bellas Artes para más tarde adentrarse en el mundo del diseño gráfico. "Se trata de hacer diseño con la arquitectura y tradición de nuestras ciudades, no las cosas horribles que hay en algunas tiendas" explica. 

Cuando habla de sus creaciones evoca a 'Ampelmann', el mítico hombrecillo de los semáforos de Berlín que se ha convertido en el adorado símbolo de la ciudad. No por el parecido, sino por el gusto a la hora de convertirse en un souvenir y un objeto codiciado por los turistas y viajeros que pasan por la ciudad. "El público que lo compra es diferente, ese era digamos nuestro target, el público al que van dirigido los productos que diseñamos, con un diseño cuidado y sintético" apunta Virginia.  

Y con esta pretensión, Virginia impulsó junto al arquitecto Salva González y el diseñador Pablo Ejarque esta nueva forma de crear recuerdos. "Tenemos tantas cosas de valor como el Mercado Central, la Lonja o el Micalet" apunta esta arquitecta. Le gusta jugar con el simbolismo valenciano por eso utilzan estas referencias para hacer sus souvenirs.

"Los recortables de fallera gustan mucho, ya que también conectan con el tema nostálgico" explica Virginia. Pero también está comprar un juego de construcción de El Micalet, una camiseta con un diseño geométrico y moderno de la Lonja o una Mare de Déu repensada. Entre los que más triunfan los turistas está la camiseta de la Mascletà, aunque muchas veces tienen que explicarles de qué se trata.

También realizan juegos de paellas para niños realizados con fieltro o imanes para la nevera. Además de diseños propios también recogen otros productos que a Virginia le gustaría comprar, como un libro de fotografías de la Tomatina o unos alicantinos que hacen postales.  

Virginia explica que no podían ir a las grandes calles, pero finalmente se quedaron en la calle Caballeros porque al no poder construirse bares el alquiler era más reducido. Una calle perfecta por la que pasan turistas, sin emabargo, el perfil que acude a la tienda es más el de viajero. "También viene mucha gente Erasmus y que estás estudiando aquí español" apunta. 

Virginia apunta a que le llama la atención la gran cantidad de valencianos que también acuden, ya sea para hacer regalos o para enviar a gente que se ha ido fuera a trabajar. "Es como un nuevo sector" explica. También hacen líneas de pijamas de bebes, que son muy demandados para recién nacidos. Todos los souvenirs están realizados en empresas valencianas. "El Micalet lo hacemos en un taller de cartonaje valenciano y los estampados de las camisetas también se hacen en Valencia".