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El teatro a la carta se asienta en Valencia

El teatro a la carta y de pequeño formato copa la agenda escénica de Valencia

BEGOÑA DONAT. 15/01/2014 La inauguración en Valencia esta semana del espacio 'Microteatre', aumenta la oferta de montajes que se desarrollan a escasa distancia del espectador

VALENCIA. Llámalo micro, llámalo mini, llámalo teatro de proximidad. La premisa son 15 minutos y 15 metros cuadrados para albergar en el tiempo y en el espacio a 15 espectadores. Este reto escénico es a un tiempo estímulo para el espectador y acicate para la profesión dramatúrgica y actoral valencianas, tan vapuleadas por la consabida crisis, un sangrante IVA del 21% y el cierre del canal autonómico.

A partir de esta noche, 15 de enero, se instala en el barrio de Ruzafa la experiencia del microteatro, explorada en los últimos años con éxito en Madrid. El número 59 de la calle Cádiz acoge cuatro salas donde los espectadores podrán elegir entre un menú de 12 piezas de formato breve (ocho en esta primera ocasión, porque hasta febrero no se incorporarán las sesiones matinales para público familiar). El orden, el número de espectáculos y la hora a la que se consuman, es cosa de cada cual.

"Se trata más de una inmersión que de una obra de teatro, pues al ser montajes de corta duración resultan muy directos. La sensación es más de estar en una representación que de verla, porque tienes a los actores en primer plano, les escuchas parpadear. En último término, es una mezcla de teatro y cine, pues el público elige a cuál de los personajes quiere prestar atención", detalla el artífice de la iniciativa en Madrid, Miguel Alcantud.

El dramaturgo y guionista de cine, valenciano de adopción, se prendó hace cuatro años de un prostíbulo abandonado en la calle Ballesta de la capital española y decidió tantear un nuevo formato en sus 10 habitaciones. La palabra microteatro ni siquiera se había acuñado.

El experimento ha sido un éxito entre la audiencia y el oficio. Y si bien un 70% de los implicados son actores y dramaturgos desconocidos, también ha atraído a profesionales de renombre, caso de, por ejemplo, los intérpretes Eloy Azorín y Nancho Novo, los directores Juanma Bajo Ulloa y Daniel Sánchez Arévalo, y la escritora Elvira Lindo.

"La propuesta reafirma a todos, a los que empiezan porque tienen un espejo, y a los veteranos, porque recuerdan de donde vienen. Trabajar en este tiempo y a esta distancia es todo un reto", considera Alcantud.

No obstante, la idea no se limita al reciclaje de los profesionales consagrados o a tabla de salvación de los que empiezan, el microteatro pretende ser un semillero de nuevos talentos y un espacio de encuentro que fomente las sinergias. Así, en Madrid, varias de las obras se han desarrollado en formato largo, La rendición, de Sigfrid Monleón, sin ir más lejos, estrenada en Edimburgo, Buenos Aires y, próximamente en el off Broadway, o el largometraje Esto no es una cita, de Guillermo Fernández Groizard, premio del público en el Festival de Málaga.

Microteatro ha visitado Pamplona y Burgos, participó en el Festival de Almagro con una deconstrucción del formato clásico, y tras un acuerdo con el Ayuntamiento de Segovia, frecuenta habitualmente las antiguas celdas de la cárcel con media docena de obras. A finales de enero inauguran sede en Málaga, que se sumará a los centros de México D.F. y Valencia en una red que pronto se ampliará a Buenos Aires y Veracruz, también en México.

DINERO, FUTURO E INFIERNO

En opinión del impulsor del proyecto, "es el momento idóneo para inaugurar un espacio dedicado al microteatro en Valencia, porque la ubicación es inmejorable, los socios son muy se hallan muy entusiasmados y entre los espectadores hay mucha hambre".

A la treintena de impulsores del espacio escénico Microteatre en Ruzafa les une "la pasión por las artes escénicas" y el objetivo "de dotar a Valencia de un nuevo espacio de exhibición ante el actual desmantelamiento del sector teatral y audiovisual", han subrayado en su presentación a los medios.

Durante este mes de enero, los espectadores podrán elegir entre ocho obras que versarán en torno al dinero. En febrero tomarán el relevo 12 piezas inspiradas en el futuro, y en marzo, en coincidencia con las flamígeras Fallas, se volcarán en el infierno.

Aunque cada ciudad de la red de microteatro tiene libertad en la elección de temas, la idea es que en ocasiones coincidan para así poder girar los textos. No tanto las obras, por el alto coste de trasladar a un elenco entero. "Nuestra intención es que el 80% de la oferta sea de profesionales valencianos, y dedicar una cuota del 10 al 20 para piezas de Madrid y Málaga, de modo que se pueda generar un microcircuito", concreta la directora artística, Paula Esquembre, quien, a este respecto, destaca en la programación de este mes, la "agridulce" comedia de Luis Sánchez-Polack, Walter Ego, estrenada en Madrid.

Las compañías cuentan con una libertad absoluta en el punto de vista de sus propuestas, tanto es así, que la mitad de ellas se reservan para el horario nocturno, comprendidas en la llamada sesión golfa. Entre los planes de futuro, amén de conferencias, exposiciones y presentaciones literarias, se halla la inclusión de microteatro para bebés, microdanza, microcabaret, microdebut (para los estudiantes o recién licenciados en arte dramático), e incluso micromusical, que en Madrid, a través de un acuerdo con la productora Stage, responsable de montajes de la proyección de Los Miserables, El Rey León y My Fair Lady, ha tenido una excelente acogida.

AVISO A TODOS LOS AUTORES 

Cada convocatoria de programación se convoca con dos meses de antelación. Vicente Marco ha sido seleccionado en enero con la pieza Una bala para Morindan, enmarcada en el género negro y ambientada en los años 20. "En mis textos siempre influye lo que sucede alrededor, más todavía si es tan criticable como nuestro presente, pero nunca utilizo el drama para criticar, sino la sátira o el humor, porque son mejor estilete".

El escritor y dramaturgo, Premio Nacional de Teatro Castelló a Escena y Accésit del Premio Lope de Vega, advierte a los autores interesados en preparar piezas en este formato, de los condicionantes que han de tener en mente: "Han de ser pequeñas historias que capten la atención del público, no puede tratarse de cualquier sketch, sino que deben constar de inicio, nudo y desenlace".

Carlos Luna comparte la idea de su colega de profesión y la amplía: "Cuando planteas un montaje de pequeño formato, la primera premisa es que entre la obra y el público no va a haber patio de butacas, de modo que los espectadores van a estar muy cerca. Por otro lado, si aspiras a que determinado mensaje o lenguaje escénico llegue al público, todo tiene que ser muy explosivo, porque cuentas con poco tiempo para que la gente entre en el juego dramático".

El dramaturgo y actor, fundador de Colectivo Piel junto a Clara Carbonell, no está programado en Microteatre, sino en Miniteatro, una iniciativa similar que se desarrolla en el edificio Rialto.

Antes de acomodarse en un pequeño descansillo de la antigua Sala Quatre del emblemático inmueble, su pieza multidisciplinar Carrusel de los niños perdidos se representó en la primera edición del festival Cabanyal Íntim, en concreto, en el salón del comedor de una casa antigua del barrio marinero; más adelante, lo hizo en la bodega de una casa centenaria de Matarraña, en Teruel; y en su versión ampliada, estuvo programada en Carme Teatre.

"Los montajes han de acometerse con cierta sencillez, que no simplicidad, para poder adaptarlos a distintas medidas de tiempo y espacio", aconseja Luna.

ACTORES EN POS DEL AUTOEMPLEO

Carrusel de los niños perdidos forma parte de la selección de capsulas escénicas programadas los fines de semana de enero en el edificio Rialto dentro de la temporada de Miniteatro. La oferta es una iniciativa de las actrices Cristina García y María Minaya y de la gestora cultural Inma Expósito. "Nace de la necesidad. El cierre de teatros, la subida del IVA y la reducción de los presupuestos municipales han dejado un panorama desolador a los actores", lamenta Minaya.

Ni cortas ni perezosas, el trío femenino puso en marcha un proyecto para dar empleo a los intérpretes, que tienen que encargarse de seleccionar un texto y montarlo en el espacio asignado en el inmueble. De hecho, tras Miniteatro no hay un fin económico, sus responsables no cobran por organizar el combo de actuaciones, por seleccionar las obras y promocionarlas. Los tres euros que pagan por obra los espectadores sirven para cubrir gastos.

Sábados y domingos, el público está invitado "a recorrer los espacios más recónditos e inusuales" del enclave. Las oficinas del séptimo piso, la cafetería de la planta baja o el rellano de las escaleras han sido algunos de los espacios a los que se han adaptado las piezas.

"Convivimos con la Filmoteca y con el teatro, así que lo más difícil es evitar el flujo de trabajadores y espectadores para evitar que pasen por donde hay una obra en marcha", cuenta Minaya.

La taquilla se encuentra en la entrada de la calle Moratín y, desde allí, se acompaña a los espectadores a la pieza que quieran ver. Las cápsulas se repiten cuatro o cinco veces durante las tres horas que duran las jornadas, sábados, de 19 a 22, y domingos, de 18 a 21.

El proyecto está programado una temporada completa, de noviembre de 2013 a mayo de 2014, en el Edificio Rialto, auspiciado, que no patrocinado, por CulturArts a partir de un convenio por el que se les cede el espacio y se les ayuda a nivel técnico.

Como las obras de microteatro, su duración está acotada a 15 minutos, pero, en este caso, el tema es libre. Las organizadoras son las que se encargan de realizar una selección lo más ecléctica posible.

La llamada ha implicado a profesionales diversos, desde gente nueva que empieza hasta profesionales de largo recorrido, como Diego Braguinsky y Josep Manel Casany, que este mes representan Nit tancada.

Miniteatro funciona desde 2012. En su primera edición estuvo instalada en La Rambleta. Precisamente, desde el departamento de Comunicación de este espacio cultural han anunciado su intención de incorporar microteatro a su oferta off. Los responsables de programación ya han seleccionado varias propuestas de La casa de la portera, un espacio en Madrid que oferta experiencias inmersivas de teatro, cabaret, variedades, conciertos acústicos, instalaciones artísticas y exposiciones. Valencia tiene teatro breve, intenso y cercano para largo.

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