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LOS ROSTROS MÁS JÓVENES DE 'L'ALQUERIA BLANCA'

Iris Lezcano y Olga Alamán: un presente agitado dentro y fuera de la pequeña pantalla

EUGENIO VIÑAS. 10/01/2014 La carrera de estas dos jóvenes actrices se ha entrelazado varias veces durante sus primeros años como profesionales, en las que les hemos podido ver sobre todo en televisión con series como Sin tetas no hay paraíso, Amar en tiempos revueltos y l'Alqueria Blanca

VALENCIA. Iris Lezcano y Olga Alamán se conocen desde los 18 años, cuando empezaron a estudiarArte Dramático en la ESAD (Escuela Superior de Arte Dramático). El primer motivo por el cual Olga empezó a flirtear con la vertiente del oficio a nivel profesional fue Negocis de familia, una serie diaria que rompió con una sequía de ficción que duraba casi un lustro en RTVV. Le seguirían l'Alqueria BlancaAmar es para siempre (la continuación de Amar en tiempos revueltos en su paso de La1 de TVE a Antena 3) y Gran Hotel, entre otros trabajos para la pequeña pantalla. En pocos años, siguió evolucionando su trabajo en el teatro con obras entre las que destacan Summertime o Faraday, con Norberto Ramos, y a su vez prestándose a las producciones de cortometrajes tan notables como el ahora premiado 2A. 

Por su parte, Iris afrontaría su primer gran reto profesional poco después de que Olga abandonara Negocis. Fue con Sin tetas no hay paraiso, un auténtico fogonazo en su carrera profesional: "Lo viví como un golpe de suerte muy grande que, desgraciadamente, no me pilló suficientemente preparada. Aun así, aprendí mucho, sobre todo con la segunda temporada". Una etapa que se enlazó con l'Alqueria Blanca, en la que Iris (Anitín) ha tenido mucho más recorrido y en la que se reencontró con Olga (Pilar) en mitad del camino.

Enmarañadas en una formación constante, aprovechamos la inflexión navideña para reunirlas en Valencia. Aun así, pese a que la serie fue cancelada como el resto de la programación con el cierre de RTVV, bastan unos pocos minutos en la calle para que alguien interpele a una de ellas: "Tú eres famosa, ¿verdad?, de la tele". Ellas no pierden la paciencia, pese al mal trago que les ha tocado vivir con la cancelación y atienden en sus contados momentos públicos cerca de sus casas.

EL DURO GOLPE DE L'ALQUERIA

Olga reconoce que la serie estaba "amada por cada uno de sus miembros. Desde el primero al último, y esto daba como resultado un producto muy querido para el espectador". Iris recuerda: "Durante el rodaje este verano la gente me decía, ¿cómo puedes estar sonriendo a las 6 de la mañana? -hora de llegada al set-... éramos muy conscientes de lo afortunadas que éramos por poder trabajar cerca de casa y sí, fue un palo muy grande ver como toda esa ilusión se cerraba de golpe".

Aunque no muchos de los seguidores de la serie lo saben, el fatídico día en el que el Gobierno valenciano decidió cerrar RTVV -el 5 de noviembre de 2013-, los actores y miembros de la producción de l'Alqueria Blanca se dirigían al Teatro Principal donde se iba a estrenar el primer capítulo, alfombra roja incluida. "Había gente a la que teníamos que haber atendido aquel día, debíamos haber ido", apunta Olga, aunque el equipo se fue al completo a manifestarse contra la decisión junto a otros ciudadanos a la puerta del Palau de la Generalitat.

El contrato contemplaba la filmación de treinta capítulos y "nadie de la producción esperaba el cierre". Quizá el impacto fue mayor porque, como todos los actores comentaban desde el pasado verano, el ambiente era "especial, mágico", confirman ellas. La responsabilidad de esa familiariadad, a la que se refiere Olga, "es culpa de gente como Manu Baix" -director-.  

Entre la primera etapa de l'Alqueria y el frustrado reencuentro, Olga se 'sacó' "la carrera de Comunicación Audiovisual en el tren", mientras Iris hacía las maletas y tras diferentes experiencias en el teatro se embarcaba a Londres. Una decisión que pocos meses después retoma, esta vez a la fueza tras el cierre de RTVV: "No me importa deshacer el camino, porque creo que es una opción muy válida. Veo salidas en Londres, donde en poco más de un año ya he trabajado en publicidad y en un capítulo para una serie. De momento, me veo allí, reforzando mi conocimiento del inglés". Y, donde, además Iris nos adelanta que cuenta con un manager "muy activo". Algo que no le impide seguir formándose, como con el curso con Shakespeare como eje central que realizó durante su primer periplo en Reino Unido.

LA FORMACIÓN CONSTANTE

La idea de una formación constante es algo que ha acompañado a ambas, reconocidas como "muy buenas estudiantes" por parte de sus círculos cercanos. Olga reconoce que cuando inició su formación "pensé en esta carrera de una forma más inconsciente. Pensé en hacer psicología o periodismo, pero era el momento de hacerlo y la única posibilidad era la oficial. Una vez dentro, Negocis de familia apareció en un momento que determinó que esto era lo que quería hacer. Aprendí muchísimo y sé que no estaba preparada; lo pasé mal. pero de alguna forma ya no había marcha atrás". 

Olga, que prepara una maqueta junto a un músico de folk en Madrid, donde reside desde ahce años, sabe que acabará dirigendo. Reconoce que las series diarias le han asfixiado creativamente y asegura que el talento no lo es todo: "Sin formación te quedas estancada. En mi casa siempre me han inculcado la necesidad de hacer las cosas de una forma humanista". Algo que Olga liga, entre otras sensibilidades, a los años en los que veía cine independiente con sus padres.

Olga Alamán

Olga estudia en la escuela de Juan Carlos Coraza, hecho que nos da pie para preguntarle sobre ese pequeño gran lobby de la formación y las ‘salidas profesionales' para el gremio: "A mí me funciona y sé que estoy aprendiendo mucho, pero no creo que la gente no deba ser ortodoxa a la hora de escoger su formación. A mí me inspira porque dentro trabajo otro tipo de personajes, distintos a las experiencias que he tenido".

Las dos han pasado por la Esad, en la que vieron luces y sombras. Iris destaca a Jorge Picó y al concepto de disciplina dentro de la formación, mientras que Olga acusa "la falta de unidad en la cátedra. Indivudalmente, todos los profesores son grandes profesionales, pero, por ejemplo en comparación con Coraza, echo en falta la crítica constructiva entre las materias y el apoyo a las necesidades del alumno".

Iris destaca que no es la única que ha decidido buscarse un futuro lejos de España, dentro del gremio actoral de su generación. Las dos comentan la historia de algunos conocidos que ahora viven en países como Colombia o México. En el caso de la aldaiera, la realidad es que su formación comenzó cuando era muy pequeña, en la Escola Municipal de Teatre d'Aldaia. Allí conoció a Chema Palanca, un mentor que la ha acompañado hasta su época de profesional y quien, "lamentablemente" según Iris, dejó de ser el responsable de dicha escuela con el cambio de Gobierno local el pasado año 2011.

TODO POR LA VOCACIÓN

Para Olga la no remuneración no es una excusa a la hora de aceptar un papel: "Si me gusta la historia, si el equipo y el guión me motivan, estoy totalmente receptiva a estas propuestas". Algo que le ha llevado a conseguir nominaciones como actriz en el premiado cortometraje antes citado, pero con  la que ha desarrollado proyectos como Lo sé o Sequence, un clip de tres minutos coordinado para un proyecto de Montxo Armendáriz: "Es increíble como en algo así puedo aprender mucho más que en varios capítulos de una serie diaria".

Tanto Olga como Iris destacan la incapacidad casi de hilvanar una vida normal durante la grabación de una serie diara. "Con una serie semanal puedes hacer vida, pero a la gente que conocemos y con la que hemos trabajado en series diarias, son máquinas. A las 5 de la mañana estás en pie y a las 6 de la tarde vuelves a casa para seguir estudiando lo que vas a interpretar al día siguiente", comenta Olga. Ella, durante algún tiempo, reconoce que tuvo que contratar los servicios de un coach para sobrevivir a la acumulación de trabajo. 

Pero la profesión requiere dedicación y, ahora, un nuevo esfuerzo personal: las dos manejan sus propias redes sociales, sus blogs y mantienen una comunicación más o menos activa. El mundo de la interpretación, de vez en cuando, les deja bajo los focos, vestidas de largo y con presentaciones. Algo que combinan con meses de trabajo intenso y remuneración, y meses de formación y reorganización de sus ingresos: "Claro que es desconcertante a veces verte en una alfombra roja. Hace poco tiempo fui portada de una revista y 24 horas más tarde estaba en Londres trabajando de camarera. No me corto en decirlo.

"Están a tiempo de dejárselo", dice Iris entre risas. "Es muy bonito, merece la pena y es muy duro porque es una vida muy inestable", apunta. "Yo sobrevivo de una administración férrea, pero lo que han de tener claro que hacerte famoso no toca lo vocacional, no vas a aguantar. Desgasta muchísimo", aporta Olga.

Iris Lezcano

Los blogs de los que hablábamos les sirven también para que sus seguidores sepan que "ser actor no es lo que muchos piensan. Es una carrera de fondo y, a veces, hacemos otras cosas fuera de la profesión". Olga cree que "el mundo glamour no es ni el 5% de nuestro trabajo. Es obvio que tenemos que hacerlo fácil y esa es la magia, que hagamos fácil algo difícil".

LAS INQUIETUDES DE IRIS Y OLGA

Reunirlas en Valencia para una entrevista no es tarea sencilla, pero las excusas navideñas han facilitado la cita en la que ambas hablan de sus últimas obsesiones como espectadoras: Iris reconoce que está repasando la filmografía de Woody Allen, "encontrando los guiños que hace al cine clásico por ejemplo", y en el cine nacional destaca Los últimos días (Álex y David Pastor, 2013).

A Olga le ha impactado en las últimas semanas La gran belleza  de Paolo Sorrentino ("me pareció maravillosa"). La valenciana, afincada en Madrid desde hace años, reconoce "la suerte de ver en la Cineteca algunas películas que no se llegan a estrenar en España", además de destacar Ilusión (Daniel Castro, 2013), Los ilusos (Jonas Trueba, 2013) o Mapa (Elías León Siminiani, 2012). Citan algunas series.

Sin embargo, ambas se posicionan claramente en una posición abiertamente crítica con la política cultural. Iris piensa que para los Gobiernos actuales "la cultura se ha convertido en un lujo". "Me parece una pena, porque debería ser especialmente accesible". Una idea en la que Olga profundiza: "es un interés velado por parte de las autoridades, que gente no se entere de lo que sucede en el mundo, así que parece que les viene muy bien. La Cultura es Educación. Si recortas en Cultura por invertir en Educación, es una contradicción: es una parta más que importante de la educación de las personas".

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