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VALENCIA. El inminente 2014 se prevé un año intenso en cuanto a proyectos en el sector audiovisual, al margen de la ya extinta cadena pública valenciana. Las principales productoras y directores valencianos siguen trabajando en iniciativas que crecerán al margen de los centros de producción de Burjassot, convertidos ahora en una ballena varada.

Son varias las películas que están pendientes de estreno, como el film de Gabi Ochoa El amor no es lo que era. La comedia romántica, que tomó parte en el festival de Málaga, no tiene aún día para iniciar su carrera comercial. Ochoa cree que será en primavera, que es la fecha habitual para las producciones españolas. Como otros muchos cineastas, actores y técnicos valencianos, el que fuera director del programa de cine Ficcionari en Canal 9, vive ahora entre Madrid y Valencia. En la capital está preparando un proyecto para una productora nacional que se emitirá por una cadena de ámbito estatal.

En una situación similar se encuentra Pau Martínez, uno de los principales directores de la serie L'Alqueria Blanca. Martínez tiene pendiente de estreno Reset, una experiencia en la que ha contado con la colaboración de las productoras Nakamura Films y Coop&Films. Al mismo tiempo prepara un biopic con el productor Sergio Castellote y el guionista Carlos Ibáñez basado en un hecho real.

Esta semana pasada la productora Nadie Es Perfecto anunciaba su alianza con uno de los tótems del cine español, Álex de la Iglesia, para rodar la película Musaraña protagonizada por Macarena Gómez. Al frente de Nadie Es Perfecto se encuentra Kiko Martínez, vicepresidente de la asociación de productores valencianos. Para Martínez Musaraña tiene un gran valor porque se ha puesto en marcha sin ayudas ni subvenciones, ni de la Generalitat ni de Madrid.

Martínez tiene también pendiente de estreno su última producción, el largometraje de David Marqués Dioses y perros que protagoniza Hugo Silva. "El audiovisual valenciano no se piensa quedar de brazos esperando a que reabran RTVV", dice.

PELÍCULA BASADA EN 'L'ALQUERIA BLANCA'

La productora Trivisión también sigue trabajando. La empresa ha decidido no rendirse y continúa con sus proyectos cinematográficos entre los que se encuentra una película de dibujos animados y un largometraje basado en L'Alqueria Blanca.

"Será una película ambientada en los años anteriores a la serie, antes de que se construyera  la alquería del título", explicaba este lunes Ximo Pérez. En la productora son conscientes de que se tratará de un filme con un gran éxito entre el público valenciano pero difícimente exportable. Con todo, es una propuesta que afrontan con ilusión porque creen que se lo deben a la audiencia.

La iniciativa ya se presentó hace un par de años al Instituto Valenciano del Audiovisual, que le concedió una pequeña subvención. Entonces, ante la falta de financiación, en la productora optaron por no complicarse la vida, devolver la ayuda y centrarse en la serie. Ahora, dicen, es el momento de dar un paso adelante.

Con todo, estos ejemplos y otro más, son casi excepciones en un conjunto poco optimista. La actual coyuntura del sector es la menos idónea. La ausencia de un plan concreto por parte del Consell, que primero tiene que resolver el ERE de extinción de la cadena RTVV, así como los recortes en las ayudas, causan desazón entre los profesionales de la industria audiovisual.

EL AÑO DE LA RESISTENCIA

Son muchos los cineastas, técnicos y actores valencianos que preparan sus maletas para una diáspora que, de alguna manera, había venido ya produciéndose desde hace años. 2014, dice un guionista, "será el año de la resistencia; los que se queden tendrán que administrar la miseria y resistir". Los otros, abrirse camino. "Nos espera un curso bueno", ironiza.

La lista de exiliados ya era considerable. Creadores como Martín Román (guionista de La Bicicleta) se han marchado a México. Realizadores como Nacho Bonilla están instalados en París. Otros, como Guillermo Escalona (The other shoe) se encuentran en Los Ángeles. La mayoría, como Sigfrid Monleón o Alberto Morais, viven en Madrid o en Barcelona.

"Con el cierre de RTVV hemos vuelto atrás en el tiempo, a los años setenta y ochenta", explica un exalto cargo de la cadena pública. "Se producirán películas, pero serán con cuentagotas, casi casualidades, y finalmente la gente con talento se tendrá que ir de la Comunidad Valenciana; no se puede vivir del aire", añadía.

Este lunes Bonilla se reencontró en Valencia con sus amigos los también realizadores Óscar Corrons y Rubén Soler. El primero ha decidido volver de Bruselas y lleva unos días en España. El segundo ha estado a punto de instalarse en Madrid en dos ocasiones. Comieron en el centro. Bonilla les explicó que estaba a gusto en París a donde volverá el 29 de diciembre. "Allí te pagan por tu trabajo", decía.

No hay muchas opciones para evitar esta fuga masiva de talentos. Una de ellas pasa porque "CulturArts incremente las ayudas a la producción audiovisual", comentaba Pérez este lunes. No sería una solución, sería un parche, pero ayudaría a sobrellevar el tránsito al futuro por parte del sector, supondría una mínima estabilidad.

Esa fue en principio la promesa de la Generalitat aunque nadie cree que en el Palau de Manises haya mucho interés en fomentar un sector, el audiovisual, al que se le ha dado un golpe bajo con el cierre de RTVV. Un golpe fuerte, sí, pero no bastante como para noquear a la industria. Por ahora.