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VALENCIA. El enfrentamiento abierto entre la familia Ros Casares y su antigua socia Thyssen Krupp se consuma el próximo 20 de enero, cuando la junta general de accionistas de la sociedad conjunta Thyssen Ros Casares trate como punto único del orden del día el cese de sus consejeros y el nombramiento de unos administradores que permitan la gestión de la compañía.

Tras la dimisión el pasado 21 de noviembre de Wolfgang Born, Joachim Otto Jacob Limberg y Thilo Steffen Lutz, los tres representantes de la firma alemana en el consejo de la empresa, únicamente han quedado al frente de la empresa Francisco Juan y Germán Ros García, además del patriarca de la familia Francisco Ros Casares.

Con la recomposición del consejo prevista en esta junta se quiere recuperar la capacidad de la empresa de tomar sus propias decisiones, ya que el cese de los representantes de la parte alemana había dejado al órgano de gobierno sin el quorum suficiente para ejercer sus funciones.

DESBLOQUEAR LA EMPRESA

Legalmente, esta convocatoria se toma de conformidad con el artículo 171 del Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, del Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital (LSC) por el que cualquiera de los administradores que permanezcan en el ejercicio del cargo podrá convocar la junta general, como ha hecho la familia Ros Casares.

Este artículo está pensado para ser aplicado en caso de muerte o de cese del administrador único, al igual que si dejan su cargo la mayoría de los miembros del consejo de administración, sin que existan suplentes. A partir de aquí las alternativas que se le presentan a la empresa valenciana es comprar el otro 50% de la forma o encaminarla a la liquidación.

La intención de la firma valenciana no es echar la persiana, aunque está inmersa en un proceso de redimensionamiento que le va a llevar al cierre de sus instalaciones en Avilés, Padrón (La Coruña) y Zaragoza, además de redistribuir sus negocio en los centros de Valencia, Toledo y Vitoria.

GALMED: EL DETONANTE

El enfrentamiento entre Ros casares y Thyssen Krupp se inició al principios del pasado año, cuando al compañía alemana anunció el cierre de su factoría Galmed, en Sagunto. Esta fábrica era la proveedora de materia prima para Thyssen Ros Casares, por lo que la decisión de los alemanes ha significado un corte en el suministro.

Los Ros demanda una indemnización por 25 millones de euros para poder compensar el daño causado, pero la respuesta de Thyssen ha sido la retirada de sus representante en la empresa. A pesar de que se ha planteado recurrir al arbitraje, los tiempos que requiere la medida obliga a otras alternativas.

Precisamente, la actividad que desarrolla Thyssen Ros Casares es uno de los cabos a los que se coge el plan estratégico de la empresa valenciana para superar la delicada situación actual, fruto del hundimiento de la demanda de metal por efecto del desplome de la construcción y la caída del consumo de automóviles.

UNA HISTORIA DE 14 AÑOS DE EMPRESA

Thyssen Ros Casares se constituyó en El Puig el año 1990, fruto de un acuerdo de Riesgos compartidos entre la empresa española Francisco Ros Casares, S.A. y la alemana Thyssen Handelsunion AG. Sin embargo, no sería hasta 1995 cuando adquiriera la estructura actual, al absorber Servicios Siderúrgicos de Corte y Aplanado S.A. (Sersider), situada en Puerto de Sagunto y perteneciente a Francisco Ros Casares S.A.

Técnicamente, la firma se dedica al corte longitudinal transversal de bobinas de acero para la conformación con o sin recubrimiento en todas sus gamas de acabado, orientado en buena parte al negocio de la automoción. Además de en Valencia, la empresa disponía de oficinas comerciales en Sabadell (Cataluña) y en Madrid.