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VALENCIA. Hasta hace unos años había consenso en la museística valenciana sobre la importancia de Ignacio Pinazo (Valencia, 1849- Godella, 1916). Sus cuadros habían vuelto a exhibirse con normalidad. Su obra fue puesta en valor desde el IVAM, primero por Kosme de Barañano y más tarde por Consuelo Císcar. En el Museo de Bellas Artes de Valencia, aunque Fernando Benito no mostraba mucho interés por el pintor de Godella, ni por ninguno del XIX, respetó su espacio junto a Sorolla o Degraín.
La llegada de Paz Olmos al San Pío V ha cambiado la situación por completo. Una vez concluyó el pasado 27 de enero la exposición de Pinazo que se celebró al alimón con el IVAM, Olmos mandó dormir a los sótanos algunos de los cuadros más interesantes de Pinazo. No existe ninguna explicación a este criterio, al margen de la indiferencia hacia el artista.
La decisión, insólita, ha llevado al ostracismo pinturas como el Retrato de los niños Amparo y Antonio Martorell de 1886, uno de los trabajos de la primera época más valorados por algunos críticos, ya que se trata de una pintura en la que investigó con el movimiento.
Otro óleo que permanece en los sótanos del museo es Niño desnudo en la cuna, de 1879, una pintura en la que ya se empiezan a vislumbrar algunos de los hallazgos pictóricos del artista y su capacidad para reflejar el movimiento, así como su ternura.
La situación no cambiará en los próximos meses y esas pinturas seguirán sin poder verse, ya que la inminente de ampliación del San Pío V obligarán a guardar en los almacenes cerca de doscientas pinturas y obras, según las estimaciones que manejan en la Conselleria.
ÉXITO EN AMÉRICA
La situación de los cuadros de Pinazo en Valencia contrasta con el éxito que están obteniendo sus exposiciones en América. Durante los meses de verano Pinazo fue uno de los protagonistas de las actividades culturales que se han celebrado en México, con motivo de los 200 años de la conclusión del Palacio de Minería de la Universidad Nacional Autónoma de México.
De él se exhibieron 66 obras que permitían observar el gusto por la naturaleza, el paisaje y la figura de este pintor valenciano. El comisariado estuvo a cargo de Elisa García Barragán, investigadora y Javier Pérez Rojas, director de la Cátedra Pinazo. Se emplearon obras del IVAM, de la Casa Museo Pinazo, del Museo Nacional de Cerámica y coleccionistas privados, que con estas muestras internacionales se revalorizan. Por contra, no se pudo ver ni un cuadro del San Pío V.
El próximo miércoles 4 de diciembre una nueva exposición en República Dominicana confirmará la fama ascendente del artista valenciano más allá del Atlántico. La nueva muestra está organizada por la Embajada de España, el IVAM y el Museo de Arte Moderno.
Comisariada por Javier Pérez Rojas, reúne un total de 61 obras divididas en 51 óleos y 10 dibujos pertenecientes a la colección del IVAM y a la Casa Museo Pinazo, que ilustran la evolución de quien en República Dominicana consideran como "uno de los artistas decisivos del período de transición entre el siglo XIX y el XX". Nuevamente, no habrá ningún cuadro del San Pío V.
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