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EXCEPCIÓN EN EL DERRUMBE

Enrique Ballester,
el superviviente del naufragio inmobiliario

A. MOHORTE. 25/11/2013 La compañía IGSA cierra operaciones y se embarca en nuevos proyectos, frente al desplome de sus antiguos competidores

VALENCIA. En el sector inmobiliario valenciano nadie puede echar cohetes, pero algunos aún pueden presumir de haberse mantenido a flote. Después de cinco años, buena parte de las principales figuras del negocio han tenido que liquidar sus empresas y escasos son los ejemplos que no se han visto abocados al concurso de acreedores.

Entre los que se mantienen destaca Enrique Ballester, presidente de Inmobiliaria Guadalmedina (IGSA), que no sólo continúa su actividad sino que se ha embarcado en proyectos de envergadura en el campo de los centros comerciales y sigue haciendo negocio. Una de las últimas operaciones ha sido la venta del terreno de la fabrica Vossloh de Albuixech a un inversor madrileño.

En este caso, Enrique Ballester había comprado en 2003 el suelo sobre el que se levantaba la fábrica de Alstom con el compromiso de mantenerles en alquiler por diez años, prorrogables otros cinco. Una vez Vossloh compró los activos de Alstom, Ballester recibió distintas ofertas de la empresa, pero, definitivamente, ha preferido a otro comprador.

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

De este modo, IGSA ha recibido una importante inyección de capital, a la espera de que otros de sus proyectos puedan dar un buen rendimiento cuando la economía general empiece a levantar cabeza en la Comunitat Valenciana y comiencen a registrarse los primeros síntomas.

Andrés Ballester

En un tiempo en el que las novedades del sector parecen un parte de bajas, a principios de 2013 IGSA concluía su centro comercial Parque Ademuz y unos meses más tarde sacaba al mercado un nuevo edificio de viviendas en la plaza de América por la esquina con la calle Navarro Reverter de Valencia.

Igualmente, ha reforzado su actividad en el sector hotelero con la propiedad del Sorolla Palace (****), Best Western Hotel Albufera (****), NH Center (****) y el Apartahotel Albufera (****). "En su caso, no todo son éxitos, pero hay que ver cómo está todo lo demás", advierten fuentes del negocio. 

A diferencia de su hermano Andrés Ballester, el presidente de IGSA no ha tenido un revés del calibre de Gemelos 28 en Benidorm, un complejo en primera línea de playa que el Tribunal Supremo ha obligado a demoler, pese a ocupar el lugar de un inmueble anterior, y que ha llevado a la firma de este otra hermano a declararse en concurso de acreedores, pese a haber mantenido una gestión similar tras el desplome del sector.

ANTES DE LA BURBUJA

En 2004, algunos de los principales promotores de la Comunitat Valenciana se reunieron a la llamada de la Asociación de Promotores y ofrecieron una de las pocas estampa de los líderes de un negocio que esos años hinchaba la burbuja que terminaría por estallar entre 2007 y 2008.

De los primeros espadas de antaño, la nómina de supervivientes es corta e incluye nombres como el de Salvador Vila, que continúa una actividad de perfil bajo, o Edival, en manos ahora de Teresa Puchades, que mantiene a la empresa alejada del abismo.

Desde Castellón, Lubasa continúa evitando el concurso de acreedores aplicando un intenso redimensionamiento y daciones en pago de sus principales activos, entre los que destacó el "emblemático" edificio de la Porta de la Mar de Valencia, sobre la estructura de los antiguos juzgados.

"Para nadie está siendo fácil, ni nada se puede dar por superado", como insisten fuentes del sector. Por el camino se mantienen en concurso el Grupo Juan Bautista Soler, Reyal Urbis o Onofre Miguel, por citar a los más conocidos de la instantánea de los buenos tiempos del ladrillo, mientras que otros han entrado en proceso de liquidación, como ha sido el caso de Llanera

Una historia particular es la de Urbem, en la que la familia Pastor ha podido mantener la empresa a flote hasta que su antigua socia Cleop (también concursada) instó a principios de octubre el concurso de la matriz de la inmobiliara de los Pastor, Regesta Regum, en el marco de sus disputas judiciales que ha llegado hasta el Tribunal Supremo.

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