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VALENCIA. El tercer volumen del catálogo razonado de Julio González (Barcelona, 1876 - París, 1942), que presentó este miércoles el IVAM, ha sacado a la luz un centenar de dibujos y pinturas inéditos, según explicó su autor, el crítico e historiador del arte Tomás Llorens. El libro, de más de ocho de kilos de peso en papel, da fe de más de 700 obras del artista catalán y con él se alcanzan ya la 2.143 obras catalogadas. Según avanzó Llorens, aún quedan "seis o siete años de trabajo" que permitirán llegar a las más de 4.000 obras catalogadas. El trabajo está siendo financiado por la Fundación Azcona, cuyo presidente, el popular periodista  y coleccionista de arte Ladislao Azcona, participó en la presentación en Valencia.

En este tercer tomo Llorens se ha centrado en los años veinte, época en la que González presentó sus primeras exposiciones individuales. Fue una década en la que el creador se buscaba a sí mismo y en las pinturas y esculturas seleccionadas se pueden apreciar los primeros indicios estilísticos que llevarían, con el tiempo, a que González se concentrara en la escultura de hierro.

El trabajo de Llorens ha sido titánico y ha indagado en archivos y bibliotecas, colecciones privadas y museísticas, intentando dar forma y orden al maremágnum de piezas dispersas. Por ejemplo, la mayoría de las obras están datadas a partir de conjeturas, ya que González no solía fecharlas.

DOS TIPOS DE OBRAS

Según explicó Llorens en la presentación, a la que asistió la artista valenciana Carmen Calvo y el exdirector del IVAM José Francisco Yvars, esta década se caracteriza por "muchos trabajos menores" en los que "tiene mucho que ver su oficio inicial de orfebrería" y que se dividen en dos tipos: unos dibujos destinados al mercado que le permiten tener ingresos, y obras de "búsqueda", según las definió, que son "mucho más áridas en apariencia"

Sobresale el centenar largo de piezas inéditas de este periodo, que hasta ahora permanecían en colecciones particulares y jamás habían sido expuestas o al menos no consta información al respecto. En su investigación Llorens sólo ha encontrado una docena de cuadros falsos, una cantidad muy pequeña que se explica por el hecho de que este periodo del artista español "interesa poco a los falsificadores" y es poco conocido.

El que fuera director del Museo Thyssen, del Reina Sofía y del IVAM, ha señalado que uno de los objetivos que se planteó con este volumen, que está a la venta por 250 euros, era "entender mejor" a Julio González ya que los conocimientos sobre él que circulan en el mundo del arte son "bastantes limitados, estaban desordenado y confusos" y "hacía falta una mayor profundización". Por ello, explicó que si el propósito de los primeros catálogos razonados de mediados del siglo XIX eran "establecer el número total de las obras" de los artistas que analizaban, que solían ser de siglos anteriores, para determinar su autenticidad, en los que se realizan actualmente se trata de "cimentar" la obra del artista para saber qué papel ha representado en su tiempo.