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Aquelarre de especuladores

Londres Plaza. VÍCTOR JIMÉNEZ. 14/03/2010


LONDRES. Antes de roer los bonos soberanos de Grecia ya desestabilizaron a bancos y cajas de ahorro. Valenciaplaza.com ha entrado en sus guaridas para observar la reacción (en la imagen, cena anual de la Sociedad de Mujeres Gestoras y Clientes de Hedge Funds, en el edificio de las antiguas cortes de justicia de Londres)

Ahora la han emprendido con toda la eurozona. Los fondos de capital riesgo (o hedge funds) son a los mercados financieros lo que las hienas a la sabana: se nutren de las bestias heridas. Pero los inversores descontentos empienzan a plantarles cara.

Sin saberlo, unos 15 millones de turistas que visitan anualmente Londres guardan entre sus memorias fotográficas la causa por la que Reuters ha celebrado aquí, esta semana, la cumbre de Fondos de Capital Riesgo 2010: en la esquina Este de la plaza Trafalgar, se alza la fachada anónima de GlobeOp, la mayor firma administradora de hedge funds de Europa.

Fue en julio de 2008 cuando los despachos de la calle Pintor Sorolla, en Valencia, comenzaron a alborotarse al contemplar el vuelco en los índices. El coste de asegurar diez millones de dólares de crédito de Bancaja, en las Bolsas, superó los 200.000 dólares en menos de una semana. La confianza de los inversores en la hoja de balance de la entidad valenciana parecía evaporarse a la velocidad del pánico, arrastrada por los valores hipotecarios de baja calidad.

Sin embargo, informes de bancos internacionales como Lehman Brothers revelarían que detrás de la volatilidad que afectó entonces a la banca española, se encontraban también varios fondos de capital riesgo con sede en Londres. Estos días la historia se repite por todo el Mediterráneo occidental.

David Carruthers, analista de datos en Data Explorers, lo explica: "Hay un grupo de sociedades inversoras, probablemente hedge funds que han comprado CDS (los credit default swaps sirven de seguro contra impago) de bonos soberanos griegos cuando circulaban a buen precio para venderlos en masa después. Así, en los mercados de Bolsa, da la impresión de que el gobierno de Grecia no podrá hacer frente a su deuda". La consecuencia es el encarecimiento del crédito para el país víctima.

Y el peligro se ha extendido a nuestras costas una vez más. Fuentes de Noster Capital han indicado a Bloomberg que "fondos de capital riesgo están apostando a la baja contra los CDS griegos y comprando CDS españoles, jugando a la convergencia".

LA TRAGEDIA GRIEGA, ¿SE ESCRIBE EN INGLÉS?

El drama, pues, ya no es únicamente helénico ni mediterráneo sino que afecta a toda la Unión Monetaria Europea: según Société Générale, la posición de los hedge funds a la baja contra el euro muestra un volumen neto equivalente a 7.100 millones de euros, la mayor observada hasta hoy.

Así que el juego, al menos en parte, está en las manos de algunos clientes de la londinense GlobeOp. El 85% de los hedge funds europeos tienen sus sedes en los antiguos barrios aristocráticos de la ciudad del Támesis, en las hileras de escaloncitos de piedra blanca de St. James' Park y Mayfair.

Todavía hoy manejan 77.970 millones de euros para maniobrar en los parqués y pagan centenares de millones en impuestos a la Hacienda británica. No es estraño, pues, que las autoridades financieras británicas ─FSA son sus siglas en inglés─ se hayan precipitado a asegurar que "ningún fondo de capital riesgo ha generado devaluaciones significantivas como para desequilibrar el sistema financiero".

LOS INVERSORES QUIEREN SU DINERO

Pero para ese viaje no hacía falta esta investigación. Ningún hedge fund cuenta por sí mismo con dinero suficiente para socavar el mercado global: el problema explota cuando son varios los que actúan al unísono. De acuerdo con Hedge Fund Research, HFR, el sector en su conjunto maneja activos en Nueva York y Londres que suman cerca de un billón de euros.

¿Cómo impedir que la especulación legal alcance niveles destructivos? Si los reguladores europeos no se entienden entre ellos ─todavía discuten sobre la próxima directiva de la Unión Europea AIFM de inversiones alternativas─, quizá sean los propios inversores quienes pisen el freno.

VP ha preguntado a algunos de los hedge funds más influyentes del sector y es cierto: varios gestores de fondos de capital riesgo mantienen restringido el acceso de los clientes a sus propios fondos. Sogol Samadi, de la hedge fund Noster Capital, ha confirmado* a VP que la práctica de impedir la devolución de fondos a los inversores es una realidad y que ahora se teme la intervención gobernamental y el castigo indiscriminado contra el sector.

Ron Tannenboum, uno de los directores de GlobeOp (premio Mejor Administradora de hedge funds en 2009) ha reconocido que los fondos de Capital Riesgo "existentes y nuevos, necesitan mejores herramientas para determinar si sus posiciones en los mercados cumplen los requisitos legales" y analizar convenientemente "el riesgo a que se somenten". GlobeOp se ha asociado en febrero con Linedata Services precisamente para mejorar su asesoramiento a los fondos.

Pero en una conversación privada, el jefe de inversiones alternativas en la compañía que se encarga de la compraventa de participaciones en hedge fund, ha comentado que "el número de inversores que quieren abandonar sus posiciones en fondos de capital riesgo ha crecido de forma exponencial desde 2008. Se trata de un nuevo mercado, con un volumen que posiblemente se acerca ya a los centenares de millones de libras".

En su opinión, "no hay nada efectivo que los gobiernos hayan hecho para cambiar el comportamiento de los gestores de hedge funds", si bien añade: "por supuesto que es muy fácil culpar a estos fondos de la caída de bancos y empresas: son mínimamente regulados y tienen sus centros de operaciones en paraísos fiscales, pero hay que recordar que son los mejores agentes en Bolsa para descubrir valoraciones hinchadas y acciones débiles."

Los mejores, y los más implacables. Incluso con sus propios clientes. HFR señala que cerca de 57.700 millones de euros fueron congelados tras el desplome de las bolsas en 2008. Dos años después, los inversores no han podido recuperar su dinero.

Si lo hicieran, el apetito de los gestores por el riesgo y la capacidad de dañar valores en los mercados menguaría considerablemente. Y por lo menos, darían un respiro a la recuperación económica.

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