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VALENCIA (VP). El vicepresidente del Consell José Císcar ha declarado en el Canal 24 horas de RTVV que el cierre del ente se hará "lo más rápido posible para evitar un final más traumático para los trabajadores".
Císcar ha añadido, con respecto a los contratos recién adjudicados para la externalización de RTVV, que "este escenario estaba previsto en el contrato programa". Aun así, ha asegurado que la decisión ha sido "muy difícil y necesaria" y que se tomarán todas las decisiones pertinentes para llevarla a cabo.
Minutos más tarde, Císcar ha sido entrevistado en La Brújula de Onda Cero. En este caso ha asegurado que han intentado "garantizar la continuidad de RTVV" y ha señalado, directamente, a Rosa Vidal como actual responsable de la situación.
Císcar ha asegurado no tener cifras sobre el coste de la extinción del ente, pero ha insistido que no hay marcha atrás en "la decisión más difícil que ha tomado el actual Consell".
Este hombre, el Sr. Císcar, con todo respeto, parece haber perdido el juico que se debe reclamar a todo político. Semeja su comportamiento al del niño maleducado que, viendo contrariados sus descabellados deseos (en esto caso tirar a la calle a más de 1000 trabajadores sin respetar sus derechos ni entender cuáles son sus propias obligaciones), deja al resto del grupo de amiguitos sin balón (en este campo, sin campo donde jugar). ¡Que se jodan!, parece transmitir la expresión de su rostro cuando anuncia con labio fino y apretado el cierre de RTVV. Como si el kiosko del audiovisual valenciano fuera suyo. Ahora subo la persiana, ahora bajo la persiana, parece creer el vicepresidente de apretada carpeta contra el pecho. La precipitada decisión anunciada por la cúpula del Consell respecto a la nulidad del ERE de RTVV nos da la medida de la bajeza moral y de la escasa preparación de los responsables que supuestamente conducen el asunto público valenciano. ¿En manos de quien estamos? ¡Que les quiten el volante de las manos que nos vamos a matar!
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