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VALENCIA. El proceso de reestructuración bancaria en la Comunitat Valenciana continúa su curso y ya está aflorando algún aspecto positivo como es el del aumento de los depósitos. Sin embargo, también se percibe que los créditos no terminan de llegar a la economía real (pymes y particulares), mientras que el número de oficinas bancarias sigue a la baja.

Así lo advierten los datos que maneja el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) correspondientes al cierre del primer semestre del presente ejercicio a los que ha tenido acceso este diaro.

Las entidades de depósitos ubicadas en la Comunitat (bancos, cajas y cooperativas) presentaron una tasa positiva anualizada de depósitos -sumando el sector público y el privado- del 2,77% hasta junio.

EN MÁXIMOS DE 2008

Se trata de la mayor desde el 2,86% del cierre de 2008 y, además, del primer dato positivo al cierre de un ejercicio desde ese año, dado que en 2009 cayó un 2,12%, un 1,98% en 2010, un 0,43% en 2011 y un 3,52% en 2012, siempre según las mismas fuentes consultadas por Valencia Plaza.

Para Manuel Illueca, profesor de Finanzas y Contabilidad en la Universitat Jaume I e investigador del IVIE, se trata de "una buena señal ver que los depósitos crecen y es el reflejo de la aparente calma que viven los mercados financieros tras las tensiones vividas en la primavera de 2012".

Asimismo tiene claro que uno de los principales valedores de esta calma es Mario Draghi, presidente del BCE, "cuyo mensaje ha calado y su credibilidad no se ha visto mermada por episodios controvertidos como la gestión de la crisis en Chipre".

INFERIOR A LA MEDIA ESPAÑOLA

También para Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universitat de Valencia, investigador del IVIE y colaborador del CUNEF, es un buen dato pero recuerda que el aumento de los depósitos de las entidades bancarias establecidas en la Comunitat Valenciana (+2,77%) ha sido prácticamente dos puntos porcentuales inferior a la media española (4,72%).

Bastante peor es la evolución del crédito, dado que según los números que maneja el IVF arrojó una caída del 13,14% en tasa anualizada a 30 de junio pasado, la mayor de la serie que recoge el brazo ejecutor de la política financiera del Consell y que se remonta hasta 2002. Un ratio prácticamente idéntico al del conjunto nacional (-13,17%), según los mismos datos.

"El crédito al sector privado residente lleva en caída libre muchos trimestres", apunta Maudos, "y se ha llegado a esa máxima tasa negativa, síntoma de que hay falta de demanda solvente pero también restricciones de oferta".

PROGRESIVO DESAPALANCAMIENTO

Para Illueca continúa siendo preocupante la caída del crédito debido en gran parte a la debilidad de la demanda de crédito solvente, pero "también -y es imposible negarlo- al progresivo desapalancamiento de la banca intervenida, en pleno proceso de reestructuración y con la necesidad imperiosa de reducir su cartera crediticia".

Mientras tanto sigue el proceso de desbancarización en la Comunitat Valenciana, que al cierre del paso 30 de junio alcanzó unas cotas inimaginables hasta hace unos pocos años.

EN MÍNIMOS DE OFICINAS

Así, el número de oficinas bancarias en las tres provincias valencianas se redujo hasta las 3.768 oficinas, mínimo desde el año 2002 de la serie que recoge el IVF.

Tal y como apuntan los dos profesores se trata de un caso especial, puesto que se ha vivido un auténtico desmoronamiento de la 'City' valenciana plasmado en la desaparición de Bancaja, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y Ruralcaja. Por no hablar de la absorción del Banco de Valencia.

RACIONALIZACIÓN Y DESATENCIÓN

"En el caso de Bancaja, integrada en Bankia, el Memorandum de Entendimiento (MoU) le impone un drástico recorte de red y empleo; mientras que en casos como el de la CAM y Ruralcaja es lógico que las entidades que las han comprado racionalicen costes evitando duplicidad de redes", señala Maudos.

Por su parte, Illueca advierte de la posibilidad de que amplias zonas de la Comunitat Valenciana queden fuera del ámbito de actuación efectivo de los bancos, generando un proceso de exclusión susceptible de afectar a persosas de edad avanzada residentes en el medio rural. "La Administración no puede desatender ese problema y la Generalitat debería trabajar codo con codo con las entidades financieras, con el fin de identificar las áreas más afectadas y dar una respuesta a la altura de las circunstancias".