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 ... mientras el resto que esté a menos de 600 metros o a 8 minutos andando cierra la caja a las once de la mañana

VALENCIA. Cualquier cliente de Bankia que tenga que realizar operaciones de cobros y pagos por ventanilla en la ciudad de Valencia a partir de las once de la mañana tiene que asegurarse de dos aspectos para no llevarse una sorpresa.

Bien que su sucursal esté a menos de 600 metros o bien que se encuentre a 8 minutos de las oficinas ubicadas en la plaza de San Agustín, Mercado de Ruzafa, El Bachiller y Eduardo Marquina (Avenida del Cid), cuya estética exterior es similar al resto pero no así su aspecto funcional interno.

Son las llamadas 'Oficinas Ágiles' que la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri ha implantado este verano en la capital valenciana, tal y como lo ha hecho en el resto del territorio español. De momento, según fuentes conocedoras de la operación, se tiene previsto alcanzar cerca de una centena repartidas por toda España aunque dependerá de la evolución de las mismas, por lo que el número de estas peculiares oficinas podría aumentar.

MAYOR AGILIDAD

Las 'Oficinas Ágiles' de Bankia abren desde la 8:15 horas hasta las 18 horas de manera ininterrumpida, mientras que el resto que se encuentren bajo esos dos parámetros deja de prestar servicios operativos de ventanilla a las once de la mañana, cuando cierran la caja.

"Se trata de dar una mayor agilidad a la operativa propia de la caja como son transferencias, pago de recibos, impuestos, cobro de pensiones, reintegros de poca cuantía...", apuntan las mismas fuentes consultadas por Valencia Plaza. "Se entiende que la mayoría de las operaciones son de pequeño calado y que en esas casi tres horas hay tiempo suficiente para hacerlas", añaden.

Bankia ha acometido esta reestructuración teniendo en cuenta dos parámetros cuanto menos singulares para desviar la operativa propia de un banco a las 'Oficinas Ágiles'.

Bien que haya una distancia de 600 metros de distancia entre las sucursales o bien que estén a ocho minutos andando.

Es el nuevo modelo comercial de Bankia, cuyos responsables lo están exponiendo entre los grandes inversores institucionales, tanto dentro como fuera de España, para intentar captar dinero.

Sin ir más lejos ayer estuvieron en la 'City' londinense con motivo de la 'Annual Banking & Insurance CEO Conference', organizada por Bank of America Merrill Lynch. Allí acudió el director general de Presidencia -número dos de la entidad-, José Sevilla, que además lo hizo como ponente; mientras que el director financiero, Leopoldo Alvear, y la directora de Comunicación y Relaciones Externas, Amalia Blanco, mantuvieron reuniones bilaterales y de grupo con inversores.

SEGMENTACIÓN DE LA RED

Todos ellos explicaron este nuevo modelo de oficina dentro de la segmentación de la red bajo un nuevo enfoque comercial, con sistemas de tiempo de atención al cliente, con la aparición de la nueva figura de los coordinadores -sustituyen a los directores- y con gestores específicos dedicados a la recuperación de impagos, entre otros aspectos, según han informado a este diario las mismas fuentes consultadas.

Ayer por la tarde Valencia Plaza visitó una de estas 'Oficinas Ágiles', cuya imagen interna es bien distinta a la del resto de oficinas de la red y que sorprende nada más entrar al tener que coger un ticket para esperar el turno.

ASPECTO FUNCIONAL

Espacios diáfanos bajo la intensidad del color verde corporativo, con pequeños despachos a los lados para atender a los clientes ofrecen el nuevo aspecto de estas peculiares oficinas.

Unas sucursales enfocadas a clientes que realizan "operaciones simples de alta frecuencia de venta de productos de baja complejidad como tarjetas de crédito, depósitos a plazo fijo...", según se recoge en el informe que los responsables de Bankia presentaron ayer a la comunidad financiera en Londres.

Un documento que advierte de la reestructuración de la red como fundamental para "proporcionar una mejora significativa de la eficiencia" y, de paso, seguir cumpliendo con las directrices impuestas por Bruselas tras su 'megainyección' de capital en una entidad que continúa por el buen camino de las desinversiones y la última (Mapfre) da buena fe de ello.