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VALENCIA. El Teatro Principal de Valencia sube el telón de su temporada el próximo miércoles 2 de octubre. Hasta el domingo, Juanjo Artero (en la foto superior), Sara Casasnovas y Juanjo Cucalón convierten en teatro la historia de una correspondencia entre dos alemanes que viven en San Francisco y Múnich. El contexto es el del surgimiento del swing de los años 30, de la América de las oportunidades y de la Europa que se adentra en la oscuridad del nazismo. Y todo ello, sostenido sobre el piano de cabaret que interpreta Rosa Blanco Campos.

"El piano termina siendo un actor más", asegura Juanjo Artero que atiende a ValenciaPlaza.com entusiasmado por este montaje dirigido y adaptado por Laia Ripoll. La novela original del texto fue escrita por Kresmann Taylor en 1938, aunque su publicación se retrasó nada menos que a 1995.

Artero, que se ha empapado de documentación histórica para conocer precisamente ese contexto -destaca la serie documental Apocalipsis, producida por National Geographic- reconoce que las situaciones bajo presión pueden provocar "un estado de evasión. La obra pasa de un momento dulce al inicio a un estado agrio al final. El piano de cabaret es el que va transportando a los personajes unido a las imágenes que se sobreimpresionan y transportan con faclidad al espectador".

Las imágenes a las que se refiere el actor, conocido también por su participación en series como ‘El barco', ‘El comisario' o ‘Verano azul', se proyectan sobre el fondo del escenario. "Una de las partes más interesantes del montaje es el juego teatral. En pocos minutos el espectador entra en el ritmo de los viajes y los personajes pueden conseguir con un simple cambio de voz y posición aparecer en San Francisco, Viena o Múnich", apunta el actor.

Cuando el personaje de Artero llega a Alemania es un demócrata convencido. Su compañero de negocio en la compraventa de arte se queda en San Francisco y va comprobando desde la distancia como el emigrado cambia. "Cuando llega ve una situación en la que sus semejantes pasan hambre y frío. Los alemanes sufren económicamente por el tratado de Versalles y la ruptura de los acuerdos del carbón con Francia les privan de energía. En ese contexto, tan complejo y extremo, se contempla cómo pueden acabar adoptando posturas de ultraderecha y es importante verlo en la obra porque son situaciones que se pueden repetir",dice Artero que se ha enfrentado al desarrollo de su papel "evitando cualquier prejuicio".

El actor de origen madrileño reconoce que en la actualidad "se desahucia a gente de sus casas. Eso es una vergüenza, pero en el contexto de aquella Alemnia no había ni ladrillos en los que cubrirse. Todos podemos pensar que estamos capacitados para convertirnos en héroes, pero por ejemplo, en una escena de la obra en la que no dejo entrar a la casa a un amigo, el personaje sabe que si abre matarán a toda su familia. ¿Podemos ser héroes en cualquier momento?", se pregunta.

No obstante, Artero asegura que toda la obra, a lo largo de su texto, está llena de esperanza. "Es imporante aprender del pasado", dice, y apunta a un final un tanto inesperado en el que la música y el piano adquieren otro matiz que eleva todavía más su personaje dentro del mensaje, abierto al público durante la próxima semana.

EL DIFÍCIL ESCENARIO IMPOSITIVO DE LA CULTURA

En otro orden de cosas, Artero recuerda que la situación actual del teatro es especialmente crítica en España. Algo a lo que, desde las decisiones políticas, no se ha estado acertado últimamente, según el actor: "No entiendo por qué el fútbol o las revistas pornográficas tienen un IVA distinto al teatro. Obviamente, no tengo absolutamente nada en contra del fútbol ni de la gente que puede trabajar en el porno, pero no entiendo cuál es el objetivo con nosotros, en qué estaban pensando", afirma Artero en relación a este asunto. Sin duda, lo que ha quedado claro con estudios como el realizado este verano por entradas.com, es que no ha servido para reactivar los ingresos ya que el número de espectadores en los teatros ha caído un 9%. "Algunos de mis compañeros aseguran que el objetivo era este, dañar al sector gravamente, pero yo no lo puedo creer. Estoy seguro de que en enero van a quitar esto, porque no tiene ningún sentido".

Artero se reconoce afortunado dentro del gremio, aunque ha pasado de tener "unos 14 o 15 bolos al mes a tener 4, 5 o 6. Para un actor con una frecuencia así, es normal que no se inscriba en el paro, pero para los que tienen una frecuencia similiar para todo el año...". Aún así, Artero comprende que en el contexto de crisis "la gente prioriza sus necesidades" y el hecho más destacado en el cambio de público es, únicamente, "que ha disminuido la cantidad de personas que acuden al teatro".