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'EL CABECICUBO'

El 'reality' de Tamara Falcó, ¿no? O sea, ¿sabes?

ÁLVARO GONZÁLEZ. 21/09/2013 La hija del Marqués de Griñón e Isabel Preysler protagoniza un reality donde destacan sus populares amistades y su pasión por la moda (y por Jesucristo)

MADRID. Cientos de miles de personas están en la cárcel o mueren asesinados por llevar droga a los países occidentales para que los consumidores puedan sentirse, al menos por un momento, tal y como se siente diariamente Tamara Falcó.  Aunque ella sólo necesita un par de cupcackes y un buen vestido para sonreír feliz y despreocupada disparando frases a medio acabar y carcajadas espontáneas.

El canal de pago Cosmopolitan TV ha estrenado ‘We love Tamara' un reality que gira en torno a la personalidad de la hija de Isabel Preysler y el Marqués de Griñón. Con una realización impecable, una fotografía maravillosa y una banda sonora muy bien escogida, en el primer capítulo parecía que asistíamos a una película indie de Sundance.

‘Pavlovianamente' esperábamos que la protagonista, al primer giro narrativo, fuese a quedar embarazada de trillizos negros, engancharse al crack, padecer un tumor incurable o descubrir la superficialidad de quienes le rodean y caer en una depresión que la llevase a huir con el primer autoestopista por la España rural para terminar bañándose desnuda en una playa desierta. Pero no. No era una película de Sundance.

Es un reality. Todo ese alarde de medios se encuentra al servicio de estimular nuestra vergüenza ajena. En la vida de Tamara no ocurre nada interesante, al menos en esta primera entrega, sólo nos la muestran tal cual es para que nos deleitemos, a las claras, con lo pija que es, su inocencia y sus creencias religiosas. A priori, es un cóctel interesante, pero el estreno sólo lo vieron 15.000 espectadores y marcó un share por debajo de la media de la cadena. Veremos en el segundo capítulo, que ya recurren al viejo truco de tirarla en paracaídas para que pierda un poco los papeles. Siguiendo esa línea, uno pediría a Cosmopolitan que la lleven un viernes por la noche a los bajos de Gaztambide y que alterne un poco entre las discotecas latinas y los bares de heavy metal.

Para que se hagan una idea, lo que dejó el estreno es a una chica que tiene una asistenta, Reme, que le hace la maleta, el neceser, limpia y, ojo al dato, cierra la puerta de la calle cuando sale Tamara que, en un sentido homenaje al pueblo de Madrid, se la deja siempre abierta. "Eso no lo hace ni Paris Hilton", comentó mi acompañante en el alegre visionado de esta obra de arte.

De la mano de Susana Urribari, hija del famoso locutor de Eurovisión, manager de celebrities y ex de Darek, el modelo polaco lanzado al estrellato por su relación con Ana Obregón, Tamara da una rueda de prensa al inicio del episodio donde explica de qué va su docu-reality. Cuenta que lo ha grabado porque le apetecía ser "una estrella de la televisión" y que para ello los capítulos captan "la esencia" de su vida. El encuentro con la prensa es muy real. Lo monopoliza Jesús Mariñas, que no deja preguntar a nadie, tal y como ocurre en cada rueda de prensa a la que acude.

En un momento dado, le preguntan a Tamara si le gustaría encontrarse con el Papa en su programa. Contesta: "A quién no le gustaría estar con el Papa, a mí me parece la pera". Es ésta, su faceta religiosa, como se ha dicho, la que más gancho tiene. En otra escena, se encuentra con un par de amigos, hermanos de fe, se comen una tarta y hablan un poco de Cristo y tal. Es un diálogo francamente interesante.

Por lo visto, Tamara encontró a fe antes de un verano. Acudió a la Casa del Libro a por una lectura para la playa y le llamó la atención una Biblia porque tenía una portada muy bonita, "blanca y azulita, con una palmera", no la típica negra con una cruz, que le da miedo, según la protagonista.

Leyendo el Evangelio, se dijo "este tío mola". Y entonces, a continuación, dice que sintió la paz "y eso sí que mola", añadió. A saber qué leería ¿Las hijas de Lot? Eso es lo que viene más o menos al principio...

Su amigo religioso es Jesús García, autor de ‘Ya estamos de vuelta', entre otros, un libro sobre el peregrinaje a Medjugorge (en Bosnia i Herzegovina) un lugar en el que empezó a aparecerse la Virgen en 1981. A tenor de la Historia receinte, igual no trajo muy buenos augurios. Es el mismo lugar donde el defensa de la selección española de hockey, Carlos Ballvé, decidió dejar el deporte profesional y hacerse seminarista. 

Pues Tamara fue allí, según cuenta, y volvió "rezando más que una misa de clausura". Encontró "la paz" en ese momento de revelación, "el amor al prójimo y todo eso", dice.  Algo muy curioso, explica, porque: "era de las que me saltaba todas las misas de las bodas, yo era la última candidata para volverme religiosa". Después sus amigos comentan que cuando están llenos de amor por Dios la gente les mira como "si tuvieran antenitas" y les preguntan "¿dónde has dejado la nave?". A lo que Tamara responde: "yo para eso tengo mucha personalidad y les digo: las antenitas son vuestras, estáis equivocados, de verdad".

Ya por la noche, Tamara se va a cenar con Olvido Gara, Alaska, y Mario Vaquerizo, su consorte, a un restaurante en lo alto del Palacio de Telecomunicaciones, en Cibeles. Ya saben, ese despachito que se apañó el alcalde Gallardón con un gasto de 500 millones de euros. Allí discuten sobre si lo suyo es un reality o un documental. Como saben, Alaska y Mario también tienen un programa que narra su día a día en MTV.

Se conoce que las amigas de Tamara no estaban muy por la labor de aparecer en el reality. Mario Vaquerizo le confiesa que a ellos les pasó lo mismo, pero que tras el éxito del programa empezaron a llamarles todos para ver si podían salir. En ese momento la hija de Isabel Preysler se sincera y revela que está harta de que sus amigas se quejen por ser fotografiadas cuando van con ella. ¡Pero si luego a ti te recortan, o te sacan donde la grapa!, dice la protagonista.

Al final, Mario Vaquerizo la felicita por exhibir sus creencias, dice que es muy valiente, y nada más. Si usted ve el capítulo con un padre de familia a la antigua usanza concluiría: "Pues ya hemos cenao". Porque la cosa da para bien poco. Lo único curioso del asunto es que en Estados Unidos, para que te den un programa así, lo suyo es protagonizar antes un vídeo porno, como la Kardashian. Aquí ni eso.

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1 comentario

Javier Azero Blanco escribió
05/10/2013 15:28

A esta chica y a su mama me gustaría ver con que cara se despiertan si se levantaran a las 6 de la mañana día tras día para ir a trabajar. A ver si sonrie despreocupada por los problemas de la vida real. Nena me das pena. Solo eres dinero.

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