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ENTRE LA SUSCRIPCIÓN DE NUEVAS ACCIONES, LA OPERACIÓN BLANCA Y LA VENTA DE DERECHOS

Los 60.000 accionistas de Sabadell procedentes de CAM se enfrentan a su primera ampliación

JOAQUIM CLEMENTE. 12/09/2013

El banco que se quedó la antigua caja de ahorros confía en convencer a los ahorradores que se conviritieron en accionistas por el canje de preferentes y deuda subordinada de la bondad de acudir a la ampliación

VALENCIA. En agosto del año pasado varias decenas de miles de ahorradores de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) se convirtieron en accionistas sobrevenidos de Banco Sabadell. El proceso de canje de participaciones preferentes y deuda subordinada que había emiitdo la CAM y que el nuevo propietario del negocio de la caja optó por cambiar por títulos de la entidad financiera. Fue un proceso con un doble objetivo: solucionar (al menos parcialmente) el problema generado con los productos híbridos y, de forma paralela, capitalizar el banco al convertir aquella deuda en capital.

Aquel canje tenía una peculiaridad. Los preferentistas y tenedores de subordinada podrían recuperar toda su inversión siempre y cuando mantuviesen las acciones hasta el 27 de julio de 2016. La cuestión es que parte del dinero invertido en los híbridos se convirtió en títulos del banco -con un precio de canje de 2,3 euros- y para el resto se establecieron pagos periódicos de intereses que solo se percibirán si no se venden las acciones. 

Por ese motivo la mayoría de los ahorradores de CAM que en su día se convirtieron en accionistas de Sabadell siguen siéndolo, pese a la tentación o necesidad de vender los títulos que recibieron, convirtiéndolos en dinero en metálico, aunque asumiendo importantes pérdidas respecto a lo invertido en su día. Eso explica que en estos momentos cerca de 60.000 accionistas sobrevenidos tengan ante sí una operación que, en principio, les resulte extraña.



El bajo perfil inversor de esos socios del Sabadell es el que tiene que lidiar ahora con la ampliación de capital que ha lanzado el banco que preside Josep Oliu. Tras el tramo de institucionales que se cerró la semana pasada, ahora está en marcha el periodo de suscripción preferente para los accionistas actuales. La intención es que cubran alrededor de 600 millones de euros, una cantidad similar a la aportada por los fondos de inversión y que completarán los más de 1.300 millones que la entidad se ha marcado como objetivo para reforzar su solvencia.

ALTERNATIVAS PARA LOS ACCIONISTAS DE SABADELL

Mientras que un inversor acostumbrado a las distintas vicisitudes del mercado sabe las opciones que tiene ante una ampliación de capital -desde suscribir la parte que le corresponde hasta vender los derechos de suscripción preferente- los accionistas que provienen de CAM están requiriendo información de las oficinas sobre las distintas alternativas.

Si una ampliación de capital ya pone en marcha la maquinaria de cualquier empresa para conseguir atraer a los inversores, en el caso de Sabadell tiene especial relevancia el papel de las oficinas. El banco queiere conseguir que al menos parte de los accionistas sobrevenidos puedan acudir a la ampliación si su capacidad inversora se lo permite. Una idea que, según fuentes de la entidad, se conjuga con que no se fuerce la máquina de ninguna forma con aquellos inversores que no tienen ni el perfil ni la capacidad económica para acudir.

En todo caso, las opciones que tienen los accionsitas de Sabadell, como en cualquier proceso similar son básicamente tres: concurrir con su parte a la amplaición aprovechando los derechos de suscripción preferente (lo que supone invertir dinero nuevo), vender los derechos de suscripción (lo que de no saturarse el mercado supondría ingresar metálico) o hacer una operación blanca.

Esta última opción es neutra para el accionista desde el punto de vista de desembolso económico. Se venden una parte de los derechos de suscripción y, con el dinero obtenido, se suscriben acciones con los restantes. De esta forma aumentan su número de acciones aunque no en una parte proporcional al capital, es decir, verán diluida su participación en el banco, hecho que, en todo caso, no es relevante para un pequeño accionsita.

Sea cual sea la opción que elijan, ese grupo de accionistas de Sabadell que vienen de CAM ejercerán por vez primera un ejercicio consciente de su capacidad de inversión. Estarán depositando -o no- sus ahorros y su confianza en el banco con la esperanza de que el valor de las acciones siga creciendo. Cabe la posibilidad, si el mercado se comporta favorablemente y el banco con él, que incluso de aquellas preferentes casi malditas acaben sacando una rentabilidad inesperada.  

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