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La ciudad y sus vicios… de agosto

DACOSTA Y CAMARENA
Salen de la cocina para descubrir sus 'favoritos' de Valencia

VICENT MOLINS. 31/08/2013

VALENCIA. Los grandes cocineros españoles se han subido a la constelación como estrellas refulgentes y a ver ahora quién los baja. Protagonizan realitys, dan clases magistrales, y a algunos ya hasta les aseguran las manos igual que a Jennifer López le aseguran el culo. Está cercano el día en que se nos pongan a cocinar en medio de un estadio colmado de fans. La alta cocina es oficiosamente un nuevo arte; lo bueno es que se come.

Quique Dacosta y Ricard Camarena iluminan el territorio con sus estrellas Michelín, emplatando la marca Valencia. Dacosta, que viene a parecer un esbelto Quijote pasado por mar, metió su restaurante entre los 50 mejores del mundo (según la lista S.Pellegrino & Acqua Panna). Desde Dénia para el mundo, fue el primer español fuera de Cataluña y el País Vasco en ponerse las tres estrellas Michelín en la solapa. Como escribía el crítico gastronómico Sergio Adelantado en este periódico, a Dacosta hay que visitarlo "como quien va a visitar un monumento". El Poblet, Vuelve Carolina y MercatBar son sus producciones de distinta gama en Valencia, ciudad conquistada al mismo tiempo por otro hombre, Ricard Camarena, de vocación trompetista, y que también alardea de tridente: en una pica Canalla Bistró, en otra CentralBar, y al medio el restaurante estandarte que lleva su mismo nombre.

Son los Gareth Bale de la cocina valenciana. O sea, muy pujantes. Aunque tienen menor precio y quizá más valor. Y en esas les sacamos de sus cocinas-oficinas, donde maceran proyectos empresariales, para que nos guíen por sus respectivas 'valencias'. La de Camarena más privada y de recovecos, la de Dacosta más arquetípica y grandilocuente.

A Ricard Camarena le gusta penetrar por Ruzafa para especiar sus paseos. "Cada vez que voy descubro algo nuevo, me recuerda en algunas cosas al Lower East Side de Nueva York. Es un lugar dinámico, cambiante. A nivel gastronómico están surgiendo muchas opciones distintas". ¿Y tú, Dacosta? "Me quedo con Ciutat Vella porque es el espacio que demuestra la grandeza y el componente cultural de Valencia; y también con los distritos del puerto, que dan a entender muchas cosas de la ciudad".

Ricard Camarena tiene unos pocos sagrarios a los que tributa cierta adoración. Y son estos:

- Librería Rafael Solaz (c/San Fernando, 7): "Es una tienda más propia de Portobello Road", comenta Ricard sobre esta madriguera de libros antiguos que luce como si el Siglo de Oro valenciano fuera ahora. Atestada de volúmenes con muchos años y custodiada por la gata Blanca, el enérgico librero que da la bienvenida es Rafael Solaz, "el librero de antiguo más joven de Europa". Una vez dentro la emanación de clasicismo es tan fuerte que dan ganas de ponerse unos anteojos y quedarse a leer durante centurias. Jaime de Marichalar -como dato sin importancia- es cliente.

- Tienda de ropa Chapeau (c/Hernán Cortés, 10): Si la librería Solaz es uno de los ambientes más anglófilos y clásicos de Valencia, la tienda Chapeau es de los más futuristas. "Me encanta el diseño de la tienda y la ropa que tienen", señala Camarena. El espacio, 800 metros cuadrados con leds hasta las cejas, fue diseñado por el arquitecto Ramón Esteve, que le dio aspecto de nave industrial con trazas espaciales. Es una tienda multimarca -y tienda totémica para cierto círculo urbano- preñada de prendas de Prada, Gucci, Balenciaga, Tom Ford... y eso.

Los altares de Quique Dacosta son más mainstream. Sorprende, a contracorriente, proponiendo empezar por el IVAM: "es un lugar de inspiración para mí, y una ventana magnífica para el mundo del arte", arrea sobre un museo que hace poco inició un ciclo combinando arte y cocina para convertirse en una especie de museo comestible.

Y como le pueden los mercados, los exalta. "El Mercado de Colón representa la Valencia abierta. Aúna arquitectura y comercio", comenta Dacosta. Pero el que le epata es el más vivo, el Mercado Central: "refleja el alma del pueblo: su tierra, su mar, su cultivo, su arte, su tradición culinaria, su cultura gastronómica".

Palabra de dos estrellas entre fogones.

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