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DOS DÉCADAS DE INQUIETUDES MUSICALES

El FRA sobrevive a la sangría de festivales de
rock en la Comunitat

EUGENIO VIÑAS. 31/08/2013 La crónica de este festival de música considerado como una referencia durante años revela cómo la participación ciudadana lo creó en origen y lo salvó recientemente

VALENCIA. "Eh!! Tu!! Ets dels que es perden concerts per no poder pagar l'entrada?". Ese era el mensaje situado en la parte superior del cartel de la primera edición del Festival de Rock de Alaquàs (FRA), en el que Lagartija Nick, El Regalo de Silvia, Doctor Divago y Madnoise abrieron el melón de un certamen que alcanza este sábado su décimo novena edición. A su sombra, durante los siguientes años surgieron otros festivales en el área metropolitana a los que la crisis acabó silenciando.

El FRA fue pionero como festival de música independiente vinculado a las fiestas del pueblo y con entrada gratuita. Su historia ha estado vinculada a las posibilidades económicas del consistorio y a las tendencias musicales a nivel nacional e internacional. Su origen está ligado a la presencia del exsecretario general del PSPV Jorge Alarte. Cuando éste tenía 21 años y era el nuevo concejal de juventud del Ayuntamiento de Alaquàs, algunos jóvenes cercanos a él y los Clavarios de San Miguel de aquel 1995 quisieron organizar una noche de rock. Eran sus inquietudes musicales y aquella fue una apuesta importante para Alarte, responsable hasta 1999 de la partida presupuestaria sobre la que se ha sostenido el festival.

Gigolo Aunts en el 6º FRA (año 2000)

Fue precisamente la inquietud ciudadana -a la que la concejalía llegó a preguntar, ya con cierto recorrido, durante algunos años y con octavillas a qué grupos deseaba ver en directo- la que provocó que aquella noche de conciertos se haya extendido durante casi dos décadas sin interrupción y, lo más notable, con acceso gratuito para vecinos del pueblo y visitantes. La idea original era la de disfrutar de una opción de ocio y musical para los jóvenes del pueblo. "En los primeros años nos preocupó mucho la posibilidad de que lloviera con intensidad. Siempre hay lluvias durante estos días en la zona y los conciertos se celebraron en un solar (campo de fútbol de El Rosal) y más tarde en el Parc de ‘La Sequieta'... el esfuerzo de todo un año podía irse al traste", comenta un miembro directo de la organización durante aquellos primeros años.

Las tres primeras ediciones del FRA hicieron desfilar por el escenario a algunos de los mejores grupos de la escena rock-indie nacional. Eric Jiménez, que visitó con Lagartija Nick la primera edición del festival, repitió como batería al año siguiente con Los Planetas. Y esa era la guía artística, la de atraer a algunos de los mejores grupos de esa escena a nivel nacional y ofrecer un escenario y un público importante a los grupos locales: "sabemos que ha influido en la proliferación de grupos en Alaquàs y los pueblos más cercanos y que, a cierto nivel, siempre era un primer reto colocarse en el cartel del FRA. Nunca han sido conciertos remunerados por caché, pero sí formaban parte de un cartel importante y los conciertos eran a buena hora para que más público les conociera". Por su parte, entre los grupos locales que durante estos años han pasado por el festival hay una relación de amor y odio: "es un gran escaparate", apunta David Lozano, cantante y guitarra de Supermosca. Otro líder de una de las bandas que, como Supermosca, han disfrutado con el tiempo de giras nacionales señala que siempre ha esperado más apoyo por parte de la organización, "mejores condiciones" y señala cierta distancia con esta parte del festival que durante 19 ediciones no ha dejado un FRA sin representación de los músicos del municipio.

Lagartija Nick, en la primera edición del FRA

Pero volviendo a la crónica de sus primeros años, en la cuarta edición, coincidiendo con el año previo de las elecciones municipales en las que Alarte pasaría de la concejalía de juventud a la alcaldía del municipio de l'Horta Sud -puesto en el que permaneció 10 años-, el festival se abrió al mercado internacional: Big Soul fue el primer ‘fichaje' extranjero del pequeño festival. Un grupo de rock con influencias funk al que acompañó el en cartel la banda hispanosueca Undrop, que consiguió colar There is a Train entre las canciones de aquel verano. "Recuerdo perfectamente cómo viví el concierto de Undrop con mis amigos. El FRA empezó a convertirse en una fecha de encuentro entre los jóvenes de Alaquàs tras las vacaciones y todavía sigue así", apunta Diana Muñoz, concejala de Juventud del Ayuntamiento de Alaquàs.

La quinta edición volvió a contar una pincelada internacional (Nada Surf), y el criterio de sumar a los mejores grupos del panorama nacional del indie-rock a la historia del festival aumentó sus posibilidades con un certamen de dos días. Desde ese punto de partida hasta la décimo tercera edición -con The Charlatans, The Rakes, Mercury Rev, Heavy Trash, Maxïmo Park y The Sounds en un mismo cartel-, el camino del FRA fue ascendente. Algunos de los conciertos más destacados durante aquelos años fueron los de Hefner, Teenage Fanclub, Gigolo Aunts, Black Rebel Motorcycle Club, Yo La Tengo, Jon Spencer, Chucho, The (International) Noise Conspiracy, Mogwai o Los Piratas.

Hasta la citada edición, el presupuesto del festival fue creciendo mientras que se mantenía la entrada libre. Con la organización técnica de RKR, las arcas municipales sostenían buena parte de este evento. "Si una verbena era gratis y la disfrutaba una parte del pueblo, los jóvenes, que tienen menos recursos, también merecían su espacio de ocio dentro de las fiestas", apunta un miembro de la organización inicial. Pero la entidad y la cantidad sumada en miles de visitantes que había adquirido el festival llevó al consistorio a plantearse elevarlo a otro nivel. "Sí, se valoró instalar un camping y convertirlo en una referencia aún superior dentro del panorama musical", asegura Muñoz. Otro miembro de la organización durante aquellos años asegura que durante algunas ediciones el FRA parecía "un pequeño FIB. Desde dentro, plantearon que se convirtiera en un festival mayor, una referencia para el pueblo y un pequeño motor económico como en el caso de otras ciudades de España con este tipo de eventos. Para ello hacía falta una zona de acampada y ciertas condiciones de accesos e infraestructuras con las que no se contaban. Las opciones limitadas de la hostelería del pueblo tampoco ayudaban, así que se prefirió protegerlo y mantenerlo para los vecinos de Alaquàs y el entorno de Valencia, primando la condición de gratuito".

Black Lips (Foto: Raúl Ortells)

Pocos años después, la realidad fue muy distinta a aquella en la que el festival estuvo a punto de explotar como polo de atracción turístico y generador de negocio local. En 2010, tras dos ediciones con varios escalones por debajo a nivel presupuestario y un solo día de festival, el FRA estuvo a punto de desaparecer. "Una vez más volvieron a ser los jóvenes de Alaquàs los que dieron un paso al frente. Sin esa inquietud hubiera desaparecido, al menos temporalmente", dice Muñoz.

La participación ciudadana en este caso llegó por dos vías. La primera, por parte de los activos grupos de música de la localidad. "Se plantaron en el Ayuntamiento para ofrecerse y mantener el festival actuando por su cuenta", aseguran desde el consistorio, "sin contrataciones de grupos, pero sin dejar que el festival desapareciera por el grave contexto económico". Supermosca, El Tío de la Careta, Fin de Sed o Nomasquad actuaron y dieron continuidad en un año en el que el FRA se limitó a cubrir sus gastos técnicos más básicos en un formato muy alejado al de la citada décimo tercera edición.

Fue un punto de inflexión, tras años en los que también cabe destacar que el festival se había abierto a nuevos estilos que incluían más inquietudes musicales del pueblo. Por su escenario pasaron Ojos de Brujo, O'Funillo, Macaco, ElBicho, Muchachito Bombo Infierno o Bebe, entre otros. Los amantes del reggae y sus variantes encontraron su propio camino con el Spanish Clash, un festival que ha vivido un ascenso, caída y salvación similar a la del FRA, el hermano mayor en presupuesto y tradición dentro del pueblo. La otra vía que mantuvo vivo al festival fue la aFRA (Asocaición Festival de Rock de Alaquàs), que empezó a recaudar dinero a través de concursos de bandas locales y a promocionar el festival entre la escena musical de la provincia de Valencia. El formato inicial por el cual algunos grupos actuaban y un jurado les seleccionaba para participar en el festival, se recuperó. Con aquellos conciertos se recaudó dinero, pero la aFRA se diluyó meses más tarde y aunque sigue capitaneando este concurso para que grupos de la Comunitat actúen en el festival, el Ayuntamiento recuperó tras el año de inflexión el control del evento.

La situación de las arcas del Ayuntamiento de Alaquàs sigue siendo frágil. Según los datos que ofrece el Grupo Municipal Popular, la deuda del municipio valenciano asciende a 37.525.327 euros, actualizada hasta este mismo mes de agosto. Esta deuda es, según el portavoz de la oposición y quien comunicó recientemente este dato, Pepe Pons, "la más alta para un municipio de entre 30.000 y 40.000 habitantes y superior a las de Xirivella y Aldaia juntas". Frente a ello, la concejala de Juventud insiste en que el Ayuntamiento "no quiere" que se pierdan las fiestas del pueblo. Pese a que reconoce que las posibilidades son muy distintas a las de los últimos años, Muñoz cree que "debemos mantener las fiestas porque hay que entender su importancia dentro del contexto económico, que es tan complicado. Sin ellas creemos que, entre otras cosas, contribuiríamos a aumentar el pesimismo entre nuestros vecinos".

Este año es L.A. el cabeza de cartel, con Tokyo Sex Destruction, Los Radiadores y los grupos locales Ghost Transmission y Spheniscidae  como acompañantes, abriendo la noche de rock a las 23 horas de este sábado. El FRA alcanzará así su 19 aniversario, manteniendo su identidad de festival gratuito y abierto a los visitantes del pueblo. Precisamente fue la inquietud de algunos de sus vecinos en origen y de otros de distinta generación recientemente, la que ha hecho posible un festival que a diferencia de otros muy similares, se ha mantenido finalmente pese al problemático contexto de la economía local.

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