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J. RAMOS . 02/09/2013 El servicio de Salud Mental del Hospital de Manises ha elaborado un ramillete de recomendaciones que ayudan a amortizar  la reincorporación al trabajo

VALENCIA. Tristeza, apatía, insomnio, fatigas, trastornos del apetito, irritabilidad y, en general, una marcada disminución de las capacidades para combatir es estrés de las obligaciones diarias. Estos son los síntomas del "síndrome" post-vacacional, unos indicios que, según señala Susana Hernández, facultativa especialista en Psiquiatría adscrita al servicio de Salud Mental del Hospital de Manises, se pueden combatir con unas simples recomendaciones. Así, para ayudar a la población del área a prevenir su aparición, los expertos de Manises han elaborado un decálogo con consejos que ayudarán a combatirlo antes de que aparezcan sus primeras señales.

"El remedio, como ocurre muchas veces, está en prevenir su aparición. En este sentido, podemos anticiparnos al desarrollo del "síndrome" utilizando algunas medidas conforme nos acercamos al fin de las vacaciones", señala la doctora Hernández.

Por ello, retomar la pauta horaria del sueño una semana antes de la reincorporación y organizar con antelación la agenda de los primeros días de trabajo puede ayudar a amortizar de manera gradual el impacto que supone la reincorporación a las obligaciones diarias tras un periodo de descanso.

Decálogo para prevenir el "síndrome" post-vacacional

Para ayudar a la población del área de Salud de Manises, el Servicio de Salud Mental ha elaborado un decálogo con el que ayudar a prevenir la aparición del síndrome post-vacacional. En este sentido, con el objetivo de prevenir a la población, los expertos del Servicio recomiendan:

1. No alargar las vacaciones hasta el día anterior a la reincorporación.

2. Retomar las pautas horarias de las comidas y las actividades diarias.

3. Volver a coger los ritmos del sueño habituales al menos una semana antes de volver a la rutina.

4. Reincorporarse a las obligaciones un miércoles, nunca los lunes.

5. Organizar la agenda estableciendo un plan de lucha real que afronte las tareas pendientes.

6. No abordar todas las tareas de golpe, establecer un orden de prioridades.

7. En el primer fin de semana tras la reincorporación, practicar aficiones o actividades que nos ayuden a desconectar de la rutina.

8. Reducir la ingesta de alcohol y cafeína durante los primeros días.

9. Asegurar un tiempo para descansar adecuadamente.

10. Si los síntomas aparecen y no cesan en un mes, solicitar ayuda profesional.

Por lo general, se superan los síntomas de este "síndrome" al cabo de unas semanas tras recuperar las responsabilidades. No obstante, "si a pesar de seguir las recomendaciones, la persona se encuentra sometida a un elevado nivel de malestar psicológico, lo adecuado es solicitar ayuda profesional, ya que en algunos casos, el tratamiento psicológico y farmacológico especializado puede ser necesario", apunta la doctora Hernández.

Los trabajos que exigen un alto nivel de estrés, una adaptación insuficiente al ámbito laboral, vacaciones largas o un descanso demasiado corto son factores que pueden predisponer a padecerlo. No obstante, en el contexto socioeconómico actual estos factores tienen menor prevalencia ya que, según señala Susana Hernández, "las dificultades reducen la capacidad de distanciamiento de su propia rutina, amortizando de este modo, el impacto tras la reincorporación a la vida activa".

Asimismo, pueden existir factores constitucionales o biológicos que facilitan el desarrollo de este "síndrome". De este modo, en principio las personas con historial previo de trastorno depresivo, trastorno bipolar o trastorno afectivo estacional son más propensas a padecerlo. Por otra parte, "los rasgos de personalidad como el perfeccionismo, la introversión o la falta de apertura a las nuevas experiencias, son considerados también factores de vulnerabilidad", destaca la doctora.

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